Henos aquí. Eleanor y yo ya estamos en Michigan.
Papá y sus dedicados detalles nos han vuelto locos por el resto de la velada. Insistió en que salieramos a comer los seis- la señora Ming incluida, a lo cual pensandolo bien, quizás era la razón por la que estaba ahí- , a lo cual no tuve otro remedio que acceder, a pesar de mis revoltijos de estómago.
La noche se tendió maravillosa ante nosotros, a pesar del intenso frio norteamericano. La velada se volvió agradable y creí que todo estaría bien.
Pero noté que Eleanor estaba sumamente callada, a pesar de todos nuestros intentos por tirarle de la lengua. Quizas era la presencia de Kelly, pero no lograba verla cómoda en ningun instante.
Cuando dimos la noche por finalizada, papá dijo que el se encargaría de llevar a la señora Ming y a Clara a casa.
-Ellie, Hansel, Kelly ¡Vengan con nosotros!- Dijo mi papá- Hay espacio suficiente en la camioneta para todos.
Ellie permanecía sentada en su silla mientras Kelly y yo conversabamos a unos pasos.
-¿Donde dormirá?- Pregunta mientras le echa una mirada a la pelirroja, que se encuentra con la cabeza agachada, como si mirara al piso- Sabes que en casa de mamá no tenemos espacio y tampoco cuarto de huespedes, entonces...
-Ella se quedará con mi padre- Le anuncio, y aunque no lo manifieste con una retorcida sonrisa triunfante, puedo ver en sus ojos avellana como como efervesce de felicidad por lo que acabo de decirle. Pasa sus brazos por alrededor de mi cuello y me mira fijamente.
-Necesito hablar contigo- Dice, en un hilo de voz- Deberías dejar que tu papá la lleve a casa, y tu te vienes conmigo. ¿Qué dices?
Sé que debo hablar con Kelly. Debo hacerlo... pero el momento no es hoy ni ahora. No me atrevería a dejar sola a Eleanor de esa manera.
-Creo que estoy un poco cansado por el viaje- Miento, aunque no sea cien por ciento falacia- y no voy a dejar sola a Eleanor en su primera noche en un estado desconocido.
Un silencio se pronuncia entre la mujer que solía querer y yo, y ese triunfo que podía ver en la forma que me miraba cae por los suelos.
-De acuerdo, no hay problema bebé. Otro día.
-Claro- Digo- De todas maneras ella y yo te acompañaremos a casa de tu madre. No podría dejar que te fueras sola.
Intenta sonreir, pero sale algo así como una mueca. Le hago una seña a mi padre de que iremos en taxi para no sobrecargar su camioneta, y el asiente con la cabeza.
Me separo de ella y camino hacia Ellie. Aun se encuentra sentada en su silla. Me agacho junto a ella, apoyando una de mis rodillas en el suelo.
-¿Vamos?- Digo con mi mejor tono- Hey, qué pasa.
-Todo bien- Dice suavemente, y se pone de pie.
¿Como es que alguien puede lucir tan bien, vestida de esa forma tan sencilla?
Un sueter de lana de un color celeste pastel, unos pantalones blancos al igual que sus botas de invierno afelpadas.
Y Kelly no ha dejado de mirar de reojo esas botas, tal como Meryl Streep mira el calzado de Anne Hathaway en "El diablo viste a la moda".
~
Por misericordia a mis pobres nervios casi estresados, decidí pedirle a Ellie que se sentara adelante mientras Kelly y yo ibamos atrás. El trayecto a casa de mi prometida no fue demasiado corto, pero si lo suficiente para que no abordara ningun tema de conversacion. Simplemente no estaba de animos para eso.
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Veo Veo ✓
RomanceUn accidente que lo cambió todo. Una joven que quedó huerfana a sus diecisiete años. Un alma rota, dolida, quebrantada y solitaria. Sus ojos sin vida, que se mecían por la habitación una y otra vez. Todo en su vida se había reducido a es...