"Queridos mamá y papá..."

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Emilia: (abre los ojos y lo ve a Nico sentado en el escritorio. Se estira)
Nicohlas: (arruga el papel y lo tira) No, no, NO (agarra otro nuevo papel y empieza a escribir)
Emilia: (sonríe y se levanta. Se acerca a él) Que haces? (Lo abraza por el cuello deslizando las manos por su pecho) Seguís ofuscado escribiendo? Por qué no volvés a la cama? Tengo algo más interesante que ese papel (le besa el cuello y mete una mano en su pantalón)

Emilia: (se sienta respirando agitada. Mira hacia la izquierda)
Nicohlas: (duerme dandole la espalda)
Emilia: (se deja caer sobre la almohada mirando el techo)
Nicohlas: (se comienza a despertar al sentir sus movimientos) Que pasa? (Se estira) Una pesadilla? (Bosteza y se da vuelta mirando hacia ella)
Emilia: Sí, algo así
Nicohlas: (cierra de nuevo los ojos) Que hora es?
Emilia: (traga saliva) Ni idea
Nicohlas: Tendremos que ir a desayunar?
Emilia: Ajam
Nicohlas: (abre los ojos) Te sentís bien?
Emilia: Algo mareada, nada más
Nicohlas: Querés que te traiga algo de comer?
Emilia: No, voy con vos. Necesito respirar aire fresco cuanto antes (se destapa y se sienta en el borde de la cama dandole la espalda)
Nicohlas: Estás enojada conmigo por lo de ayer?
Emilia: Que pasó ayer?
Nicohlas: Lo de...no importa, estás enojada?
Emilia: No. Apurate en salir, así me cambio rápido y vos te podrás cambiar rápido e iremos antes a desayunar
Nicohlas: (se destapa y se levanta. Se calza y sale fuera. Antes de cerrar le dirige una mirada, extrañado)
Emilia: (se pasa la mano por el cuello y el pecho acalorada)

Jamás en mi vida había había tenido un sueño de semejante magnitud con nadie. Evidentemente las ganas con las que me quedé la noche anterior me pasaron factura.
Estaba completamente sorprendida, asustada y algo avergonzada; aunque Nicohlas no supiera nada, yo sentía que lo sabía todo. Estaba mal, muy mal. No podía soñar esas cosas, no podía pensar en él de esa manera. No.

Pensaría él en mi de esa manera? Habría tenido él alguna vez ese tipo de sueños conmigo? O peor, con otra mujer?

Emilia: (abre acomodándose la ropa) Cambio (sale)
Nicohlas: (entra, se cambia rápido y sale) Tengo tanta hambre que me comería hasta una ensalada de bichos
Emilia: Llevas los botones de la camisa mal abotonados
Nicohlas: (los mira y sin dejar de caminar los abotona bien) No vomitaste en toda la noche, no?
Emilia: Por suerte no
Nicohlas: Eso es que el cuerpo ya se te acostumbró. Una buena noticia, no?
Emilia: (le sonríe levemente)
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Mirtha: Jennell, te traje el desayuno, abrime por favor
Jennell: (abre y vuelve a sentarse en la silla que había dispuesto cara a la ventana)
Mirtha: (entra y deja la bandeja sobre la cama. Se acerca y le pone la mano en la espalda) Mi amor (se arrodilla y la abraza)
Jennell: (no reacciona)
Mirtha: (la mira) Decime algo, por favor (le acomoda el pelo detrás de la oreja) Mamá extraña tu voz. Que pasó? Es por Nicohlas y Emilia? Porque se fueron?
Jennell: (se agacha y agarra su muñeca de trapo del piso. La abraza contra su pecho sin apartar los ojos del horizonte)
Mirtha: Si no me decís nada no te puedo ayudar
Jennell: (se le inundan los ojos de lágrimas)
Mirtha: (le acaricia el pelo) Voy a llamar a un especialista, sabes? Va a venir acá y nos va a ayudar a las dos, pero para eso tenés que hablar con él
Jennell: (niega con la cabeza)
Mirtha: Es la única solución. Me mata tu indiferencia, no saber que pensás, que te hace sufrir (apoya la cabeza sobre su pierna)
Jennell: Por qué se fueron sin mí, mamá?
Mirtha: (levanta la mirada y sonríe tiernamente. Le acaricia la carita)
Jennell: Por qué?
Mirtha: Porque... Porque son grandes y... (Se quiebra)
Jennell: Nunca me quisieron
Mirtha: No digas eso, no es así. Te aman y yo y tu papá también. Es difícil de explicar
Jennell: (vuelve a mirar por la ventana en silencio)
Mirtha: No Jennell, por dios, acá. Estoy acá
Jennell: (le acaricia el pelo a la muñeca sumida en su mundo)
Mirtha: (suspira abatida, se levanta y se va dejandola sola de nuevo)
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Nicohlas: No probaste bocado, te sentís mal? (Se come un pedazo de pan de una) Te preocupa algo?
Emilia: (acerca el vaso de leche a sus labios. Lo aleja rápido) No, es que aún está demasiado caliente
Nicohlas: Por qué no me querés contar?
Emilia: (suspira) Me preocupa...que nos enfermemos o algo. Hoy soñé con eso (lo mira) En barcos de este tipo, las enfermedad contagiosas están a la orden del día
Nicohlas: No lo había pensado... Pero tal vez tienen un médico a bordo, no?
Emilia: No lo sé (aparta la mirada)
Nicohlas: Voy a preguntar después. Ahora come algo por favor (le pasa un pedazo de pan) Un simple vaso de leche no es bastante. Después de desayunar podríamos terminar de escribir la carta, así hacemos algo
Emilia: Claro la...la carta, sí. Tenemos que terminar de escribirla (se aparta el pelo detrás de la oreja. Careaspea. Agarra el vaso de leche y se lo toma de una)
Nicohlas: Te espero en la habitación
Emilia: (asiente)
Nicohlas: (se va)
Emilia: (apoya la cabeza sobre su mano)
X: Problemas de pareja?
Emilia: (mira a X) No
X: Inés (le ofrece la mano)
Emilia: Emilia (le da la mano)
Inés: Te estarás preguntando, "nos estuviste observando?" Sí, lo estuve haciendo. Perdón pero tu novio captó toda mi atención hasta que me di cuenta de que estaba con vos
Emilia: No es mi novio
Inés: Justamente eso quería saber. Tu hermano?
Emilia: Algo así
Inés: Mm complicaciones familiares, no?
Emilia: Perdón, nos acabamos de conocer, no creo que deba explicar que somos o dejamos de ser
Inés: Lo siento. A veces soy demasiado entrometida, perdón. Van para Argentina?
Emilia: (arquea las cejas)
Inés: Ay, perdón!
Emilia: (vuelve a mirar el pedazo de pan que tiene entre las manos) Sí
Inés: Yo también. Vivo allá. Vuelvo a casa después de un viaje largo e intenso, estuve en París, recorriendo mundo ... Bueno en realidad sólo quería probar suerte en el mundo artístico. Soy retratista callejera, pero no me fue muy bien
Emilia: (se come el pan) Permiso, tengo prisa
Inés: Espera, por favor. Necesito hablar con alguien, estoy sola y me aburro
Emilia: Y por qué no hablas con otra persona? Hay miles, yo ahora tengo que ir a hacer algo
Inés: Claro, lo entiendo. Perdón d enje o y gracias por tu tiempo (se va a levantar)
Emilia: (suspira) Espera
Inés: (la mira)
Emilia: Te escucho, pero trata de ser breve por favor
Inés: (sonríe) Quería haberme acercado antes para poder hablar también con el chico, en realidad sólo quería hablar con él. No te ofendas (sonríe tímida) Pero no me animé... Pensas que me daría bola? Esta con alguien?
Emilia: Todo eso deberías averiguarlo vos, no lo conozco tanto como para saber todo eso
Inés: No puedo, me muero de vergüenza
Emilia: Quien no arriesga, no gana
Inés: Y si averiguas por mi?
Emilia: Disculpame pero no creo que sea buena idea que me meta por el medio en este tipo de historias. Ahora de verdad me tengo que ir (se levanta) Charlamos en otro momento
Inés: (asiente) Acordate, Inés
Emilia: Me voy a acordar, tranquila (se va)
*************
Nicohlas: (abre) Donde estabas?
Emilia: (entra y cierra) Atendiendo a una pretendienta que te surgió
Nicohlas: Qué? (Vuelve a sentarse)
Emilia: Nada (se acerca) Como va esa carta?
Nicohlas: En blanco
Emilia: (se tumba boca arriba mirando el techo) Por qué no dejas de lado la idea de escribirla? Para que? Ni siquiera nadie te asegura que vaya a llegarles
Nicohlas: Si tuvieras padres seguro te gustaría que sepan que estás bien
Emilia: (se sienta y lo mira)
Nicohlas: (se tapa la boca? No... No, no quise decir eso. Perdón. Metí la para hasta el fondo
Emilia: (suspira y se mira las manos)
Nicohlas: Emilia (se levanta y se sienta a su lado) Soy un bruto y un idiota. No me lo tengas en cuenta (la abraza)

¿Qué ves cuando cerrás los ojos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora