Después de ese primer beso se vienen otros tantos. Cada uno es más necesitado que el anterior, alentados por el pequeño juego previo que se ha ocupado de preparar la situación hasta el punto perfecto. Solo se separan los segundos justos para buscar aire para una nueva arremetida.
Las manos de Hyunjin en la cintura de Jeongin ahora se agarran de una manera todavía más demandante, mucho más seguras y confiadas. Sus lenguas parecen haber encontrado la armonía perfecta en la que Hwang lleva la voz cantante del beso, pero el otro tampoco se deja dominar con facilidad. El menor disfruta enredando sus dedos en las hebras oscuras de su compañero, tirando ligeramente de estas.
Las sensaciones son incluso más abrumadoras que en su primer encuentro, más satisfactorias.
-La gente está empezando a mirarnos raro.- murmura Jeongin después de lo que parece una eternidad con sus bocas conectadas. El pequeño se relame los labios, quitando el exceso de saliva que han dejado los de Hyunjin sobre ellos.- Creo que es mejor que vayamos a otro sitio.
-La gente es bastante morbosa.- ríe Hyunjin en respuesta, sin querer todavía separar sus manos de la cadera del otro. Imita sus acciones, eliminando la saliva de manera lenta. Mira a su alrededor, encontrándose con los rostros contrariados de un grupo de chicas que parecen instarlos a que se marchen.- ¿Y a dónde propones que vayamos?
-Primero propongo que te pidas algo de beber, porque te vas a morir deshidratado a este paso.- propone el rubio con una sonrisa, burlándose de su acompañante. Se separa, encontrándose con la ligera oposición de las manos del chico a soltarlo.- Después simplemente podemos ir a fuera, tomar el aire y, por último, entrar a bailar como el otro día.
-Creo que me gusta tu plan.- responde el mayor dedicándole una sonrisa tan brillante que podría derretir a cualquiera.- Sabía que eras un chico listo.
Hyunjin se inclina sobre la barra intentando llamar la atención del camarero por encima del ruido de la música. Esos instantes que se concentra en pedir la bebida son concedidos a Jeongin para poder observar el hermoso rostro del chico sin ser descubierto.
El mayor posee una belleza natural de la que él carece, a su parecer. Se esfuerza por esconder sus peores rasgos y resaltar los mejores con maquillaje. Usa algo sutil cuando va al instituto, y se esfuerza en extremo cuando sale. Sin embargo, Hyunjin no lleva ni una sola gota de maquillaje que esconda sus rasgos naturales y aún así es una de las personas más guapas que han visto sus jóvenes ojos.
-Ya estoy.- anuncia el más alto cuando ya tiene el vaso en su mano.- No deberías olvidarte esto.- le recuerda a Jeongin, tendiéndole el vaso con la cerveza que había quedado olvidado en la barra tras de ellos. Le dedica una sonrisa burlona al chico, intentando sacarlo un poco de sus casillas.- A ver si el que va a morir deshidratado vas a ser tú.
Jeongin acepta la bebida mientras rueda los ojos con fingida desesperación. Le hace un gesto al otro con la cabeza para apremiarlo a salir a fuera cuanto antes.
No tardan mucho en llegar al exterior. Todo gracias a Hyunjin. Las personas se han ido separando a su paso, como si fuese una celebridad o un personaje importante. Es ese efecto de fascinación que suelen causar las personas tan agraciadas físicamente. Muchos han estado a punto de acercarse a intentar hablarle, pero han desistido al ver al chico que caminaba detrás, al que el alto llevaba sujeto por la muñeca para no perderlo.
Yang no tarda mucho en sentarse en el borde de la acera, dejando que la ligera brisa nocturna acaricie su rostro. Deja descansar sus piernas cargadas por la tarea de mantenerse de pie por todo el tiempo que han estado dentro del lugar. Puede que ya haya pasado una hora desde que se separó de sus amigos en la entrada. Respira profundo, lejos del agobio y el aire cargado del interior del local.
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~Atrevido~ Hyunin
FanfictionQuizás Hyunjin debió prestarle más atención a aquel chico adorable de su clase mucho antes. Detrás de su fachada de niño inocente hay un gran secreto, el pequeño Jeongin podía ser mucho más atrevido de lo que todos pensaban. Quizás Jeongin debió mos...