Capitulo 10

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Hace oficialmente dos meses y medio que resido aquí en Oregon. Voy a casa de Eleanor casi todos los dias. Los dias de entrenamiento, trato de que nuestra amistad no intervenga en mi trabajo por devocion a mi profesionalismo.

Pero hay dias en los que simplemente voy a verla, a pasar una tarde con ella o llego con las compras hechas, listo para cocinar algo que nunca antes haya probado. Y ya ha probado casi todos los tipos de pollo adobado que yo suelo comer en Detroit.

Otras veces, simplemente vamos al parque por una caminata tranquila y un paseo para Fergus, o de vez en cuando, esos dias en los que ella no se siente lo suficientemente bien como para una paseo, nos quedamos en su apartamento y leo para ella. Leo los pocos libros que tiene entre unos estantes ajetreados de telarañas por la falta de aseo. 

Disfruto mucho de su compañía,  y es evidente que a ella no le desagrada la mia. Hemos pasado tanto tiempo juntos que hasta me he ofrecido a pintarle las uñas, en un arranque de buen humor.

Y entre carcajadas e intentos por mantener el pulso, lo hice. Aunque he gastado una infinita cantidad de almohadillas de algodon, nos la pasamos bien. Sin duda, se habia convertido en una gran amiga.

Y anelaba extender mi estadia en Oregon tanto como pueda, pero no queria sobreestirar los entrenamientos de Fergus más allá de lo necesario, porque, aunque me convenia seguir trabajando tanto como pudiera, eso afectaba a Eleanor, pues gastaria un dinero innecesario.

Y el dinero era tan necesario para mi.

-¿Sabes qué?- Susurra con suavidad removiendose a mi lado en el sofa, e interrumpo mi lectura de pronto, para cerrar el libro sujetando la pagina que estaba leyendo con mi dedo indice, y la miro por sobre mi hombro.

Esta sentada en posicion fetal junto a mi, su cabeza descansa en mi hombro derecho y sus brazos rodean sus rodillas de una forma adorable. Sonrio y me remuevo en mi sitio yo tambien, haciendo que mi cabeza choque con la suya un poco. 

-Yo se que Jane no es sumamente inteligente al volver a los brazos de Rochester- Comento pero ella carraspea su garganta y cierro los ojos por un instante. 

-No creo que Jane sea tan tonta- Susurra, casi en un suspiro- Pero no es eso lo que iba a decirte. Yo... ¿Ves la ventana de la habitacion?

Entonces, abro lentamente mis ojos y observo detalladamente la unica ventana que posee el apartamento, la cual se encuentra justo al frente de la mecedora que hace mucho tiempo no utiliza.

-Si... la veo- Susurro en voz baja. 

-A veces siento como si yo pudiera verla tambien- Comenta, y arqueo mis cejas, como si acabara de decir una tonteria o, aun peor, una locura. Y de hecho, lo es- La madera del marco esta completamente cuajada, es de un color gris ceniza, rota en algunas partes y en la esquina superior derecha, hay una flor de papel tapiz, pegada y desgastada con el tiempo, como si esa parte de la habitacion hubiese permanecido asi por años. 

Cada parte de la descripcion que me provee encaja a la perfeccion con la de la ventana que esta frente a nosotros en este instante.  

-Quiero ser honesta contigo- Admite, y frota su cabeza contra la mia- Ya no me alcanza el dinero- Su voz parece quebrarse de a poco, con palabra que dice.

Froto su brazo con mi mano y se acurruca aun mas contra mi cuerpo- Ellie, puedes contarme lo que sea y lo sabes.

-Yo... verás, cobro dos pensiones...- Admite y cierra los ojos- Y con una de ellas... pues te pago a tí. Con la otra... pago la renta, y como el dinero que resta no es mucho, apenas me alcanza para comprar comida o utensilios, tu sabes, lo que se consume en una vivienda dia tras dia.

La abrazo con fuerza y ella no se niega.

-No quiero prescindir de tus servicios- Balbucea entonces, casi al borde del llanto- Tu... tu haces un trabajo maravilloso y no lo mereces...

-No tienes otra salida- Digo yo entonces, mirando por la ventana, tras la cual se puede ver la avenida.

-Si la tengo- Murmura- Hansel... quiero comenzar algo... un negocio.

La miro a los ojos como si ella pudiera verme a mi, y la sujeto por las mejillas.

-¿Un negocio?- Repito frunciendo las cejas, no entendiendo a donde quiere ir.

-Quiero hacer de mi apartamento una tienda. Una tienda de esas que venden caramelos, cigarillos y estampillas coleccionables.

Entonces, se pone de pie, y como si supiera donde se encuentra todo a su alrededor, como si pudiera ver... camina a tientas hacia la ventana, la abre hacia arriba y apoyando sus manos sobre el marco sucio y roto, mira hacia afuera sonriendo tan anchamante que no puede evitar.

-A traves de esta ventana, voy a atender a mis clientes- Rie mientras respira el aire limpio que se filtra atraves de ella- Y aqui, voy a comprar una estanteria o algo donde pueda colocar todo... aqui- Dice señalando una repisa una repisa imaginaria del estantero- Aqui colocaré los cigarrillos...

Me pongo de pie y me coloco junto a ella. Su cabello ondea un poco por el viento que corre a traves de la ventana, y sonrie, recibiendolo con simpatia. Justo como me recibió a mi. 

-Eleanor... esa es una gran idea- Admito con una voz tranquila- Pero no concebiré que me pagues tanto si no puedes costearlo.

-¿De que estás hablando?- Se voltea para quedar de frente a mi, y yo estoy tan cerca de ella que nuestros cuerpos estan practicamente pegados. Trago saliva, y me siento mal, muy mal por lo que siento, por lo que me está pasando... mi corazon late desbocadamente y se siente como el peor de los pecados...

-En que no quiero que me pagues tanto, ¿Ok? No lo necesito- Miento, miento descaradamente, y vuelvo a tragar saliva- Solo me pagarás doscientos. Solo eso, y...

-¡¿Qué?!- Exclama de pronto- No, eso no va a pasar.

-Quiero ayudarte- Digo, y un breve silencio se pronuncia entre los dos...- Ahorrarias los restantes cuatroscientos, y si tu quieres, yo te ayudaré a colocar la tienda. 

-Dime que es una broma- Susurra entonces, y deja que su cuerpo se apoye contra el mio, escondiendo su cabeza entre mi cuello y mi pecho- Yo te cuento mis sueños y tu los transformas en metas... solo dime, ¿Por qué?

-Porque desde que llegué aquí, te vi sentada frente a esa ventana como si pudieras mirar a traves de ella, y nunca dejó de llamarme la atencion como... infaltables veces, en cualquier situacion, corrias a esa mecedora como si fuera tu lugar seguro... y ahora, ya no lo haces. 

-Porque tu eres mi lugar seguro, Hansel- Susurra y me rodea con sus brazos, estrujandome contra ella. Se lo correspondo, y siento como mi corazon es el que se estruja como una pasa, como si abrazarla me hiciera sentir extrañamente satisfecho conmigo mismo, como si estar a su lado fuera suficiente para hacerme sentir algo distinto, algo diferente, que nada ni nadie me habia hecho sentir antes...

¿Conocen esas odiosas mariposas en el estomago que todo el mundo siente cuando es sencilla y planamente feliz, sin tapujos y completamente transparente?

Asi me siento yo, en los brazos de Eleanor Gray. 

Y ni ella se hace a la idea, de cuanto la quiero. 

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