46-Domingo en familia

516 53 38
                                    

Piper

Ver a papá parado en la cabecera de la mesa, levantando su copa para brindar, con todos nosotros acompañando el momento hace que de mis ojos sólo broten lágrimas de felicidad y agradecimiento a Dios por no habérselo llevado aún.

-Voy a brindar ni más ni menos que por la vida -carraspea emocionado-  Y porque de verdad se pasa rápido es que tenemos que ser felices, y hoy puedo decirles que estoy muy feliz de poder compartir este día con todos ustedes —continúa— Contigo, Carol , que me soportas desde hace tantos años, sabes que te amo aunque me cueste decirlo... —se emociona y besa la mano de mi madre— Con mis hijos, Caleb y Piper, con quienes fui duro muchas veces y con quienes me equivoqué otras tantas —admite—  siempre intentando que sufrieran lo menos posible, porque cada una de sus lágrimas hacían y hacen todavía  que me duela este ahora debilitado corazón...—ríe— Estoy contento de estar también junto a mis dos nueras, Neri y Alex —señala— Neri, quiero que sepas que eres la única persona en este mundo que puede convencerme de comer este pasto y estas semillas sin poner objeción alguna y, vaya Alex... —hace una pausa y se me paraliza el corazón— me he portado pésimo contigo y tú aquí estás, y siempre has estado cada vez que te hemos necesitado...te pido disculpas porque jamás lo he hecho, y quiero que sepas que eres muy bienvenida en esta familia.

Alex está visiblemente emocionada, tanto que tiene que quitarse los lentes para escurrir sus lágrimas , mientras yo aprieto fuerte su mano.

—Y por último —sigue Bill— la más importante de todas las personas aquí presentes...estoy feliz de seguir vivo para ver crecer a mi nieta, el amor de mi vida, mi hermosa Goodall —la besa y la niña aplaude contenta como si entendiera lo que su abuelo acaba de decir.

—¡Cuánto sentimentalismo, señor Chapman! —grita mi hermano, ayudando a relajar el momento— Hay que revisar los medicamentos y ver que no tengan compuestos que le hagan perder la rudeza...

—¡Ya cállate, Caleb! —se queja Neri llorando.

—En fin familia, brindo por todos ustedes ¡salud!

Todos nos levantamos a brindar y luego de chocar las copas y de dejar un lindo pico en los labios de mi novia, voy y me abrazo fuerte a mi padre.

—Mi niña —dice él, mientras me besa la frente

—Te amo, papá —murmuro llorando.

—También yo, mi amor...

—Oigan —dice Cal— ¿no habrá un lugarcito para mí?

Mi padre abre sus brazos aún más y nos aprieta a los dos.

El almuerzo es divertido, distendido. Nos reímos mucho con las historias de mi hermano viviendo en el bosque. Tiene tantas anécdotas que podría hacer un compilado con las mejores y editar un libro.

Alex está cómoda, se le nota porque participa en las charlas claro, cuando Goodall la deja respirar, porque la tiene loca.

Voy con Neri a la cocina a buscar los platos para servir el postre y aprovecho a preguntar sin vueltas lo que necesito saber.

— Por casualidad, ¿tú le has dado mi número a Zelda?

—¿Eh? —se hace la desentendida

—Vamos, Neri...

—Sí —admite— Pero no te enojes. Ella me lo ha pedido sólo porque quería saber sobre tu padre

—Claro, por eso es que todos los días recibo sus mensajes...

—¿Te sigue escribiendo? —pregunta graciosa.

—Sí —suspiro cansada

—Awww, Piper, sigue enamorada de ti ... ¡Me da una pena!

Te Amo,Te Odio...Dame Más!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora