Capítulo 13

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Estaba aún encerrada en la pieza, sin saber que hacer. Algo desesperada, debo admitir. Pues; no quería que Jack o Mália o los Clütt intentaran hacer algo para hacerme sentir peor usando como excusa el intento de querer saber qué carajos me pasaba.

Busqué en mi teléfono el contacto de Snow que no tenía ni el más mínimo recuerdo, en ese instante, de como había llegado a mi teléfono, pero lo usé. Lo llamé, y contestó al tercer tono.

—¿Ho...la? —mi voz salió atorada, sin saber qué decir exactamente.

—¿Niña? ¿Qué pasa? —no se escuchaba música de fondo, así que tal vez estaba en casa.

—Te lo puedo explicar después pero, ¿puedes rescatarme, por favor?

—¿Estás en problemas?

—Sólo ven, por favor.

—Piensa en mí, como esa noche.

Y colgó.

Me quedé confundida un momento con el teléfono pegado a mi oreja. "¿Piensa en mí?"

Guardé el teléfono en la mochila, y me la puse, cerré los ojos, y pensé en él. En su figura, en lo poderosa que se veía y sentía, su estúpido humor y las veces en las que me salvó.

Ven.

La puerta comenzó a ser tocada con mucha fuerza.

—¡Ángeles, hablemos, por favor! ¡Abre! ¡Ángeles!

Mierda.

Giré mi cara con rapidez, y sentí un enorme alivio al ver a Snow con pantalones chándal y una sudadera blanca. Suspiró, y extendió una mano hacia mí.

—¡Ángeles!

Aguanté la respiración, y corrí hacia él. A penas estuve cerca de su pecho, sintiendo la respiración y su voz, las lágrimas comenzaron a amenazar en salir.

—Cierra los ojos, y agárrate. —habló en un susurro, y obedecí.

En un santiamén estuvimos en su casa, todo estaba en silencio, total tranquilidad.

Me quedé parada, quieta, dejando correr las lágrimas silenciosas, dándole la espalda.

—Bien. ¿Ahora me puedes explicar, qué fue eso?

—Athen tenía razón —susurré—. A Jack sólo le interesa proteger a Mália, todo este tiempo... todo este tiempo estuvo con ella y me dejó sola... a propósito. No por protegerme, eso ya me parece una estupidez tan grande.

—Hizo algo cruel, ¿cierto?

Entonces, el tono que usualmente usaba para referirse a casi todo desapareció, estaba completamente serio. Me giré hacia él, pero sin ser capaz de mirarlo a la cara.

—Athen también está furioso conmigo, no quiere ni verme. Y no tengo a donde ir. A ellos sólo les importa rescatar a Amélie, a Jack sólo le importa Mália. ¿Y Ángeles? ¿A quién le importo yo?

Silencio de su parte, cuando alcé la mirada, pude ver la de él; tristeza. Sentía tristeza, similar a la mía, podía sentirlo.

—¿Ya comiste? ¿Quieres que pida algo en específico? —batió su cabello y chaqueó la lengua, sonriendo de lado—. Puedes ser mi secreto. Quiero decir, te puedes quedar el tiempo que necesites aquí, no lo sabrán.

—Pensé que estaban del mismo lado. —dije, neutra— ¿Y Dereck, y Owen?

—Esta mañana se los llevaron a la mansión Grier, no puedo hacer nada más, ya les dije qué medicina debían buscar y lamentablemente, yo no la tengo. Ahora, contestando tu teoría anterior, lo corrijo; los ayudo de vez en cuando porque me apiado de sus almas, no porque estemos del mismo lado. Tienen opiniones y sentimientos distintos a mí. Es todo.

SNOW  [S.S #05].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora