El resto de tiempo que pasa en casa de Hyunjin se siente casi ilusorio. Entre ellos se instala una calma extraña. Todo parece ir rodado, llevando a cabo su tarea de empezar de cero y ser amigos con aparente facilidad. Pero es como si algo faltase.
No es hasta el momento en el que se descubre a si mismo observando los labios contrarios cuando Jeongin se da cuenta de lo que falta. Añora sus besos y sus frases para ligar de manera descarada. Extraña la manera en la que todo parecía fluir entre ellos antes y odia la manera en la que ahora parecen no haber tenido ningún tipo de relación en algún momento de las semanas pasadas.
Quiere que llegue ya el momento de irse del lado del mayor para poder pensar con tranquilidad en lo que pasa. Necesita aclarar todos sus pensamientos, que en ese momento giran entorno al mayor.
A la vez, quiere que la tarde se haga eterna para así poder estar un poco más tan pegado a Hyunjin mientras ambos observan el mismo ordenador para poder hacer el trabajo por el que está allí. Le resulta reconfortante la manera en la que sus cuerpos parecen estar perfectamente cómodos el uno al lado del otro.
-Ya son las ocho. Debería irme.- indica el rubio mirando la hora en su teléfono móvil con algo de desilusión por lo rápido que ha pasado el tiempo. Tiene algunos mensajes de Minho diciendo que irá a su casa sobre las nueve para cenar juntos que hacen que las prisas se apoderen de él.- Podemos seguir con el trabajo en otro momento. Hoy hemos avanzado un montón.
-Te acompaño a la puerta.- responde Hyunjin sin dar opción a réplicas.- Espero hacer el mejor trabajo de la clase y darle en los morros a la zorra de la profesora. En serio quiero ver su cara cuando eso pase.- ríe el chico mientras caminan en dirección a la puerta.
-No tienes remedio. La pobre profesora tenía razón al decir que ha hecho esta pareja por tu bien, no sé que harías sin mi como parte de tu venganza.- bromea Jeongin mientras rueda los ojos con una sonrisa divertida surcando su rostro. Por lo menos han vuelto a bromear de una manera ligeramente parecida a cómo lo hacían antes, aunque sea a costa de su profesora.- Ha sido un placer pasar la tarde contigo, hyung.
-¿A qué viene ese hyung tan de repente? Me haces sentir importante.- responde el mayor de los dos con una risa ahogada. Jeongin nota el sonrojo subir a sus mejillas con fuerza al darse cuenta de que ha hablado sin pensar. Se recrimina mentalmente por ser tan estúpido a veces.- No te pongas así, es tierno que me llames hyung. Pero prefiero Hyunjin a secas. Me siento menos viejo y más mundano.
-Bueno, pues adiós Hyunjin a secas.- ríe el rubio, algo nervioso todavía.
Es consciente de que algo anda mal con él cuando se encuentra a si mismo intentando calmar su corazón acelerado por la sonrisa de que le ha dedicado el chico por su broma mala.
En el momento de la despedida ha deseado con todas sus fuerzas que el propio Hyunjin rompiese la pequeña norma que han creado esa tarde y lo hubiese besado como cuando estaban en Miroh o aquella tarde que fueron todos a su casa.
Cuando llega a su deprimente apartamento vacío, demasiado frío en contraste con el calor acogedor de la casa Hwang, se tumba en su sillón boca abajo. Intenta ahogar todos sus pensamientos entre los cojines que lo rodean. No quiere pensar más en Hyunjin y en todo lo que el chico parece haber alterado en él en los últimos tiempos.
-Jeongin, estoy aquí.- se identifica la voz de Minho después de un leve sonido de llaves en la cerradura. El menor ni se molesta en levantarse de su posición, en la que debe de llevar unos diez minutos, para darle la bienvenida.- Traigo visita. Me he encontrado a dos enanos en la puerta.- indica con tono jovial.- Y también traigo ramen. Sé que seguramente no tengas nada.
El dueño del lugar levanta su cabeza, curioso por quiénes serán las visitas que trae su hyung, a pesar de que por el "enanos" ya se hace una ligera idea.
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~Atrevido~ Hyunin
FanfictionQuizás Hyunjin debió prestarle más atención a aquel chico adorable de su clase mucho antes. Detrás de su fachada de niño inocente hay un gran secreto, el pequeño Jeongin podía ser mucho más atrevido de lo que todos pensaban. Quizás Jeongin debió mos...