Capítulo 12

1.7K 192 11
                                    

—¿Hice algo malo? Ya no llores, por favor.

Llevaba al rededor de media hora apegada a él, sin poder dejar de sollozar.

Es que era increíble. Y lo extrañaba tanto.

—No... no puedo. Lo siento. —tartamudeé.

Me aferré de nuevo a él, hundiendo mi cabeza en su cuello. Calmandome de a poco.

—¿Cómo llegaste?

—Estaba en casa de Snow, y me dijo que me extrañabas. Pensé que era el momento perfecto para regresar. —contó— Me dijo todo lo que hiciste estos días, te ha estado observando bastante.

Su tono pícaro hizo que mis mejillas ardieran, y desvíe la mirada para que no lo notara.

—Athen me ha estado cuidando bien. Demasiado, diría yo. Pero...

—¿Pero?

Me acomodé mejor, me giré para verlo a los ojos directamente mientras jugaba con el borde de mi camisa.

—Tiene muchos secretos.

—Todo el mundo los tiene, Ángeles. No es novedad.

—¡Lo sé! Pero, viniendo de él, me molesta de sobremanera.

Suspiró:— Empaca en una pequeña mochila ropa, puedes venir conmigo. Athen se puede quedar aquí o donde sea. ¿Te parece?

Justo cuando iba a responder, una tercera voz, cortante, apareció.

—No te la vas a llevar.

Jack movió sus ojos azules eléctricos hacia la puerta de mi pieza, en donde estaba parado Athen, con cara de pocos amigos, el cabello desarreglado, la cara vuelta mierda, y una bolsa rosada en la mano.

—Qué linda bienvenida la tuya, ¿eh? ¿Qué te pasó? ¿Te acostaste con un Ángel guardián o algo así?

—¿Intentas ignorar lo que te dije? No la vas a sacar de aquí —remarcó cada palabra, y tiró la bolsa en mi cama—. Es peligroso. Si aún te queda algo de inteligencia y amor hacia tu hermana, deberías pensar fuera de tu idiotez y actuar correctamente.

Jack suspiró, largando de a poco su paciencia y yo, como siempre; en medio de la pelea.

—¿Qué quieres decir?

Athen rió, sin gracia.

—¿Qué quiero decir? —se cruzó de brazos y miró con desgana a Jack—; La abandonaste. La dejaste en medio de un caos, ¿y todo por qué? Por irte detrás de Mália para "protegerla" —hizo burla en la última palabra—, como si te importara totalmente una mierda la seguridad de tu hermana primero.

No había pensado en eso. En ningún momento.

—Las cosas no son así, Athen. No hables sin saber, no seas imbécil. La traje porque estaría a salvo mil veces aquí, que con nosotros y lo sabes perfectamente. Actué en un momento de desesperación, y estoy de regreso y no cometeré el mismo error dos veces.

—En eso tienes razón, no lo vas a cometer dos veces porque no voy a permitir que te la lleves. En primer lugar, no sé qué ganas viniendo. Pretendes llevarla para la casa de la bruja ¿para que sea presa fácil y la maten igual que a tu grupo de amigos? ¿Es eso lo que quieres?

—No pasará eso. —gruñó mi hermano, perdiendo la poca paciencia que le quedaba.

—¿Por qué no mejor te vuelves a ir? Como la primera vez; olvidandola, dejándola sola en la boca del lobo. Deberías mejor, ir y cuidar a tu pequeña Scott, ¿no? ¡Lo que hiciste desde un principio! ¡Ser un completo idiota y velar por la seguridad de alguien desconocido que solo se interesa en ti por cosas que le convienen! ¡dices amarla y sólo la arriesgas cada vez más! ¿A eso llamas amor?

SNOW  [S.S #05].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora