Veneno (Terminado)

Capítulo 35

Por Sasuke:

Entonces de forma repentina, unas cuantas palabras que estremecen un alma que de por si esta llena de grietas, de parches que sangran y resbalan sin dejar cicatriz.

Permanezco quieto esperando fuera de la oficina, Hidan se detiene frente a las puertas.

- Deja que ellos arreglen esto. No tienes idea en lo que te estas metiendo.-

Él no tiene ni idea de la escoria que es está familia. O quizás si lo sabe. Ignoro su comentario, Madara es un hombre fuerte, jamás le ha tenido miedo a Fugaku. Cuando las puertas sean abiertas él me dará una palmada en la espalda, complicidad, por que soy parte de su legado y eso es algo que no será cambiado por alguna conversación.

Escucho pasos y sólo me fijo en ella cuando escucho su voz.

- Sasuke.- La castaña sonríe, luciendo un vestido celeste demasiado apretado en su delgado cuerpo. Muevo mi cabeza indicándole que la escucho, se acerca un poco mas, Hidan le observa el trasero aunque intenta disimular.- Me preguntaba si crees que a padre le moleste que invite a algunos amigos a casa.- Son cerca de las diez de la noche. ¿Con qué intención quiere traer a sus amigos a esta hora?.- Sólo quiero invitarlos a la piscina. Son amigos de la universidad.- Lo que ella haga no es mi asunto.

- Invita a tus amigos.-

Ella sonríe ampliamente.

- ¿Quieres acompañarnos?.-

- Tengo cosas que hacer.-

- Está bien. Nos vemos después, Sasuke. Gracias.-

El sonido de sus tacos se aleja con el movimiento de sus caderas.

Las puertas se abren cuando ella gira el pasillo. Madara sale siendo seguido de Obito.

- Eres mi muchacho ahora. Eso es algo que no pueden cambiarlo.- El golpe que da en mi espalda es ligero.

Hidan esta a la defensiva.

- ¿Puedo irme?.- Interrogo en un intento en vano de no mostrar la repulsión que me produce seguir en esta casa.

Él se detiene, voltea y sonríe ligeramente.

- Por supuesto. Regresa a nuestra casa cuando quieras.- Menciona Obito.

Sus pasos nuevamente se escuchan, Hidan me observa y mueve su cabeza en negación, los vencedores están frente a mí.

- Nos vemos, después.- Murmure.

Ingreso en la oficina, Fugaku observa fijo por la ventana, e Itachi se encuentra sentado, un cigarrillo entre sus dedos.

- Eres un idiota, Sasuke.- Pronuncia mi hermano, y puedo ver el dolor de la derrota. Sin embargo no existe algún sentimiento. Lo único que puedo reafirmarme es que no soy capaz de levantar un arma contra él.