Capitulo 39: Final

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Los golpes en la puerta hacen que deje el peine encima de la cómoda, estoy recién bañada, la loción del shampoo inunda el ambiente, y el vestido blanco descansa en la cama. Saco el seguro y la puerta es abierta. El hombre que me engendro se encuentra frente a mí, observándome serio. Cuando lo veo, miro a alguien que solo conozco por nombre, y nunca voy a ser capaz de conocer algo mas de él. 

-¿Puedo entrar?.- Me muevo de la entrada y me acerco a la ventana.

Sus ojos se centran en el vestido sobre la cama y después su mirada vuelve a enfrentarse con la mía.

- Eres afortunada.- Algo crece en mi garganta, quitándome el aire y haciendo que de forma irremediable el llanto quiera aflorar. Aún así consigo hablar, y no para decir la verdad, no para rogar que haga que esto se detenga.

- ¿Por qué no permitieron que él se case con Izumi?.- Algo de sorpresa momentánea consigue tocarlo, él camina hasta una pintura de un árbol de cerezos que pinte en algún momento de mi infancia que cuelga en la pared.- Practicar el incesto no ha sido problema en "nuestra familia" al parecer.-

- Mi imperio seria dividido.- Menciona en voz baja.- Tal vez si mi hermano hubiera muerto antes.- No recuerdo que antes tuviera esas ojeras marcadas.- Ya no existe algo que importe, ahora todo sera tuyo y de Itachi.-

Mi comisura tiembla, resistiendo duro las ganas que me corroen por dejar que agua salada se deslice por mis mejillas.

- ¿Me aceptaste solo por lo que represento?.-

Nos vemos fijo, y grito profundo en mi interior, que por favor me diga algo que haga que pueda perdonarlo. 

- Tu nacimiento.- Él dice sin parpadear.- Fue un error. Con la muerte de Izumi el fin de la tradición habría llegado. Debí matarte como me lo propuso Madara, pero solo soy un cobarde como solía decir Indra.-Mi alma se rompe, las gotas de agua salada caen en silencio, me duele, pero mas duele el volver a comprobar que el hombre que quizás mi madre amo es un ser sin escrúpulos y cruel.- Nuevos días vendrán para el imperio que ahora les pertenece.-

- ¿Por qué no evitarlo? El imperio puede seguir en tu poder, pueden dejar atrás las costumbres.- Su boca se curva en una ligera sonrisa.

- No puedo matarte, porque pese a todo sigues siendo mi hija.- Se dirige a la puerta, sus ojos fijos en el vestido blanco.- Ademas Itachi ha demostrado ser tan fuerte como Indra.-

La puerta es cerrada, ese hombre que jamas voy a llegar a conocer es mi padre, me observo fijamente en el espejo, y poco a poco el vestido blanco se adueña de mi cuerpo, brillante, recatado, algo cómodo incluso. Veo mi reflejo en el espejo, estoy rota, descocida, sangrando. Me coloco el velo, cubre mi rostro. Han pasado casi dos años desde que mi única familia murió, y me queda Sasuke, unido a esa cama, al ventilador mecánico, a nutrición parenteral y los bebés, aquellos seres que no seré capaz de cuidar y proteger. 

Las primeras gotas de agua son emanadas, en compañía de la oscuridad que da el inicio de la noche, le doy un ultimo vistazo a la habitación, aquella cama tendida pulcramente, la pintura unida a la pared y cierro mis parpados, mirando a esa niña pintando despreocupada aquel árbol de cerezos, con Uriel recostada a mi lado, esperando que mamá llegue de su trabajo.  Ella siempre quiso lo mejor para mí, y lo único que nos separo fue aquella enfermedad que nublo sus días. 

Mis pasos son lentos, mecánicos, y automáticos, llego frente a la puerta de su habitación y dos ligeros golpes me son apreciables. Ingrese en el lugar, sintiendo los latidos de mi corazón frenéticos. Por ligeros segundos detecto un brillo en sus ojos, esta cerca de la ventana inhalando un cigarrillo. 

- Sasuke.- Él dice quitándome el aire.- Solo un idiota no podía percatarse de sus sentimientos por Izumi. Incluso solía bromear con ella al respecto.- La luz que se filtra de las lamparas del exterior me permite ver solo una parte de su rostro. Doy unos cuantos pasos mas hacia él, quiero ver otra expresión, arrepentimiento, dolor, tristeza.- Descubrí después de la muerte de Izumi, la tradición del estirpe puro de nuestra familia mientras buscaba formas de hundir el imperio de mi padre.- No me impresiona, soy la media hermana de Itachi y aún así aceptaron el compromiso como si fuera algo normal y cuando hable de ello con Fugaku no se tomo la molestia de contradecirme.- Ella es la única mujer que amé y mira lo que me acaba de enseñar Mikoto.-Mis ojos siguen la dirección de su mirada, encima del colchón una fotografía junto a un sobre. Sujeto la fotografía en mi mano, es una mujer de cabello negro detrás del hombre que cuido de mi mientras estuve en el apartamento que Fugaku me compró, Hidan, así se llama, sus manos alrededor de su cuello y su mentón descansando en la cabeza de él quien esta sentado en un sofá. ¿Qué significa esto?.- Izumi mintió todo el tiempo, por que su padre en busca de la fortuna la estaba obligando a casarse conmigo.- Coloque la fotografía nuevamente en su lugar, y cuando mis ojos se encuentran con los suyos detecto el dolor que tanto ansié ver, sin embargo no me reconforta como esperaba que lo hiciera. Él se acerca y retrocedo algunos pasos, alcanza mi brazo y me acerca a él. Su frente termina cerca de la mía y la cercanía de su respiración hace que mi cuerpo tiemble y los latidos de mi corazón se aceleren.

Veneno (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora