Capítulo 9

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Por Sakura:

Su olor permanece impregnado en cada parte de mi cuerpo y por más que lavo una y otra vez no desaparece, su tacto es como una serpiente invisible que se ha quedado a vivir en mí cuerpo, recorriendo a su antojo algo que no le pertenece. Sus ojos negros poseen mis sueños y mi realidad. ¿Qué es real? Todo es una gran mierda. Distante y lejano, no me queda realmente nada, ni siquiera yo misma.

De cara sobre el colchón los pensamientos se nublan, el miedo, desesperación y dolor se arremolinan, pero trato de no pensar en ello, en su falo entrando y saliendo de mi interior, en sus manos sosteniendo mis caderas, en sus movimientos fuertes, atrapado por mi carne, dilatándome y humedeciéndome. Me avergüenzo de mí misma por responder de esa forma, por esperar el momento en llegar a mi liberación. Cuando sus manos se cierran en mi cabello, pienso en que lo merezco, es el castigo que merezco por ser una inútil y no haber logrado nada en su contra. Por leer esa carta, por desear una familia a la cual no pertenezco. Algo de paz consigue llegar cuando recibo sus golpes, y cada día me pierdo más. Sé que ha sido su culpa, él me detesta tanto que invento esa mentira para demostrarme que jamás voy a pertenecer a su familia, y soy yo quien paga las consecuencias.

— Eres mía—Me gira de golpe abriendo mis piernas y sujetándolas sin salirse de mí. Evito su mirada, no me gusta ver su rostro, es como un ángel que en algún momento fue manchado por la crueldad y ha tocado el infierno. Se mueve nuevamente, empuja fuerte y un gemido de dolor escapa sin que pueda retenerlo—. Eso es.— Sonríe malicioso. Se sale sin prevenirlo dejando un vacío y me cubro con las sábanas evitando observarlo.

Mi primera vez fue en su oficina, su mano cubriendo mi boca me impidió gritar y la soga en mis manos me impidió alejarlo, colocó una especie de aparato en mi lugar de excitación nunca antes descubierto por alguien más y eso me sumió en algo desconocido, mientras todo en mi se contraía y mi cuerpo explotaba ajeno al miedo que sentía mi mente, él me rompió, duró como una roca se abrió paso en mi húmeda cavidad, y el dolor mezclado con el primer orgasmo de mi vida hizo que me orinara. Todo poco a poco se hacía más irreal, y entre besos amargos lo sentí palpitar con fuerza dentro de mí y después el descargue de toda su semilla. Él no uso preservativo. Y desde el suelo lo recuerdo mirarme fijamente sonriendo. ¿Por qué herirme de esa forma lo hacía feliz? Después todo empeoró, me sacaron casi inconsciente de esa oficina y sólo recuerdo cosas difusas, Shisui guiándome, las ganas de vomitar que me produjo el ascensor. La ventana del auto, las gotas de agua mojando la ciudad.

— Para ya, Kisame. Sabes cómo es Itachi —conversaciones sin sentido.

Cuando desperté en la cama de mi apartamento lo primero que hice adormilada fue lavarme, sentada en la ducha sintiendo el agua helada caer en mi cuerpo conseguí despertar un poco más. Él me volvió a tomar en la ducha, sujetando mis cabellos y pegando mi mejilla a la fría pared. No había probado drogas en mi vida, pero seguro era eso lo que me tenía tan adormecida y divagando. A veces ni siquiera sus golpes dolían, pero recuerdo claramente la vez que lo mordí mientras metió su miembro dentro de mi boca he intento ahogarme en la bañera. Quise morir, encontrarme con madre y Uriel y que el tormento terminé. Pero mi dolor en mis costillas y esternón inmediatos después de eso me indico que me hizo RCP. ¿Cuándo sería suficiente? Menciona cosas para torturarme, el que siempre termina dentro de mí y tendré suerte si no quedo embarazada, el hecho de que encontrará las cenizas de mi madre en el santuario que arregle para ella, él de venderme a un hombre rico para que me use de juguete sexual después de que me corte la lengua. El hecho de que nadie me va a creer que fui abusada por él ya que demostrará que recibo dinero de él y de Fugaku y me hará ver como una simple prostituta, y cuando leía mi mente porque pensaba en la edad él sólo sonreía y decía que puedo intentarlo pero que a más del escándalo él no recibirá más castigo que eso. Y todo, todo se ha incrustado en mi cabeza amenazando con quitarme la cordura y el que tengamos el mismo padre sólo lo empeora. Me enferma y asquea.

Veneno (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora