08: "Sterek"

345 19 2
                                    


Aquel nombre resonaba en su cabeza desde hace mucho tiempo. El escucharlo nuevamente y que no fuera de sus pensamientos era vida para él. Habían pasado años desde la última vez que le vio, que le olio, que lo sintió. Desde la primera vez que lo vio en el bosque sabía que no era coincidencia que se encontraran y así fue como se siguieron frecuentando. La mirada estúpida y el miedo junto con el nerviosismo fueron pan de cada día desde que Scott se volvió un hombre lobo y su inseparable amigo estuviera inmiscuido cada vez más en el mundo sobrenatural.

Era claro que no lo aceptaba, porque era un simple humano, una carnada para seres sobrenaturales, y sabiendo cómo era aquello, era probable de que según la tasa de mortalidad de adolescentes en, no tan solo Beacon Hills, pronto perteneciera a aquella estadística por lo que fuera que le ocurriera así que no tenía sentido en que se encariñara con él. Por eso odiaba a Scott, por ser tan débil y mezclar sentimientos con seres tan frágiles como los humanos.

Pero descubriría con el pasar del tiempo que el humano tenia lo suyo. Ni siquiera en su familia o en alguna manada encontró a alguien más intuitivo que él. Solo eso, ya que su hiperactividad y el sarcasmo le molestaban en demasía, tanto de querer arrancarle la garganta con sus dientes, tan solo para no escuchar su verborrea y chillona voz.

Recordó como poco a poco comenzó a sentir cierta simpatía por el adolescente, pero sus trabas y sentimientos negativos no le dejaban entablar relaciones comunes y corrientes. Era una batalla consigo mismo y sus penas y traumas.
Ahí descubrió otra cosa que, no sabía si admiraba o no de él porque no sabía si era algo bueno y esto era su valentía, o demasiada estupidez, pero era ultra leal con sus amigos, dejando todo de lado a favor de ellos, sobre todo cuando el lazo era más profundo, como su amor por Lidia Martin.

Era demasiado gracioso verle babear por la pelirroja sin que ella le tomara asunto o atención, pero aunque se burlara de el por interno ante sus desplantes de llamar la atención, le envidiaba. Lo hacía porque él no podía hacer eso, porque no podía amar a una persona así y jugársela por ella sin tener miedo de que te rompan el corazón. Una confianza en sí mismo de ese calibre no la tenía y toda su vida cargaría con ese mal, porque cuando el confiaba, significaba solo desastre y eso se lo recordaba siempre la muerte de su familia a causa de Kate Argent.

Se odiaba por su orgullo y aunque quería admitir ciertas cosas, su ser no se lo dejaba luchando con su lobo que si quería sentir, un poco más vivir y experimentar otras sensaciones, pero había entrenado tanto sobre el control de sí mismo que podía anular lo que el considerara inútil y los sentimientos para el eran inútiles en su vida.
Recordó aquella vez cuando el kanima les ataco y estaban en la piscina. Se sintió bien y muy bien estar en los brazos de alguien, sentirse protegido siendo que él era el alfa y debía proteger aunque lo disfrazo de incomodidad e inseguridad al no querer que Stiles le dejara solo, porque sabía que no le dejaría morir y así fue. Una sensación a la cual no estaba acostumbrado desde hace mucho era la de estar cómodo con alguien a su lado y sabía que acercarse al humano solo le ocasionaría problemas y más problemas, por lo que la negación era lo mejor y más aún si llenaba su cuerpo de sensaciones vacías para distraerle de los verdaderos sentimientos, pero y de chica tras chica no le sirvió de nada.

Involuntariamente, intimidarlo era la manera en la que soltaba su frustración de querer acercarse más a él y ¿Para qué? No lo sabía. Solo sabía que quería estar cerca de él y punto, hasta que sus sentimientos fueron sacudidos por Jennifer. Eso lo remeció al punto en el que Stiles pasó a un segundo plano o incluso hasta un tercero. Sintió volver a enamorarse hasta que descubrió lo del Darach. Se sintió idiota y un imbécil al haber caído en su trampa y darse cuenta que la vida siempre le restregaría en la cara que no podría tener o recibir cariño de nadie porque aquello conllevaría un mal para sus cercanos.
Pero eso no era todo, ya que el sacrificio que hizo Stiles le hizo volver a preocuparse aunque no se dejaba estar cerca de él y de eso se arrepentía tanto, pero eso tampoco lograba entender. ¿Por qué su fijación al delgado y sarcástico chico? ¿Qué tenía él? Pero justo cuando pensaba en darle una oportunidad a lo que sentía, sucedió lo que menos pensó. Sintió cambios en él y sufría demasiado y no sabía porque, hasta que después supo el porqué de todo. Un espíritu maligno se había apoderado de él y estaba causando estragos en Beacon Hills. En un momento tuvo que enfrentarlo, aunque no quería hacerle daño, pero debía pensar que aquel Stiles no era el humano indefenso, sino que era la manifestación del nogitsune. Y aunque no tuvo mucho éxito en aquel enfrentamiento, sus pensamientos aun giraban en torno a aquel tablero de ajedrez y porque él era el rey. Y aunque después pudieron dividirles y tener separados al nogitsune de Stiles, había un vínculo que les unía y de ahí todas las cosas se fueron a pique.

LOST YEARS (a TEEN WOLF story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora