Habían pasado a penas 2 días y seguía sin poder aceptar mi presencia en la casa.
Nicohlas: (se sienta a comer completamente serio sin abrir la boca ni mirar más que el plato)
Mirtha: Buen día (le deja un vaso de leche delante)
Jennell: Está enojado
Emilia: (entra frotándose los ojos y se sienta apoyando la cabeza sobre su mano cansada) Buen día
Jennell: Buen día
Mirtha: Ey, que carita, hoy tampoco pudiste dormir bien?
Emilia: No mucho, pero ya me voy a acostumbrar
Nicohlas: Si no te acostumbras por qué no te volves a ir a tu casa?
Mirtha: Nicohlas, por favor
Emilia: Me encantaria, pero no puedo
Jennell: Por qué?
Emilia: Porque hay una gente mala que no me deja volver
Jennell: Por qué?
Mirtha: Jennell, desayuna dale
Nicohlas: (se termina de una la leche, se levanta y se va a cambiar de ropa)
Mirtha: Perdonalo a mi hijo Emilia, por favor, para mí es una vergüenza que te trate así, hablé con él pero no consigo que entre en razón
Emilia: Todo bien Mirtha, tranquila, no es tu culpa
Jennell: Jugamos a las peluquerías?
Emilia: (sonríe) Ahora?
Jennell: Siiii
Emilia: Bueno, termino de desayunar y jugamos
Mirtha: No, no pueden, tenemos que ir a anotarte al colegio Emilia
Emilia: (palidece) Al colegio?
Mirtha: Claro, tenés que ir al colegio, o te pensás que vas a aprender quedandote en casa? No te entretengas mucho con el desayuno, cuanto antes vayamos, mejor, tengo que ir al banco también a hacer unos trámites (se va)
Emilia: (traga saliva)No les voy a mentir, hacia al menos 3 años que no iba al colegio y la idea de volver me aterraba, y más si resultaba que los compañeros que iba a tener eran igual de idiotas que Nicohlas.
Jennell: (la mira cambiarse sentada sobre su cama) Yo no quiero que vayas al colegio
Emilia: (sonríe) Yo tampoco quiero ir, pero tu mamá tiene razón, tengo que ir. Vení (da unos golpecitos sobre su cama)
Jennell: (va)
Emilia: Date vuelta
Jennell: (se da vuelta)
Emilia: (se arrodilla sobre la cama y le peina el pelo con los dedos. Le separa 3 mechones y comienza a hacerle una trenza)
Nicohlas: (pasa por la puerta acomodandose la corbata del uniforme y se queda mirando)
Jennell: Que haces?
Emilia: Una trenza. Me enseñó mi mamá, sabes?
Jennell: Donde está ella ahora?
Emilia: No lo sé
Jennell: Y tu papá? Se murió?
Emilia: No... Bueno no sé
Nicohlas: Se los llevaron a un campo de concentración, como a todos los judíos (la mira) Vos también deberías estar ahí
Jennell: Yo prefiero que esté acá
Emilia: (termina de hacerle la trenza) Listo
Jennell: Gracias! (la abraza y se va corriendo feliz a mostrarle la trenza a su mamá)
Emilia: Por qué me tratas así? Yo no te hice nada
Nicohlas: Te parece que no? Venir a mi casa no te parece suficiente? Nos vas a meter en problemas a todos. A mí no me das lástima, sabes? Te haces la víctima pero de víctima no tenés nada
Emilia: Te pensás que a mí me gusta estar acá? Separada de mis papás, no saber cómo están, sintiendome una intrusa?
Nicohlas: No es mi problema, es culpa de ustedes por querer ser diferentes en un mundo en el que todo es igual, se paga un precio alto
Emilia: Que estás diciendo? Ser diferente no debe pagarse a ningún precio, todos somos diferentes
Nicohlas: Cuando digo "diferente" no me refiero a la propia definición de diferente sino a que son de otra raza, no son alemanes
Emilia: Todas las personas que nacen en Alemania son alemanes y yo nací acá
Nicohlas: Los judíos no son alemanes
Emilia: (entrecierra los ojos negando con la cabeza confusa) Sos nazi?
Nicohlas: Callate, no sabes lo que estás diciendo (camina hacia ella amenazante)
Emilia: (retrocede para mantener distancia)
Nicohlas: No soy ningún nazi
Emilia: Hablas y te comportas como si lo fueras
Nicohlas: Solo defiendo a mi familia. Si vienen a por vos, vienen a por todos. A mi mamá o a Jennell les llega a pasar algo y te juro que las voy a hacer pagar (le sostiene la mirada unos segundos)
Mirtha: Emilia
Nicohlas: (levanta la cabeza un poco en señal de superioridad y se va)
Mirtha: (lo ve salir. Mira para dentro) Que pasó?
Emilia: (agarra su abrigo) Nada. Vamos
Mirtha: Te dijo algo?
Emilia: No
-------------------------------
Mirtha: (entra en dirección) Buen día
Emilia: (entra detrás) Buen día
Director Müller: (levanta la cabeza del libro que está leyendo y se saca las lentes de contacto para verlas mejor)
Mirtha: Permiso señor Müller (se sienta) Venimos para anotar a mi sobrina Emilia al colegio
Director Müller: (mira a Emilia y asiente. Saca un libro) Cuántos años tiene?
Mirtha: 15
Director Müller: (pasa las páginas del libro)
Mirtha: (mira a Emilia y sonríe)
Emilia: (mueve la pierna nerviosa mirando todo el despacho)
Director Müller: Acá está (agarra una lapicera) Están de suerte, es la clase que menos alumnos tiene. Necesito todos sus datos, nombre completo, fecha de nacimiento, nombre de sus padres
Mirtha: Claro, anote: Emilia Fischer. Nació el 20 de marzo de 1923
Director Müller: Donde?
Mirtha: En Berlín. Sus padres se llaman... (La mira)
Emilia: (la mira también)
Mirtha: Gretel y Kurt Fischer
Director Müller: Ha ido antes al colegio?
Mirtha: Sí, por supuesto
Director Müller: (la mira) Y por qué vino a anotarle usted y no sus padres?
Mirtha: ... Porque sus padres se fueron de viaje de negocios a Austria y la dejaron a mi cargo
Director Müller: Viaje de negocios? A que se dedican?
Mirtha: A la fotografía, fueron a hacer una exposición allá
Director Müller: (asiente clavándole la mirada. Cierra el libro de golpe)
Mirtha: (se sobresalta un poco cerrando los ojos)
Emilia: (lo mira bruscamente también algo sobresaltada)
Director Müller: Perfecto, puede incorporarse a las clases mañana mismo
Emilia: Mañana?
Director Müller: (la mira) Algún problema?
Mirtha: Ninguno, no (sonríe) Muchas gracias por todo señor Müller. Que tenga un buen día (agarra a Emilia de la muñeca suavemente y se la lleva)
Emilia: No sé si fue buena idea, no puso buena cara
Mirtha: Ese hombre nunca tiene buena cara, tranquila. Vamos a comprar unos dulces para después de comer, querés?
Emilia: (asiente)

ESTÁS LEYENDO
¿Qué ves cuando cerrás los ojos?
Fiksi Penggemar«¿Qué ves cuando cerrás los ojos?» esa pregunta siempre me la hacía mamá cuando no podía dormir o tenía miedo. Era una especie de juego: Yo cerraba los ojos y, ella, a veces, me relataba paisajes de ensueño; otra veces lo hacía yo. Mundos imaginario...