Cada vez se me hacía más costumbre dormir al lado de Emilia. He de reconocer que al principio me incomodaba más que otra cosa. No por ella, por mi. Me inquietaba la idea de tenerla tan cerca, y más estando metidos en la cama; eso suponía, de forma indirecta, un riesgo que no estaba preparado para enfrentar todavía.
Había noches que las pasaba mejor que otras. Igual que ella. A veces lloraba. No la escuchaba, pero la sentía.Por otro lado, en esos días la conocí a Inés. Muy simpática y hablaba por los codos. Una virtud casi defecto si no fuera porque me enseñó a defenderme en el castellano.
Inés: (ríe) Es tu turno y no vale hacer trampas
Nicohlas: No hago trampas
Inés: Todo el tiempo
Nicohlas: (se ríe)
Inés: Mostrame tus cartas
Nicohlas: No, eso sí que es trampa
Inés: (trata de verlas)
Nicohlas: Que haces?
Emilia: (sale a la cubierta y los ve. Seria los mira unos segundos)Me gustaba verlo divertirse, pero la idea de que fuera con aquella desconocida no me entusiasmaba demasiado. Antes solo lo había visto reírse así con Jennell o conmigo. Nunca con otra. Tal vez significaba eso que debía soltarlo. Al fin y al cabo llevábamos varias noches durmiendo juntos y ni siquiera le noté nunca la intención de, al menos, darme un beso
Emilia: (baja la mirada y se va en la otra dirección para no verlos. De vez en cuando se gira. Al llegar a la otra punta del barco se apoya en la baranda y suspira mirando el mar)
X: (se coloca a su lado fumando) Que hace una mujer tan linda, sola? (Se apoya en la baranda y la mira)
Emilia: (lo mira) Estaba por leer. Permiso (se va a ir)
X: (la frena) De verdad le apetece más leer que charlar un rato conmigo? Puede leer en cualquier otro momento
Emilia: No soy una persona que cambie de planes con facilidad. Mi plan es leer, y voy a leer
X: (ríe asintiendo)
Emilia: Se está riendo de mí?
X: Co usted, que es diferente. Con quién tengo el placer de compartir esta animada charla?
Emilia: ...
X: Su nombre
Emilia: Entendí, pero no se lo voy a decir. Permiso
X: (la agarra del brazo) Que va a leer? Permiso (agarra el libro y lo ojea. De repente lo lanza al mar)
Emilia: QUE HACE?! ESTÁ LOCO?! (se abalanza hacia la barandilla y se asoma respirando agitada por la impotencia)
X: Vamos, no se ponga así, es un libro estúpido, puede comprar otro. Parece que ahora sí va a tener que cambiar de planes
Emilia: (lo encara) No vuelva a dirigirme la palabra. Es usted un maleducado
X: Creo que se confunde, soy Gastón
Emilia: No trate de hacerse el gracioso conmigo. Puede dar gracias a que no lo lancé al mar a recuperar mi libro
Gastón: Lanzarme al mar? Usted?
Emilia: (le saca el cigarrillo de la mano y lo lanza. Se mira la mano lastimada)
Gastón: (la agarra con violencia de ambos brazos y la estampa contra la baranda)
Emilia; (contiene la respiración y mira de reojo)Si me empujaba un poco más, caería por la borda
Gastón: Escúchame bien lo que te voy a decir mocosa insolente, traté de que entablemos una conversación agradable, pero me la estás haciendo muy difícil. Odio las cosas difíciles, sabes? No es divertido jugar a hacerse la rebelde, al contrario, es muy peligroso. Podría tirarte por la borda ahora mismo si quisiera. Pero no lo voy a hacer (le acaricia la cara y presiona más su cuerpo contra el de ella) Y como te voy a perdonar la vida, ahora me debes algo a cambio (le sube la falda del vestido)
Emilia: (trata de apartarlo) Que te pensás que hacés?! Soltame!!!
Gastón: Cuánto más gritas, más me gusta (le acaricia la pierna)
Emilia: (se trata de zafar)
Gastón: Ahora te voy a enseñar a respetar a los hombres. Cuánto más te resistas, más cerca estarás de reunirte con tu estúpido libro en el fondo del mar, hermosa. Es peligroso andar sola por la vida (se desabrocha el pantalón mientras con la otra mano la agarra por el cuello)
Emilia: AYUDA
Nicohlas: Escuchate eso? Es la voz de Emilia (se levanta)
Gastón: (vuelve a meter la mano bajo sus faldas y le trata de bajar la ropa interior)
Emilia: (se lleva las manos al cuello para intentar que afloje la presión) Me estás lastimando
Gastón: Porque no te quedas quieta, la puta que te parió
Emilia: (se le escapan las lágrimas) Por favor yo te doy la plata que quieras pero déjame irme, por favor
Gastón: Ay mi chiquita por suerte la plata me sobra. Estaría bueno, no? Que pudieras zafar con plata, pero querés un consejo? La plata no te da todo en la vida. Estas tan fea cuando lloras
Emilia: (gime amargamente)
Gastón: (le tapa la boca con la mano y le habla cerca de la cara, amenazante) Callate puta, ca lla te porque te voy a cagar a trompadas. La vas a pasar bien. Por qué tenés que pasar por este drama? Ahorratelo
Emilia: (le muerde la mano con ganas)

ESTÁS LEYENDO
¿Qué ves cuando cerrás los ojos?
Fanfiction«¿Qué ves cuando cerrás los ojos?» esa pregunta siempre me la hacía mamá cuando no podía dormir o tenía miedo. Era una especie de juego: Yo cerraba los ojos y, ella, a veces, me relataba paisajes de ensueño; otra veces lo hacía yo. Mundos imaginario...