~Atrevido~ Hyunin

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Jeongin se encuentra tumbado en su cama en una apacible noche de viernes. La música que sale de sus altavoces a todo volumen crea una sensación de aislamiento placentera para su cuerpo cansado. Está tentado a dormir un poco a pesar de que tiene una gran carga de deberes para el lunes, por lo que no tiene pensado salir este fin de semana.

Un mensaje entrante en su teléfono, que se encuentra posado en la almohada al lado de su cabeza, hace que el sueño se escape de él cuando estaba a punto de atraparlo.

Gruñe bajito, dispuesto a mandar a la mierda a cualquiera que intente molestarlo en su momento de paz. Piensa ya con maldad en todas las palabrotas que puede escribir en un mensaje haciendo que este suene coherente para indicarle a la persona que lo ha molestado que ahora mismo siente odio hacia ella o él.

Pero todo su enfado se va de golpe al notar quién es el que le ha escrito. El nombre de Hyunjin aparece en grande al lado de un corazón en la notificación cuando enciende la pantalla del aparato. 

Una amplia sonrisa estúpida se instala en su rostro en contraste con su gruñido anterior.

[Hyunjin <3]

Ayúdame, la cena de negocios de mi padre va a ser un tostón. 

No tengo ganas de ir.

Vamos, no te comportes como un crío Jinnie.

Seguro que no es tan malo como lo pintas.

No eres tú el que tiene que aguantar a un montón de ejecutivos aburridos :(

Además, yo prefería estar contigo :(

A Jeongin le da un vuelco el corazón al leer el mensaje de su novio. ¿Cómo puede ser tan lindo solo por mensajes? 

A veces odia la facilidad que tiene el mayor para volverlo loco con dos palabras. Odia todo el poder que tiene sobre su persona. Odia caer tan fácilmente ante él.

Odia estar tan jodidamente colgado por el mayor.

No le da tiempo a contestar nada al último mensaje de Hwnag ya que la puerta principal es abierta de golpe, sobresaltándolo. Se empiezan a oír ruidos frenéticos por toda la casa, como si alguien buscase algo con desesperación. 

Jeongin deja su teléfono sobre la cama, preguntándose cómo es que su padre ha vuelto tan pronto hoy. Porque está seguro de que no es Minho el que hace tanto ruido a las siete de la tarde en su casa. Su hyung puede ser molesto, pero no es tan maleducado como para hacer eso.

Avanza decidido hasta el salón, dónde parece que está ahora el hombre. 

-¿Qué es lo que haces?- pregunta el rubio al ver el desastre que está montando su padre. 

El cajón en el que suelen guardar facturas y cartas importantes se encuentra totalmente revuelto, con su contenido esparcido por el sillón. Su padre observa los papeles que allí se encuentran, descartando la mayoría al no encontrar lo que busca y tirándolos sobre los demás. Parece que la tarea lo está desesperando, porque se encuentra con el ceño fruncido y los labios apretados en una línea fina.

-¿Sabes si guardé aquí la carta de recomendación de mi anterior jefe cuando me trasladaron de empresa?- responde el hombre sin separar la vista de los papeles. El menor intenta convencerse a si mismo de que no le duele que siquiera lo haya saludado a pesar de que llevan días sin verse.- Es importante. La necesito para ahora mismo.