Las cosas son distintas ahora.
Eleanor y yo ya no somos lo mismo, después de ese beso.
Antes de eso, me hubiera costado admitir que existia un "nosotros".
Pero ahora, después de lo que pasó, no me queda duda alguna: ya no se trata de ella y yo. Ahora, las cosas son distintas.
Existe un "nosotros". Lo sé, cada vez que la miro.
El nivel de complicidad entre nosotros ahora es mayor. Y desde nuestra reconciliación, no he dejado de llevarla de paseo cada día, hasta el ultimo.
Juntos, hemos disfrutado de los waffles con helado más caros de mi vida, hemos paseado en una feria con juegos mecanicos y hasta hemos patinado sobre el hielo.
Todavia recuerdo los golpes que nos dimos, las caidas vergonzozas frente a todos, y su risa contagiosa cuando nos creiamos Kaya Scodelario y Evan Roderick, e intentabamos patinar agarrados de la mano.
-Oye, me duelen todas las piernas- Confiesa, frotandose por debajo de la rodilla- Menudo golpe me di ayer.
-A mi me duele el trasero- Admito y los dos nos echamos a reir- Tu te golpeaste solo una pierna. Yo caí sentado.
-Redondito- Bromea.
-¿A que te refieres con redondito? Hieres mis sentimientos- Finjo estar ofendido y ella niega con la cabeza sin poder dejar de sonreir.
-¿A donde vas a llevarme hoy?- Curiosea, pero guardo silencio, intentando provocar aun mas su curiosidad- ¿No vas a decirme?- El silencio comienza a agobiarla y arruga la nariz- Disculpe, señor taxista, ¿Sigue a mi lado un imbecil con cara de imbecil que huele a imbecil?
-Ahí está el imbécil- Le sigue el juego el taxista que se encarga de llevarnos, y los tres nos echamos a reir.
Esto es genial.
Es simplemente maravilloso.
Cuando el viaje termina, pago al sujeto de abundantes mejillas morenas y bajamos emocionados del auto.
Le doy mi brazo para que se sujete y juntos, entramos al lugar.
Era sin duda, uno de mis lugares favoritos para una buena comida. Sobre todo, por la informatica originalidad, una mente brillante, quién pensó el nombre del restaurante.
En la cima, sobre nuestras cabezas, se extendia el cartel anaranjado que dictaba ese nombre.
"Adobe Chicken"
Entramos y, quizás por que es fin de semana, muchas de las mesas ya están ocupadas. Incluyendo una de mis mesas favoritas.
Tomo a Ellie de la mano y caminamos juntos hacia una de las únicas mesas disponibles que logro ubicar con la vista. Se trata de una de esas mesas "box", con asientos super anchos y comodos, que se cierran alrededor de la mesa. Ella se sienta de un lado y yo de otro, claramente.
-Ellie- Digo, una vez que ambos nos encontramos sentados- será mejor que te quites el abrigo, está prendida la calefacción.
-¿Dónde estamos?- Pregunta, mientras se deshace de su sobretodo de botones grandes. Yo, por mi parte, tambien me quito el mío. Al igual que nuestros gorros y sus guantes.
-Buenos dias, bienv...- dice uno de los meseros del lugar, pero, conociendo que lo que sigue de su protocolo de presentacion es "bienvenidos a Adobe chicken, ¿Me permiten dejarles el menú?", apenas lo veo y antes de permitirle decir algo mas, coloco mi dedo indice en vertical frente a mi boca, como indicandole que guarde silencio, y el automaticamente, hace silencio. Elle frunce el ceño, pero procuro no prestarle atencion.

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Veo Veo ✓
RomanceUn accidente que lo cambió todo. Una joven que quedó huerfana a sus diecisiete años. Un alma rota, dolida, quebrantada y solitaria. Sus ojos sin vida, que se mecían por la habitación una y otra vez. Todo en su vida se había reducido a es...