Capitulo 13

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Está de más aclarar que ese día no la besé. Aunque me moría por hacerlo, habíamos entrado en una sesión de carcajadas tan profunda que nunca lo consintió de ésa manera.

Por otro lado, hace días que no tenía noticias de Kelly.

Había pasado una semana desde nuestra discusión y a pesar de mi frustración por todo el dinero que gastó, y que supuestamente era para costear los gastos de nuestra boda, quería hablar con ella. Aunque sea, para saber cómo está. Despues de todo no deja de ser mi prometida.

Y entonces, mientras me dirijo a la estacion a buscar la bolsa de comida semanal para Fergus, lo recuerdo. ¡Navidad! Debo volver a casa para entonces. Y no falta mucho mas de dos semanas. Los vuelos a donde sea estaran en alta demanda, y mi despiste me saldrá carísimo.

Pero... ¿Y Eleanor?

No quiero dejarla sola, aquí en Oregon... muy posiblemente ha pasado varias navidades en soledad, y no voy a permitirlo, no cuando puedo llevarla conmigo... si es necesario que pague su pasaje, lo haré. Pero ella no se quedará sola...

Y si, por algún motivo, ella no puede ir... creo que será mi primera navidad del lado Oeste del país.




~






Termino de bañarme y cierro el grifo. A pesar de estar en pleno invierno, el cambio de clima aqui es tan drastico de un dia para otro que hoy apenas parece un dia de principios de otoño. No me abrigo mas que con un simple sueter, y parto a casa de Eleanor.

Muero por darle la noticia. Muero por decirle que empaque sus bolsos y venga conmigo. Muero por abrazarla y decirle cuanto anhelo que pase esta navidad conmigo, allá con mi familia... y... con Kelly tambien.

Kelly y Eleanor, sentadas las dos en una misma mesa... 

Al llegar y tocar la puerta, espero. Espero la voz de Ellie anunciar que puedo entrar... pero no llega. Espero el ladrido guardian de Fergus... pero nunca llega.

Intento pensar una razon logica por la cual no me contesten, pero no se me ocurre ninguna.

Casi con desesperacion, decido abrir la puerta, pero la traba caracteristica de un cerrojo bajo llave me lo impide, y entonces, caigo en la cuenta. La puerta, por primera vez desde que vengo aqui, esta cerrada con llave. 

¿Que demonios está sucediendo?

Todo mi cuerpo me hace sentir que algo dentro del apartamento de Eleanor Gray no esta del todo bien, y empujo la puerta con estupor, pero apenas si logro hacer estruendo.

No logro abrirla, y me desespero. Vuelvo a lanzarme contra la puerta en un desesperado intento por abrirla pero solo logro un fuerte dolor en todo mi brazo izquierdo. 

Sin saber que hacer, casi en panico, decido correr a la que creo que es la casa de la señora Hamed, la casera del edificio.

La mujer abre la puerta y sale a mi encuentro, pero apenas se topa con mi rostro desesperado, pareciera que eso le basta -ver mi cara- para entender. Corre adentro y rebusca en un cajon un manojo de llaves.

Lo saca y me empuja de su camino, corriendo a la puerta del apartamento de Eleanor. La sigo a prisa y muy de cerca, y tan pronto como logra abrir con la llave de repuesto que trae consigo, entro dentro del lugar como si mi vida dependiese de ello. 

Es cuestion de segundos antes de que encuentre a Eleanor tendida en su cama, convulsionando y escupiendo espuma, y que los ladridos de Fergus se escuchen desde adentro del baño anexado a la habitacion, el cual esta bloqueado descuidadamente con un mueble pequeño.

Los ojos de Eleanor estan mas claros que nunca y la tomo en mis brazos para salir corriendo del apartamento. La señora Hamed llama a una ambulancia tan pronto como me ve cargando a la pelirroja en mis brazos pero no pienso esperarlos. 

Yo mismo la llevaré al hospital.



~



Me siento aturdido. 

Todo mi cuerpo arde, transpiro como un desgraciado y mi pecho duele, duele un infierno, porque mi corazon no deja de latir fuertemente.

Quiero saber qué pasó. Porque me la encontré casi al borde de la muerte, convulsionando, ida...

Quiero saber que sucedió con Eleanor Gray.

Lo primero que hicieron cuando llegué al hospital y me la arrebataron de las manos, fue decirme que debía aguardar.

Yo sé que son precauciones que se toman, pero me encontraba en mi punto máximo de alteracion, y no pude evitar llorar y gritar como un loco.

Como un loco asustado, angustiado, muerto de miedo. Yo tenía miedo de perderla.

Y han pasado mas de tres o cuatro horas desde que llegué y las enfermeras no han parado de evitarme en los pasillos. Pareciera que soy un repelente de personal medico. Un repelente de noticias sobre Eleanor Gray.

Y me muero.

Me muero por saber que sucedio, y me estoy desesperando mas a cada segundo que pasa. Mis manos tiemblan como una gelatina y ya nisiquiera se si es el frio o el calor.

Lo unico que quiero saber, es que Eleanor, Elle, Ellie, mi Ellie... solo quiero saber que está bien.

Y luego de un largo rato más, por fin y gracias a dios una enfermera de complexion ancha y pelo por el hombro se acerca a mi.

-Disculpe- Dice, con una voz firme y seria- ¿Conoce a la paciente?

Me pongo de pie tan rapidamente que ella da un paso hacia atras, evidentemente, del susto que se acaba de llevar.

-Si- Digo rapidamente- S-Si si, yo... es una amiga- Balbuceo atolondrado y aun muy asustado- ¿Cómo está?

-Estable, bien- Dice, con una mueca que intenta ser una sonrisa fingida, y agacho la cabeza apretando mis ojos con mis manos- Le inyectamos un calmante que neutralizará las convulsiones, pero dormirá un rato... un par de horas- Hace una pausa y no puedo evitar largarme a llorar como un estúpido... estoy angustiado hasta el carajo por ella...

-¿Qué le pasó?- Sollozo amargamente y vuelvo a sentarme y ella se sienta a mi lado, sobandome la espalda con suavidad.

-Por eso le pregunté si conoce usted a la paciente- Repite- Queria saber si usted podia responderme si ella está siguiendo su tratamiento correctamente.

Alzo la cabeza subitamente, y la miro de reojo- ¿T-tratamiento? ¿Q-qué tratamiento?

Mi diafragma se expande y contrae casi sin permiso, y casi podria jurar que pretende provocarme una arcada.

-La paciente padece epilepsia- Comenta con total normalidad.

Palidezco. Palidezco al punto de parecerme a un jodido muerto, y entonces, una arcada vuelve a someter todo mi abdomen.

Y de nuevo, vomito.

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