La gota que colmó el vaso

139 4 7
                                    

He de admitir que aquel acto por parte de Nicohlas me tomó completamente por sorpresa y casi no supe cómo reaccionar. Lejos de arreglar las cosas entre nosotros, solo hizo más que incomodar más la convivencias. No sabía cómo tratarlo, como hablarle. Me sentía muy confusa. Confusa con él, conmigo. No entendía porque un impulso me llevó a defenderlo en aquella pelea que claramente íbamos a perder.
Se había comportado como un tremendo idiota conmigo desde que llegué a la casa, pero yo era mucho mejor que él y me negaba a rebajarme a su nivel, me negaba a entrar en su juego de desprecio; pero de eso, a querer defenderlo bancandome golpes e insultos había una gran diferencia.

Siempre me voy a arrepentir de aquel momento, más allá de que después me hubiera pedido perdón por primera vez.
La sensación de ingratitud después de haberlo tratado de ayudar, su actitud en el baño mientras le curaba las heridas, sentir que nada de lo que yo pudiera hacer iba a cambiar las cosas; no iba a dejar de verme como una enemiga. Todos esos recuerdos y lo que me hicieron sentir no me los va a sacar nadie del corazón.
                                 *
Las cosas entre Emilia y yo se enrarecieron aún más de lo que ya estaban. Después de pedirle perdón no sabía cómo debía tratarla, me sentía extraño. No podía mirarla a la cara y tampoco podía hablarle. Algo entre nosotros había cambiado. Siempre he odiado los cambios, por eso, en cuanto vi la oportunidad de volver a nuestra antigua relación, me abracé como un loco a ella sin importarme las consecuencias que eso tendría...

Era miércoles a la tarde. Clemens vino a mi casa a hacer un trabajo. Sí, leyeron bien, Clemens. No fue elección mía, las parejas las armó el profesor, y por eso me tuve que callar. Solo serían un par de tardes, y, en el mejor de los casos, tal vez con una tarde tendríamos suficiente.

Emilia: La M con la E se lee "Me"
Jennell: Me...
Emilia: Gusta. Me gusta
Jennell: Me gusta
Nicohlas: (abre y lo deja pasar)
Jennell: (asoma la cabeza para ver quién es)
Clemens: (entra y se saca la mochila) Que mierda de casa. La mía es más grande
Emilia: (levanta la cabeza del libro)
Nicohlas: (cierra con cara de pocos amigos)
Mirtha: (teje en silencio sentada en el sillón frente al fuego. Al escucharlos se gira)
Nicohlas: Mamá, vamos a estar arriba haciendo un trabajo (sube)
Clemens: (lo sigue)
Emilia: Ese era Clemens?
Mirtha: No lo sé
Emilia: (vuelve a mirar el libro) Bueno Jennell, sigamos
Jennell: No podemos ir a jugar?
Emilia: Solo llevamos las dos primeras palabras de la página, así nunca vas a aprender a leer
Jennell: Y para que quiero leer?
Mirtha: Leer es muy lindo y muy importante hija, hacele caso a Emilia
Jennell: (bufa y apoya la cabeza sobre sus manos cansada)
---------------------------------------------------------
Clemens: (entra en la habitación) Dormís con la judía?
Nicohlas: No te importa
Clemens: (se deja caer sobre la cama de Jennell subiendo los pies)
Nicohlas: Por favor Clemens, si te vas a tumbar sacate los zapatos
Clemens: Quien te pensás que sos? Mi mamá?
Nicohlas: Estás en mi casa así que haces lo que yo te digo (le aparta los pies)
Clemens: (se levanta violentamente)
Nicohlas: (retrocede cayendo sobre su cama)
Clemens: (se ríe y se da vuelta para sacar su libro) Apurate porque cuanto antes termines, antes me podré ir a mi casa (tira el libro sobre la cama de él)
Nicohlas: Querrás decir termineMOS, en plural, yo solo no voy a hacer el trabajo
Clemens: Podemos pedirle a tu novia juía que lo haga ella
Nicohlas: No es mi novia
Clemens: Como digas (se queda pensativo) Ahora que me acuerdo no sabía leer...Uf qué bajón, si no sabe leer tampoco sabe escribir así que no nos sirve. Por qué no te buscaste una judía que supiera leer y escribir?
Nicohlas: (se sienta. Saca su cuaderno y una lapicera) Emilia sabe leer y escribir, Clemens
Clemens: Me estás queriendo decir que nos mintió?
Nicohlas: Podemos dejar de hablar de ella? No tiene nada que ver con el trabajo, sentate. Cuánto antes terminemos, antes te podrás ir
Clemens: No me des órdenes, no me importa que estemos en tu casa, el trasero te lo puedo patear igual (pasea por la habitación tocando todo)
Nicohlas: Podés parar?
Clemens: (abre el placard de Jennell) Esto qué es? (Se ríe sacando un vestido) Tu ropa de ir a misa los domingos?
Nicohlas: Deja eso, es la ropa de mi hermana
Clemens: Cual es la habitación de Emilia?
Nicohlas: No te lo voy a decir
Clemens: Entonces yo solo lo voy a descubrir (se va)
Nicohlas: Clemens (lo sigue) Tenemos que hacer el trabajo
Clemens: (entra en la habitación de Mirtha)
Nicohlas: Salí de acá
Clemens: (se acerca a la mesita de noche y ve una foto de Mirtha y Hans. La agarra) Ah pero si tenés padre
Nicohlas: (se la saca de la mano) Claro que tengo padre, está en la guerra
Clemens: Y aún está vivo?
Nicohlas: Sí
Clemens: Como estás tan seguro?
Nicohlas: No voy a hablar de él con vos
Clemens: (se va)
Nicohlas: (deja la foto en su lugar y lo sigue)
Clemens: (entra en la habitación de Emilia)
Nicohlas: Si Emilia entra y nos ve acá se va a enojar
Clemens: Y? Le tenés miedo a una nenita estúpida?
Nicohlas: No le tengo miedo, pero acá tiene sus cosas y no creo que sea buena idea tocarlas porque bueno, son suyas
Clemens: Nada de lo que hay acá es suyo. Es tu casa así que todo es tuyo. Si yo fuera vos no permitiría esto (abre el cajón de ropa interior y saca una bombacha)
Nicohlas: Deja eso
Clemens: (se ríe) Nunca viste una, a que no?
Nicohlas: Pff... Obvio que sí
Clemens: No puedo creer que tenga su habitación propia y vos duermas con la mocosa
Nicohlas: Lo decidí yo. No quería que durmiera ella con mi hermana (se acerca y le saca bruscamente la bombacha de la mano. La guarda de nuevo en el cajón y cierra) Vamonos
Clemens: Que es esto? (Agarra la foto de encima de la cama de ella) Quién son estos?
Nicohlas: Sus papás (le va a sacar la foto)
Clemens: (forcejea con fuerza como si fuera un juego)
Nicohlas: (la termina rompiendo) ...
Clemens: No puedo creer lo que hiciste (tira la otra parte sobre la cama) Espero que esa foto no fuera muy importante para ella, sino se va a enojar mucho con vos (va al armario de ella y rebusca)
Nicohlas: Podés parar de una vez? (Agarra las dos partes de la foto y se las guarda en el bolsillo) Viniste a hacer un trabajo, no a registrar mi casa
Clemens: (saca un vestido) Probatelo
Nicohlas: Clemens, me estoy enojando, si no vamos ya a mi habitación a hacer el trabajo le voy a decir a mi mamá
Clemens: Ooooh que miedo (se ríe y comienza a sacar toda la ropa del placard haciendo quilombo)
Nicohlas: Que haces?!
Clemens: Me gustaría poder estar acá para poder verle la cara cuando entre y vea todo esto (termina de sacar todo así que decide pisotear los vestidos) Que entienda que es una mierda (agarra uno y lo rompe)
Nicohlas: (lo agarra del cuello de la camisa y le habla de cerca muy amenazante) Basta. A mí habitación. YA
Clemens: (se suelta) Que sea la última vez que haces eso, sino te tragas todos los dientes (se acomoda la camisa y sale)
Emilia: (justo entra al baño del final del pasillo)
Nicohlas: (sale de la pieza cerrando)
Clemens: Que hay detrás de esa puerta? (Señala)
Nicohlas: Un baño
Clemens: (va corriendo)
Nicohlas: Que haces?! (Lo sigue)
Clemens: (se acerca a la cerradura y trata de ver algo)

¿Qué ves cuando cerrás los ojos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora