15-La cena

643 57 13
                                    

Alex

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Alex

Tensa calma. Ese sería el título perfecto para esta cena que, por cierto, está deliciosa.

—Es pato a la naranja. Una vieja receta francesa —comenta orgullosa Carol.

—No sabía que tu madre cocinaba tan bien. Nunca me lo contaste —le digo a Piper.

—Mi madre es la mejor en la cocina —contesta— Un día vamos a venir a comer la lasagna que prepara...la pruebas y mueres. ¡Por Dios, mamá, debiste haber preparado lasagna! —se queja y me hace reír— ¡Qué cosa más rica!

—Ahora que estarán cerca, podré cocinarles más seguido.

—¡Eso es tan injusto para mí, Carol! Lastimas mi corazón —dice Cal, teatralmente enojado— ¿Cuándo fue la última vez que me cocinaste?

—Tú pareces estar bien alimentado —responde su madre. Reímos.

Neri por supuesto está comiendo otra cosa, que no sé bien qué es, pero es lo más parecido al pasto que yo haya visto alguna vez sobre un plato. Definitivamente, parece pasto, regado por muchas bolitas pequeñas que vaya uno a saber qué son.
Me golpeo mentalmente por mi ignorancia. Debo aprender y rápido sobre comida vegetariana y vegana porque en 2 días empezaremos a trabajar por fin y no puedo referirme así a los comestibles del negocio.
Cada tanto la observo incrédula, porque ella se ve que de verdad disfruta de su comida, y mi cuñado se da cuenta.

—Te comprendo, Alex —dice él— yo tampoco entiendo que pueda ser feliz comiendo eso.

—Oh, no, no, por favor, no pensaba eso—digo avergonzada por haber Sido tan evidente— Admiro que pueda saciarse con eso...es decir, con tan poco.

Ya cállate.

—Tú deberías volver a las ensaladas, hermanito —dispara risueña Piper.

—Ya se lo dije también —comenta Carol— Está excedido nuevamente.

—No hay manera de que lo haga —cuenta resignada, Neri— Desde que volvimos del bosque no para de comer porquerías. Ya me cansé de insistirle.

—¿Cuándo es que hacen la inauguración del local? —cambia de tema el señor Chapman.

—Si Dios quiere, pasado mañana—contesta Cal— Sólo nos falta ultimar unos pequeños detalles. Por cierto—señala a sus padres— están invitados los dos.

—¡No puedo creer que trabajaremos juntos! —dice Piper con entusiasmo.

—¡Los hermanos Chapman vuelven a unirse para más súper aventuras! —grita Cal, mientras golpea su mano contra la de mi chica— ¡Un brindis por eso!

Todos chocamos nuestras copas y brindamos por que el negocio funcione.
Pasamos algunos minutos en absoluto silencio, sólo se escuchan los sonidos de los cubiertos contra los platos. No sé si es por el par de copas de vino que tomé, pero me siento más animada y con confianza.

Te Amo,Te Odio...Dame Más!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora