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-¿Necesitas ayuda?

Alguien agarra su muñeca, haciendo que se detenga de golpe. La voz que le habla le suena ligeramente conocida, a pesar de que le llega como en un segundo plano lejano.

Hyunjin reza por haber encontrado a alguien conocido que le ayude en su situación desesperada.

Se gira despacio para quedar de frente con la persona que todavía mantiene el agarre sobre él. El miedo y la esperanza atenazan su pecho con fuerza, deseando que esto sea una buena señal en esa noche de locos.

Sus ojos se topan con un chico un poco más bajo que él, de cabellos rubios y una sonrisa nerviosa que le resulta conocida. La imagen se procesa en su cerebro de forma neblinosa, por lo que le cuesta distinguir correctamente todos sus rasgos.

Cree estar teniendo una especie de alucinación producto del alcohol, porque el chico que lo agarra se parece mucho a Jeongin. Incluso su voz suena parecida a la de su lindo novio. Pero no puede ser posible, Jeongin está en casa de Minho. No puede estar en la discoteca.

-Se te ve muy perdido. Bueno, apostaría a que estás perdido seguro.- ríe el supuesto Jeongin con timidez e incomodidad. Hay algo que no acaba de convencer a Hwang en el tono de voz supuestamente agradable con el que le habla.- ¿Quieres que te ayude a buscar a tus amigos?

Hyunjin no es capaz de negar, por lo que el rubio se toma su silencio como un sí. Echa a caminar en una dirección desconocida para el pobre chico alcoholizado y perdido.

El de cabellos azabaches siente que algo va muy mal. No es capaz de negarse a nada de lo que el chico dice por el asombroso parecido que tiene con Yang, más la sensación que este le da no es la misma que le da su pequeño novio. Es como si algo muy malo fuese a pasar si no encuentra rápido a los otros tres chicos con los que vino.

Por eso es por lo que no le gusta beber. Cuando el alcohol hace efecto en su organismo no es capaz ni de contestar a la pregunta de cuál es su nombre. Es como si se volviese mudo por unos instantes, las palabras pesan en su lengua, pero se vuelven pastosas cuando intenta pronunciarlas. Por no decir que su voluntad queda casi completamente anulada, por lo que es la mejor marioneta del mundo.

Todo eso teniendo en cuenta que hoy no ha bebido tanto como para estar sufriendo los efectos en demasía pero agravado por la sorpresa de la repentina aparición del otro chico.

El desconocido lo arrastra entre toda la gente que baila eufórica, ajena al drama en el que parece estar convirtiéndose la noche de Hyunjin. El rubio parece muy convencido con la dirección que ha tomado. Camina con seguridad, apartando con firmeza a la gente que se interpone en su avance.

Al final terminan en el centro de la pista de baile. El chico rubio se detiene con una sonrisa satisfecha ante la mirada de confusión que le dedica Hwang. 

Lo único bueno es que al fin le suelta la mano. Hyunjin no se había dado cuenta de toda la presión que este estaba ejerciendo hasta que retira la mano pero la sensación de sus dedos sigue apresando su muñeca.

-Este es el mejor sitio de toda la discoteca. Todo el mundo puede vernos aquí. Si tus amigos te buscan tendrán que pasar por aquí en algún momento.- explica el chico con ese tono pastoso que se usa con los niños pequeños. Parece que pensase que el cerebro de Hyunjin no va a procesar bien la información que le de.- Podemos bailar un poco mientras no aparecen. Para amenizar la espera.

-Esto no está bien. Debo ir con Changbin y Wheein.- es capaz de murmurar Hwang cuando ve como el chico empieza a moverse al compás de una canción que suena muy lejana, como un eco, en sus oídos.

-No te preocupes tanto. La noche es muy larga.- anuncia el rubio acercándose unos pasos. Aprovecha que Hyunjin no puede retroceder por la gente a su alrededor para acercarse lo máximo posible.- Estás muy tenso. No estás haciendo nada malo. Solo estamos esperando a tus amigos.

~Atrevido~ HyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora