26: La Batalla Final, Parte 3: "¡Tempus Infinitum!"

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Recobro el aliento con una bocanada de aire, despertando de improviso en el bosque. Estaba acurrucado sin más que un bóxer apretado. Miro detenidamente a su alrededor tratando de identificar el lugar en donde estaba, la hora y si era posible el día, pero su cabeza estaba hecha un lio, mas encima que dolía como una resaca y eso que nunca había tenía una. Era imposible.
Se levantó sin incomodarle la falta de ropa, ni la helada brisa matutina. Se podía permitir decir que se sentía más vivo que nunca. Las hojas resquebrajándose en sus pies era lo mejor. Un cosquilleo hermoso y sutil que le relajaba y le hacía familiar su niñez y adolescencia.

Camino sin rumbo por el interminable bosque, no queriendo encontrar el camino, sino que tan solo hacerlo por hacerlo. Otras pisadas se sintieron, apresuradas y juguetonas. Se incomodó por aquello y se escondió entre las hojas dejando solo una abertura que le servía para ver.

Sintió pisadas pesadas rápidas encima de él pero intento no quejarse de ninguna para no dar cuenta de que estaba allí. Escucho risas juveniles a sus espaldas disfrutando de los juegos que estaban proyectando en la realidad. Dos o tres veces más aquellos pies cayeron en su espalda. Por conclusión saco de que eran chicos fuertes.

Entre las risas, noto diálogos entre ellos y forcejeos.

ꟷ Estas cada vez más fuerteꟷ dijo uno que corría rápidamente mientras era perseguido pero no alcanzado.

ꟷ Me subestimasꟷ dijo otro con ligereza, sin escucharse agitado.

ꟷ Es cierto. A tu edad era fuerte pero nunca tanto. Pues en eso me llevas ventaja, pero aun tienes mucho que aprender.

ꟷ Espera, espera. Hablando de que tengo mucho que aprender, debo hablarte de algoꟷ dijo sentándose en el suelo.

Desde su escondite solo le veía la espalda desnuda, mientras que era obvio que el otro también estaba sentado al igual que él.

ꟷ Pues, dime. Que pasaꟷ le pregunto con curiosidad.

ꟷ Creo que me he enamoradoꟷ dijo con dificultad y algunos rodeos. El otro levanto una ceja y dibujo una sonrisa pícara en su rostro.

ꟷ ¿Y quién es?ꟷ pregunto. Es esa pelirroja que...ꟷ dijo con sorna.

ꟷ No seas asqueroso. Idiota. Es muy chica.

ꟷ Si, pero estoy seguro que cuando crezca será toda una...

ꟷ ¡Ya! ¡Basta!ꟷle detuvo.

ꟷ Ok. Ok. Entonces ¿Quién es?

ꟷ Bueno, ella se llama...ꟷ pero no logro decir el nombre, porque alguien que le resulto familiar les llamo. Una voz femenina. Quería en serio levantarse y ver, pero ya no estaban.

Esa conversación la recordaba. Tanto como si hubiera sido ayer. Se dejó de ocultar y se dio cuenta de todo: Estaba en Beacon Hills, pero hace muchos años atrás. Era el momento en el que le decía a Peter que estaba enamorado de Paige.
Pero algo había cambiado. No le dijo y según el recordaba se lo decía en ese instante.

¿Habrá influenciado su presencia? ¿Le habrán sentido? Pero lo más confundido que le tenía, era ¿Por qué estaba en ese instante de su vida?

Pero ya habría tiempo para eso. Primero debía salir del estatus de terminator en el que estaba y conseguirse ropa. ¿Pero donde se conseguiría ropa de su talla?
Caminando se topó con una casa muy conocida para él, algo que le aboco muchos recuerdos. La mansión Hale estaba en buen estado. Estaba tan reluciente como lo imaginaba. Vio a su madre a lo lejos salir y estirar sus brazos, sintiendo el sol de la mañana.

Escucho nombrarlo en susurro, escucho no solo una vez, sino varias llamarlo. Una fuerza magnética le hacía querer reunirse con ella en ese momento, pero ¿Cómo le explicaría que es su hijo? ¿Cómo le explicaría que hacia allí?
Se contuvo con todas sus fuerzas y con rapidez se fue de allí, sin imaginarse que en ese momento Talia miraba en dirección hacia donde estaba, con una mirada esperanzadora, anhelante y nostálgica.

LOST YEARS (a TEEN WOLF story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora