Capítulo 31

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Por Sakura:

Tener que estar sola en la misma habitación con él hace que recuerde aquellos meses de completamente aislamiento, el solo hecho de que la puerta se cierre tiene mi corazón latiendo con desesperación y mis manos sudando. Tengo a la niña en mis brazos, sus párpados están cerrados, su nariz es pequeña, sus mejillas redondas y rosadas. Su cabello es de color negro al igual que sus ojos. Delgada, pequeña y parece débil.

Como yo.

Al contrario, el niño duerme profundamente, más grande y fuerte, sus manitos se agarraron con ímpetu a mis manos, y su llanto es vigoroso. Eso me llevo a tomar en mis brazos primero a la niña. Ella me necesita más que él.

Y cada minuto que pasa intento no pensar en la pesadilla que resulto el que ellos puedan ver la luz del sol.

Intento no culparlos, son seres indefensos, ajenos al demente que sigue haciendo de mi vida un infierno.

¿Amarlos?

Ese sentimiento se presentó desde que cruce aquella puerta, la forma en que él niño se calmo cuando lo sostuve en mis brazos, el agarre suave de su manito en mi dedo.

Acaricio con lentitud su mejilla y es inevitable no sentir lágrimas resbalando por mis mejillas.

- ¿Que esperas?.- Él interroga sentándose en el sofá.- Alimentala.-

No quiero hacerlo frente a él.

Agarro la cobija que esta sobre el aparador y me cubro para poder alimentarla, sin embargo me resulta difícil, no veo lo que estoy haciendo, y no tengo idea de como sujetarla para que pueda succionar.

- ¿Me puedes dejar sola?.- Interrogo sin esperar realmente que él acepte.

- Estas loca.- Él murmura.- No quiero regresar y encontrar tres cadáveres.-

Una masa se forma en mi garganta. No sería capaz se herir a estas criaturas. Él se acerca y cuando quiere quitar la cobija de mi pecho me aferro a la tela con fuerza.

- Aléjate.- menciono casi en un susurro.

- No tengo tiempo para esto, Sakura. Si no vas a darles de comer, largate.-

La tela se desliza de mi cuerpo, sus ojos negros se encuentran con los míos.

- Si ves lo que haces, supongo que será más fácil.-

Se aleja de nuevo, y respiro profundo. Aun así lágrimas vierten. Las seco con prontitud, sujetando mi pecho lo llevo a su pequeña boca, ella intenta agarrarlo pero no puede. Intento algunas veces más y finalmente consigue prenderse de mi pecho.

........

Camino por el jardín observando de vez en cuando hacia las puertas de la casa, no quiero encontrarme con alguien de la familia, y estar dentro de la casa hace que me ponga paranoica. Tampoco puedo estar con los bebés sin ser vigilada por Itachi.

Me inclino para oler la rosa, y al sujetarla una espina se clava en mi dedo. La sangre chorrea y una sonrisa aflora en mi rostro.

- Sé que no hice las cosas como se debieron hacer, Sakura. Sin embargo aunque no tengamos vínculos sentimentales de padre a hija. Lo eres. Eres una Uchiha.-

Las tijeras del jardinero están encima de la tierra, las alcanzo, esto serviría para cortar un dedo sin dificultad.

- Quédate con nosotros, dinero es algo que nunca te faltara, Sakura, prestigio tampoco, pero algo que difícilmente puedo ofrecerte es aquel vínculo.-

Veneno (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora