Vuelta de tuerca

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El reloj dio las 20:00 cuando sonaron tres golpes en la puerta de mi habitación, cuando abrí encontré a Nicohlas tras la puerta frotándose las manos. Nunca lo había visto tan nervioso

Nicohlas: Puedo pasar?
Emilia: (se da media vuelta y va a sentarse sobre la cama. Lo mira cruzada de brazos)
Nicohlas: (se acerca un par de pasos más) Aún estás enojada?
Emilia: A vos qué te parece?
Nicohlas: (traga saliva)
Emilia: Por qué lo hiciste?
Nicohlas: Supongo que quería tener amigos, pertenecer a un grupo que no es cualquier grupo, "Die drei". Nadie se mete con ellos, son los dueños de la escuela y pensé que...va, en realidad no pensé, me dejé llevar por un impulso... también tuvo algo que ver sus amenazas y su forma tan peculiar de convencerme. Todavía me duele...ahí abajo de estar tanto tiempo colgado por la ropa interior en la rama de un árbol
Emilia: Son los dueños de la escuela porque la gente les tiene miedo, de verdad crees que merece la pena ser amigo de ellos? A mí me parece que sería mucho mejor si te hubieras ahorrado todo ese tiempo que invertiste en ellos en crear tu propio grupo de amigos. Yo podría haber sido parte de ese grupo de amigos si me lo hubieras pedido
Nicohlas: (la mira)
Emilia: Ah, espera, vos solo sos amigo de los que son como vos, de los alemanes de "pura raza" cierto, disculpame
Nicohlas: Hay alguna forma de que por lo menos no me odies?
Emilia: De que no te odie? Te lo ganaste a pulso Nicohlas, jugaste muy bien tus cartas para conseguir que esto pasara. No hay vuelta atrás, lo siento, pasaste los límites. Acá el que odió primero fuiste vos, así que ahora que estamos iguales no hay opción de arrepentirse
Nicohlas: No te odio
Emilia: Ah, no? (Suspira y baja la cabeza)
Nicohlas: (mira para el costado incómodo)
Emilia: Vos...me viste? (Lo mira)
Nicohlas: (hace una mueca de no entender)
Emilia: Desnuda! Me viste desnuda?
Nicohlas: ...
Emilia: (asiente) El que calla, otorga
Nicohlas: Pero te juro que muy poco, no vi nada además
Emilia: (mira para el costado con una mueca de molestia)
Nicohlas: Si querés me sacó la ropa así vos me ves a mí y estamos iguales (se desabrocha el botón del pantalón)
Emilia: (lo mira) Que haces? No!
Nicohlas: Entonces decime qué otra cosa puedo hacer para que me perdones. Me siento muy estúpido por todo lo que te hice, te lo juro y necesito arreglar la situación de alguna manera
Emilia: Con que sientas eso para mí es suficiente
Nicohlas: Solo con eso?
Emilia: (asiente) Está bien, tenés razón, no es suficiente. Sacate la ropa, cambie de opinión
Nicohlas: ...
Emilia: A que esperas? Fue tu idea y me parece justo

Me quedé de piedra ante el cambio de opinión tan brusco de Emilia. Claramente era mi culpa porque me ofrecí a hacerlo, pero nunca me esperé que fuera a aceptar.

Emilia: Estás perdiendo tiempo
Nicohlas: (se comienza a desabrochar los botones de la camisa. Con los pies de saca los zapatos)

Y así me quedé en ropa interior ante ella. Me sentí tan vulnerable, tan avergonzado. Solo me cubría el calzoncillo y estaba a punto de quedarme tambien sin él

Emilia: Basta, es suficiente. A diferencia de vos, a mi no me hace especial ilusión verte completamente desnudo. No soy una mirona. Al igual que tampoco soy alemana, soy judía, te acordas? Los judíos somos una raza diferente, somos inferiores, o no? Por eso podías hacer conmigo lo que te diera la gana
Nicohlas: ...
Emilia: No me mires con esa cara, no lo digo yo, lo dice el führer, ese señor al que tanto debes admirar porque hablas igual que él
Nicohlas: (traga saliva)
Emilia: (lo queda mirando unos segundos hasta que decide levantarse e irse)
Mirtha: (sube las escaleras)
Emilia: (baja)
Mirtha: Ah, justo iba a avisarlos de que ya está la cena. Avisa a Nicohlas, por favor
Emilia: Mejor que lo avises vos. Esta en mi habitación (baja)
Mirtha: (la mira pasar por su lado extrañada. Va a la habitación. Cuando entra lo ve vistiendose) Nicohlas?
Nicohlas: (se gira sobresaltado) Mamá! Esto no es lo que parece, yo te puedo explicar, vine a pedirle perdón a Emilia y...
Mirtha: (hace un gesto para que no siga hablando) La cena está lista. Cuando quieras, bajas (se va)
Nicohlas: (se termina de vestir y baja)

¿Qué ves cuando cerrás los ojos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora