Capitulo 14

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Abro los ojos lentamente, por las luces blancas de la habitacion, y lo primero que veo es un techo de color blanco que para nada es familiar. Intento levantarme pero de pronto, siento como si pesara una tonelada.

Al mirar a mi lado, una enfermera- la misma que me dio novedades sobre Ellie- me abanica la frente y apenas nota que despierto, me ofrece un vaso de agua.

-¿Cómo se siente?- Pregunta, e intento una vez mas reincorporarme y entonces, todo lo que pasó antes viene a mi mente, como una bofetada.

-No sé qué me pasó- Sacudo mi cabeza y parpadeo intentando recuperar la compostura, y tomo el vaso de agua que no ha dejado de tenderme.

-Se desmayó- Me dicr con una sonrisa amplia, y la miro como puedo.

-¿M-me qué?- Balbuceo.

-Le sugiero que se siente- Susurra palmeandome la espalda e intento sentarme derecho en la incomosa banca de hospital- Tranquilo, amigo. Tiene bajo los niveles de azucar, le acaba de bajar la presión sanguínea.

-¿Cómo está Eleanor?- Susurro, casi ignorando sus recomendaciones.

-¿Puede pararse?- Pregunta y me tiende la mano, a lo que, por el mareo que tengo, tardo un momento en reaccionar y sujetandome de ella, me pongo de pie para luego tambalearme un poco- Lo llevaré con ella si promete que no la molestará hasta que despierte, y que se quedará sentado, esperando a que yo vuelva para traerle una barra de cereal y un jugo.

Camino lentamente, intentando recuperar la coordinacion de mis dos piernas, y nos desplazamos lentamente por unos pasillos hasta que llegamos a una habitacion donde hay dos pacientes más, aparte de Eleanor.

-Prometa que no se va a alterar y que va a aguardar sentado y tranquilo... ¿De acuerdo?- Me reta y asiento no al cien por ciento convencido, y entro a la habitacion empujando la puerta.

Y ahi estaba ella.

En una de las camillas, postrada, con sus brazos a cada lado de su cuerpo, con los ojos cerrados. Sin respiradores, ni tubos atravesando sus brazos, ni ningun tipo de aparato atacando su fragil.

Al lado de la cama, hay una silla blanca en la que no dudo sentarme. La acerco a la cama cuidando no hacer ruido, para despertar a los otros pacientes, y me siento lo suficientemente cerca de su mano derecha.

La tomo entre mis manos, y deposito una serie de besos en ella, cerrando los ojos, dejando que el olor a hospital me invada.

No quiero ser dramatico, quiero evitar exagerar el estado en el que se encuentra Ellie, pero verla palida y dormida, como el mas bello de los angeles, simplemente no me tiene tranquilo.

Al rato, la enfermera aparece con una barra de cereal energetica y un pequeño jugo en carton, al igual que una servilleta.

-Come- Me advierte susurrando y se va.

Al diablo conmigo.

Solo quiero que ella esté bien.



~




Al día siguiente, Ellie recibe el alta médica, y juntos nos vamos de ahi.

Decido no hablar del asunto hasta que lleguemos a su casa. Decido que iremos en taxi, sin embargo, porque me niego a caminar. Mi cuerpo simplementé no lo aguantará.

El silencio, incomodo y abrumador, se apodera del espacio entre nosotros y no nos permite cruzar palabra. No creo que estemos enojados, si no que es más bien un espacio para reflexiomar, independientes el uno del otro, sin compartir pensamientos.

Al llegar, pago y doy la vuelta al taxi para ayudarla a bajar. La guio por las breves escalinatas y la ayudo a entrar al apartamento.

Cierro la puerta y me volteo para verla parada junto al sofá, con las manos aferradas al respaldo. El silencio absoluto reina en el ambiente y abro y cierro mis manos.

-Ya sé que debí decirte- Susurra cerrando los ojos- Debi decirte lo que me pasaba. Es solo que... estoy cansada de ser la damisela en apuros. Estoy harta. Cansada de que la gente crea que no puedo sola.

-Yo no pienso eso- Admito y ella abre los ojos y voltea la cabeza en mi direccion, como si buscara mi rostro- Jamás lo pensé. Desde que te conocí, supe que eras capas de lograr lo que quisieras...

-Perdoname- Dice y agacha la cabeza- No quise ocultartelo.

-Elle- Digo intentando llamar su atencion- No eres la única que oculta cosas.

Entonces, vuelve a buscar mi rostro.

-Yo no te he mentido ni te mentiría nunca- Admito, tambin agachando la vista- Pero... yo, te oculté una gran verdad sobre mí...

-No voy a enojarme- Susurra con un rostro tan amable, que me inspira toda la confianza que necesito para contarle sobre Kelly...

-Yo estaba... estoy comprometido- Susurro, y noto como da un paso atrás.

-¿Qué?- Su voz queda y tenue es tan neutral que apenas si puedo distinguir qué es lo que sintió en el preciso momento en el que se lo dije-¿Te vas a casar?

-Ya no- Niego aun sin levantar la vista, aun sin ver su expresion... y cuando lo hago, una expresion sumamente extraña es lo que se dibuja en su rostro...

¿Alguna vez vieron la cara que pone una persona cuando quiere decirte cuan contento esta por ti, pero no puede, porque tu felicidad supone su tristeza?

Esa es la cara que Eleanor Gray tiene en este preciso instante.

Avanza en mi direccion, no muy segura de cuantos pasos caminar para dar conmigo.

-Porque ya no quiero- Suspiro- Porque todo este tiempo que estuve alejado de ella, la distancia me hizo ver que la quería y la quiero... pero, no...- de pronto, no encuentro las palabras que definan con exactitud lo que siento en este momento- Ellie, yo no la amo.

Quiero decirtelo, mía Elle, quiero decirte la verdad. Quiero decirte cómo me hormiguean los pies y las manos cuando estoy contigo.

Quiero decirte como se me corta la respiracion cuando te tengo cerca. Como no puedo evitar sentir un cosquilleo en mi estomago, o el latir desbocado de mi corazon cuando tu, niña bonita, lloras y lloras.

Quiero decirte cuan loco me vuelve esa forma tan simple que tienes de vestir, con tus vestidos, faldas y blusas de colores claros y brillantes, y tus zapatos de piso blancos que jamás dejas de usar.

Muero por decirte que no quiero casarme con Kelly porque me di cuenta de que eres a ti a quien amo, Eleanor Gray.

Me he enamorado de ti tan rapido, que aceptar que nuestra bonita amistad se desvanecera cuando ya no me esté quedando en Oregon, es para mi, una monstruosidad, y me niego.



Me niego a renunciar a esto que tan bien nos hace. Me niego a renunciar a Ellie. Mi Ellie.

-Ellie...- Digo acercandome a ella y envolviendola en mis brazos- Yo debo ir por una semana a Michigan, y no quiero que te quedes aqui en Navidad- Admito y noto como sus brazos envuelven mi cintura correspondiendo mi abrazo- Ven conmigo. Ven a Michigan, conoce a mi familia. No me digas que no.

-Como decirte que no- Rie apoyando su cabeza en mi pecho- Claro que voy contigo, príncipe Hans.

Rio cuando escucho el apodo que me coloca, y deposito un beso en su frente.

La diferencia entre Hans de las islas del sur, y yo... es que jamas le haria daño a mi pelirroja favorita.

No, cuando la amo tanto tanto.

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