Capitulo 15

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-¡Hola, papá!- Exclamo sonriendo de oreja a oreja.

-¡Hansel! Dime que vas a venir antes del veinticuatro- Suena tan suplicante y mi cabeza se mueve de izquierda a derecha mientras no dejo de sonreir- Clara y yo te esperaremos ansiosos.

-¡Claro! Claro que iré- Contesto, mientras con mi otra mano intento doblar un pantalon- Pero no iré solo.

-¿No?- Rie y escucho la voz cuchicheante de Clara susurrandole cosas por detras.

-Llevaré a una amiga conmigo- Admito- No dejaré que se quede sola aquí en Oregon cuando podría estar mejor allá, con todos nosotros.

-Eso está muy bien... ¿Ya tienes el día del vuelo confirmado?- Suena emocionado y, en el fondo, yo tambien quiero estar ya mismo con el.

-Aun no, pero hoy mismo iré a comprar los pasajes... probablemente para el lunes o martes, Ellie y yo estemos en camino.

-Ya te extraño, muchacho- Susurra como si estuviera muy orgulloso de mi- ¿Ya hablaste con Kelly sobre como se distribuirán en las cenas?

-Respecto a Kelly...- Hago una pausa y me siento como si me quedara sin palabras- Tengo que hablar con ella... yo... creo que lo nuestro ya no funciona como antes...

-¿Que pasa, hijo?- Suena preocupado y trato de no preocuparlo más de la cuenta, teniendo en cuenta que le agrada mucho Kelly.

Si el supiera lo que yo...

-Te contaré cuando llegue a casa, pero no tienes que preocuparte, no es nada serio...

-De acuerdo, campeon- Asiente- Sabes que cualquier cosa que necesites, puedes contar con tu padre.

-Lo sé, pá- Admito, y entonces, cuelgo.

Respiro hondo, y mil pensamientos invaden mi mente.

No sé cómo voy a hacer para decirle a Kelly que ya no voy a casarme con ella. No sé cómo le diré que todo lo que compró para la fiesta fue en vano, porque ya no vamos a usarlo. No sé como decirle que nuestro sueño de viajar a Paris no pasará de ser sólo eso... un sueño. Un sueño que se desvanecerá, al igual que lo nuestro...

Por más que busco en mi interior, no logro encontrar las palabras exactas, donde pueda decirselo de la forma mas blanda posible.

No quiero romperle el corazón... y al mismo tiempo, no tengo otra opción. Debo hacerlo, debo decirselo...

Por el bien de los dos, lo nuestro debe terminar.



~



-Lindo- Admito, y lo empujo hacia la pared de la ventana- Es alto pero no lo suficiente para que no alcances lo que coloques hasta arriba- ¿Aquí te parece bien?

Ella se acerca y se sacude la blusa con las manos, antes de estirar su mano hasta alcanzar el mueble. Recorre su altura con sus manos, y cada estante, y luego recorre la distancia entre el mueble y la ventana.

-¿Puedes ponerlo un poco mas cerca?- Pregunta, y se asoma a la ventana en lo que yo lo empujo un poco mas. Vuelve a recorrer con su mano la distancia entre el mueble y la ventana, y ahora que es un poco menor, suspira, se podria decir, que con satisfaccion- Ahora si, Hans.

-Genial- Digo, sacudiendome las manos una con otra, y me las llevo a la cintura- Voy a atornillarlo a la pared, para evitar que se caiga hacia adelante o algo.

-Está bien- Dice, y sale de mi area de trabajo. Con la ayuda de Fergus, se desplaza hasta la cocina.

-¿Qué huele tan bien?- Sugiero con una sonrisa mientras coloco uno de los tornillos de la parte superior.

-Hice una especie de tarta- Dice, y escucho como el horno se abre. Automaticamente me doy la vuelta para verla colocandose el guante de cocina y retira la bandeja dentro de este con tranquilidad- Queria recompensarte por todo lo que estás haciendo por mi... y le pedi a la señora Hamed si cuando pasara por el mercado podía comprar algunas cosas... y...

-¿Te ayudó a cocinarlo?- Sonrio, pero ella permanece seria mientras que una vez que ha dejado el pastel en un costado de la mesada, se quita los guantes.

-¡Claro que no!- Farfulla casi enojada, y no puedo evitar carcajearme- Lo hice sola. Ella solo me puso todos los ingredientes en la mesa y yo me encargué del resto.

-Pues huele a triunfo- Comento, halagando su produccion culinaria.

-Son manzanas- Dice, y continúo con mis labores- Prepararé té. ¿Quieres?

-So british- Bromeo y siento como un objeto me golpea la espalda. Como si me hubieran lanzado una prenda- Aaaauch- Grito, y cuando miro al suelo, se trata de una rejilla de cocina.

-Eso fue por burlarte de mi- Argumenta y oigo como se le escapa una carcajada infantil.

-Para ser una novidente, tienes muy buena punteria- Comento y ella niega con la cabeza entrecerrando sus ojos

-Solo sigo el sonido de tu voz- Balbucea, con humildad fingida- Ven aqui, descansa y toma el té conmigo. 

Y... para ser sincero, luego de buen par de horas colocando todo lo que compramos para inaugurar la tienda, estoy algo cansado. Con el pequeño pañuelo que cuelga del respaldo del sofa individual, seco mi frente y maldigo los bruscos cambios de clima en mi interior. Si esto sigue así, me dará una gripe o algo similar. 

-Wooo- Exclamo cuando me acerco a la cocina y el fragante aroma de la manzana cocida entra por mi nariz- Huele muy bien.

-Espera que lo pruebes- Amenaza con un tono divertido y cargado de emocion, y luego de cortar una porcion en un plato, la pincha con el tenedor y se queda quieta, sosteniendolo en el aire- Quedate quieto. ¿Dónde estás?

-Aqui- Digo poniendome frente a ella. Con su mano libre busca mi rostro hasta casi impactarlo con esa mano, y entonces, guia el tenedor a mi boca. Abro y pruebo el bocadillo de tarta.

Esto está increible.

-¡Ellie!- Exclamo aun saboreando el pastel- ¡Esto es...! Wow- La adulo y ella sonrie ampliamente, y corre un mechon de cabello detras de su oreja.

-Denisse solía decir que el pastel de manzana era lo único que no se me quemaba- Comenta y por un instante, sigue sonriendo, pero al siguiente, su sonrisa se deforma por completo, dandole paso a una mueca triste.

-Sabes... odiaria que mi pregunta te ofendiera... pero ¿Quién es Denisse?

Un silencio abrumador se instala entre los dos. Ella se aleja de mi y corta otra porción de pastel. Coloca cada una en un plato y desecha las dos bolsitas de té en cada taza.

Me extiende una de las tazas, un plato y un tenedor. Toma lo suyo y bebe un sorbo de té.

-Tú me contaste tu pasado... tu confiaste en mí y me lo dijiste todo...- Susurra y su vista cae al suelo- Asi que... si tu confiaste en mí, ¿Por qué no habría de confiar yo en tí?

-No entiendo a donde quieres llegar- Digo y bebo un poco de mi té...

-Tu ya me dijiste cual es la historia que cuenta tu cicatriz- Insiste- Y... creo que yo ya estoy para decirte la historia de las mías.

-Yo, encantado de escucharte- Consiento, y como otro poco de pastel.

Y me preparo, fisica y emocionalmente para ello.

Veo Veo ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora