Los gritos emocionados de Félix hacen que las otras cuatro personas en el coche tengan que taparse los oídos con desesperación. El chico se encuentra ansioso por llegar a Miroh, su discoteca habitual, y poder bailar hasta que le duelan los pies con sus amigos. Hacía ya un tiempo que no hacían una escapada así.
-Ya hemos llegado.- suspira Minho con cansancio, aparcando el coche en el espacio reservado para los clientes de la pequeña discoteca. Deja caer su cabeza sobre el volante con dramatismo, haciendo reir a sus amigos.- Juro que si tengo que aguantarlo un segundo más me tiro del coche en marcha y luego os matáis vosotros en un accidente por ir sin conductor.
-Hoy nada de alcohol a Lix.- anuncia Chan con seriedad, igual de cansado que el otro de la excesiva emoción del chico pelinaranja.- No quiero que pase de estar hiperactivo a bipolar, y sabemos que cuando bebe se pone insoportable. Como mucho una cerveza, como muchísimo.
El chico pecoso hace un puchero, disconforme con la decisión de su mayor, pero temeroso de llevarle la contraria. No quiere que Chan se enfade y haga algo peor que dejarlo sin beber por una noche. Prefiere no tentar a su suerte y disfrutar del único baso de cerveza que va a probar esa noche que acabar peor que mal por enfadar a su hyung. Por lo menos su vida no corre peligro por culpa del mayor, de momento.
-¿Esta noche os váis a pintar algo?- pregunta Seungmin cuando empiezan a caminar hacia la entrada del local.- Me da pena la pobre chica cada vez que le decís que no queréis nada.
El chico con parecido a un cachorro se refiere a una chica de cabellos rosados y rostro adorable que se encuentra en la entrada de Miroh a la que pagan por pintarles la cara con colores que brillan en la oscuridad a los clientes que así lo deseen. Chan y Minho suelen rechazar sus servicios de manera suave cada vez que van.
-Supongo que por un día no nos vamos a morir.- responde Chan con un encogimiento de hombros.- Pero nada muy exagerado. No quiero acabar como aquella vez que Félix decidió que era buena idea pintarse la mitad de la cara.
-Fue demasiado gracioso.- ríe Jeongin al recordar la imagen, ignorando la mirada asesina que le lanza su amigo pecoso.- Mientras estuvimos en la fiesta se veía genial. Lo mejor de todo fue cuando al llegar a casa no era capaz de sacarse la pintura. Creo que casi me muero de la risa mientras a él le daba una especie de ataque de pánico.
-Eres un mal amigo, Yang Jeongin.- suspira Félix, haciendo un pequeño drama.- Por ser tan mal amigo hoy me pagas tú las bebidas.
-Serás aprovechado.- le recrimina el menor mientras lo fulmina con la mirada.- Deberías pagarte tu lo que bebas por un día.
-Hola chicos.- los saluda la agradable pelirrosa de la entrada, a la que casi no se habían dado cuenta de que habían llegado, cortando la pequeña discusión de los dos chicos.- ¿Queréis que os pinte algo?
Uno a uno, los chicos van pasando y dejando que la pelirrosa pinte con marcas pequeñas sus rostros. Una cruz en la mejilla en el caso de los dos mayores y Seungmin, o medio corazón en el caso de Jeongin. Félix decide dejar que la chica remarque algunas de sus pecas con la pintura fosforescente.
Una vez ya preparados, se adentran en el pequeño mundo que es Miroh con sonrisas gigantes plasmadas en sus rostros, dispuestos a pasar una gran noche de sábado.
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-No entiendo porque no vamos a District 9 como siempre.- refunfuña Hyunjin mientras Wheein aparca su coche frente a la discoteca a la que se han empeñado a ir sus amigos.- Aún encima que me obligáis a salir me lleváis a un sitio que fijo que es un asco. Sabéis que odio los cambios y hacéis esto, malos amigos.
-Creí que el quejica inconformista era Changbin.- bromea la mayor de todos, ganándose miradas reprobatorias de sus dos menores implicados en su burla.- Deja de quejarte y vamos, seguro que este lugar está bien también. Eres un completo rey del drama, Hyunjin.
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~Atrevido~ Hyunin
FanfictionQuizás Hyunjin debió prestarle más atención a aquel chico adorable de su clase mucho antes. Detrás de su fachada de niño inocente hay un gran secreto, el pequeño Jeongin podía ser mucho más atrevido de lo que todos pensaban. Quizás Jeongin debió mos...