Un antes y un después

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"Queridos mamá, papá y Jennell, no sé cuándo leerán esto, pero sea cuando sea quiero que sepan que los extrañamos mucho.
Queremos que sepan que estamos bien, llegamos a Buenos Aires.

Estamos instalados en una pensión hermosa. La gente con la que nos cruzamos hasta el momento fue muy amable con nosotros.

Emilia tiene trabajo en un negocio familiar. Yo reparto diarios. Es un trabajo temporal, me gustaría encontrar otra cosa, pero por el momento es lo que hay.

No saben lo increíble que es la ciudad. El otro día fuimos al cine por primera vez, una experiencia increíble, ojalá ustedes puedan ir alguna vez. O no, mejor ahorren la plata para viajar y vengan a visitarnos, tenemos muchas ganas de abrazar los de nuevo.

¿Ustedes cómo están? Esperamos su respuesta con impaciencia.

Los queremos mucho besos y abrazos.

NyE ♡"

Jennell: (se levanta del sillón y se va)
Mirtha: (mira a Herman)
Herman: Deberíamos responder cuanto antes
Mirtha: No lo puedo creer (sonríe) Están bien
Herman: Yo te dije
Mirtha: Podríamos viajar a visitarlos, no te parece? A Jennell le haría tan bien...y a nosotros. Los extraño a horrores
Herman: Yo también, pero sabes la plata que cuesta ese viaje? No podemos permitirnoslo ahora. Sé que sería una gran idea, y me encantaría, pero hay que ser realista, Mirtha
Mirtha: (suspira doblando la carta y metiendola de nuevo en el sobre)
Herman: Por ahora tendremos que conformarnos con escribirles
-
Lorena: Parece que tenés pretendientes (le da una notita)
Emilia: (deja el trapo y la lee) "Haces algo este fin de semana? (Levanta la mirada)
X: (le sonríe levantando su taza de café para llamar su atención)

Desde que había empezado a trabajar en el bar, varios hombres habían tratado de seducirme. Jóvenes, mediana edad, viejos. Algunos actuaban de forma más sutil que otros.
Personalmente, me aterraba un poco la idea de salir con alguno de ellos sin a penas conocerlos, así que hasta el momento me había negado rotundamente. Pero aquel chico, que debía rondar mi edad y que además, era cliente habitual, me transmitió la confianza suficiente para aceptar su propuesta. Le devolví una sonrisa.

Emilia: (se acerca a la mesa y le devuelve la nota) Que plan me propones?
X: Un paseo por el río te parece apropiado?
Emilia: A que hora?
X: A las 17
Nicohlas: (entra al bar encontrandose de frente con la situación. Se acerca a la barra sin apartar la mirada)
María: Nicohlas, buen día
Nicohlas: Con quien habla?
María: (los mira) Ah, es Esteban, un cliente habitual. Entre nosotros, creo que se hizo habitual desde que está Emilia. Para mi le gusta y parece que a Emilia le pasa lo mismo (le llena un vaso de agua de la canilla)
Nicohlas: Gracias (bebe)
María: Parece buen chico, no?
Nicohlas: No sé, no me genera confianza
María: A mí me parece un amor y hacen linda pareja
Pilar: María, por favor, que haces ahí apoyada charlando? Hay mesas que atender
María: Perdón mamá (pone los ojos en blanco y se va)
Nicohlas: (se termina el agua y se va a seguir trabajando)

Supongo que en ese momento empecé a entender q Emilia. Lo mismo debía de sentir ella cuando me veía con Inés.
Evidentemente estaba celoso y no sabía cómo manejar eso. Nunca pensé que llegaría a sentir algo así.

Emilia: Soledad, el pago del mes (le da la plata) Creo que está todo, fijate
Soledad: Gracias divina. Salís? Estas muy linda vestida
Emilia: Sí, voy a dar un paseo por el río
Soledad: Con algún hombre?
Emilia: Sí
Soledad: Cuidate
Emilia: Lo haré, tranquila. Después te cuento. Chau (se va. En el patio antes de llegar a la puerta se encuentra a Nicohlas que llega de trabajar)
Nicohlas: Salís?
Emilia: Sí
Nicohlas: (asiente) Veo. Que te diviertas (va para la habitación)
Emilia: (lo sigue con la mirada entrecerrando los ojos)
-
Emilia: (llega al lugar que habían acordado y mira a su alrededor)
Esteban: Ch, ch
Emilia: (se gira y lo ve apoyado en un árbol)
Esteban: (se acerca) Estás hermosa
Emilia: Gracias
Esteban: (cormineza a caminar) Creí que no vendrías
Emilia: Por qué no iba a venir?
Esteban: Te podrías haber arrepentido (la mira)
Emilia: Como ves no me arrepentí
Esteban: Hace mucho tiempo quería invitarte a pasear, pero no me animaba, sabes?
Emilia: Supongo que es difícil tomar la iniciativa
Esteban: Sí. Perdón, la pregunta, de donde sos vos?
Emilia: De Alemania
Esteban: Ah lejísimos. Es lindo?
Emilia: Era lindo cuando no había guerra
Esteban: Mejor cambiemos de tema. Tenés hermanos?
Emilia: No
Esteban: Yo tengo 3
Emilia: Un montón
Esteban: Sí, soy el del medio. El peor puesto en la escala de hermanos (ríe) Llegaste acá hace mucho?
Emilia: No, unos meses nada más
Esteban: Hablas bastante bien castellano
Emilia: No me mientas (ríe)
Esteban: (sonríe) No te miento
Emilia: Bueno, gracias
Esteban: Sos tímida eh, te cuesta hablar
Emilia: Un poco, sí. Es que bueno, tampoco te conozco tanto
Esteban: Preguntame entonces. Que querés saber?
Emilia: Mmm contame, que te gusta hacer en tu tiempo libre?
Esteban: Me gusta hacer deporte. Juego al tenis. También me gusta jugar al truco. Soy buenísimo
Emilia: Que es el truco?
Esteban: Seguro viste gente jugar en el bar. Es un juego de naipes
Emilia: Ah puede ser que sí, pero no sé jugar
Esteban: El juego consiste en un "partido" en el cual los jugadores se enfrentan, y gana el primer jugador o equipo de jugadores que llega a un número determinado de puntos, que suele ser 15 o 30, según lo determinen los participantes previamente. También suele utilizarse la modalidad del "mejor de tres" donde el jugador ganador o equipo ganador del partido es el que gana dos "chicas" de 15 o 30 puntos, en una modalidad equivalente a los "sets" de los partidos de voleibol o tenis.
Emilia: Y se llama así? "Ganar dos chicas"? Es un término horrible
Esteban: Yo no inventé las reglas. Te sigo explicando: Un partido de truco consta de varias "manos" o rondas, en las cuales las cartas se reparten, los jugadores suman puntos, y luego las cartas se vuelven a mezclar. Los puntos se suman venciendo al rival en cada mano o bien logrando que el rival rechace un desafío, ya que el juego se basa en jugar las cartas y a la vez desafiarse mutuamente y así acordar cuántos puntos estarán en juego en cada enfrentamiento. En el caso de que se cante envido y luego falta envido no querido, corresponden 2 puntos. En caso de empatar el envido el jugador con la "mano" gana. La mano corre del lugar del mazo al jugador que primero tiró su carta.

¿Qué ves cuando cerrás los ojos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora