e i g h t e e n

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Jeongin nunca imaginaba su voz como algo bonito, se le complicaba mucho poder cantar con las pequeñas cosas de metal pegados a sus dientes, pero ahora ya no las tenía. Lo primero que quiso hacer después de que quitarán los aparatos de sus dientes fue cantar, le gustaba mucho hacerlo.

Jeongin no quería ser infantil o mucho menos parecer como un niño con carencia emocional, pero cantar canciones de cuna era su parte favorita del día. Cuando estaba solo le gustaba cantar al pequeño mocoso

como Hyunjin lo había llamado—, porque sabía que él lo escucharía.

Las canciones de cuna son una herramienta para crear un diálogo emocional entre madre e hijo, y tienen un efecto relajante en el bebé. Leyó en una página web de padres primerizos, le encantó la idea de poder cantar para que su bebe se sienta familiarizado con él.

A veces, en su tiempo libre cocinaba. Le encantaba preparar dulces, aunque después le den náuseas. También, estudiaba lo que podía para dar los exámenes de ingreso al instituto donde se había inscrito.

Solo era momento de esperar.

Jeongin se acomodo mejor en el sillón con las piernas estiradas y con un tazón de palomitas en sus piernas, no quería poner el tazón en su abdomen, parecía una idea estúpida —y lo era— porque el tazón no era lo suficientemente pesado. Aún así, decidió colocar el tazón en sus piernas aunque se le dificulta un poco estirarse.

Jeongin no se dio cuenta el momento en que su hermano salió de su casa nuevamente, ya se estaba haciendo costumbre el no verlo. Sus salidas repentinas lo preocupaban, sin embargo, algo que rescataba de eso, era que siempre regresaba más feliz de cómo salió.

No lo veía mucho y por no decir todo el tiempo. Sin embargo, Jeongin se daba cuenta de los pequeños detalles.

Seungmin cada mañana antes de salir se encargaba de dejar su medicina y vitaminas en la mesa, regaba sus plantas y siempre le decía a su nana que cuide de Jeongin mientras él no estaba.

Pero Seungmin seguía evitándolo a toda costa.

ーCariño, ¿deseas más tarta?ーpreguntó su nona desde la cocinaー Ya no tienes nada de palomitas en tu plato, querido, te traeré un poco más ーsin esperar respuesta se acercó hasta JeongIn y recogió el pequeño plato sin nada en el.

ーGracias, noona. No hacía falta.

ーEs todo por el pequeño Jeongin, ese bebé no se alimentará soloー gritó desde la cocina.

Le gustaba estar con su nana, ella siempre tenía de qué hablar y cuando ella se iba por las tardes la chispa de felicidad de la casa se apagaba repentinamente.

Jeongin había decidido seguir asistiendo a clases hasta esta última semana, porque a la siguiente semana serían tres meses de de gestación, había ido a varias citas médicas, los doctores le habían recomendado dejar de asistir a la escuela a partir del tercer mes, esto era poco común, los médicos recomendaban dejar de hacer esfuerzos físicos ya sea ir a la escuela o trabajo a partir de los cinco meses, pero su gestación estaba teniendo problemas.

Las mujeres presentaban una anatomía diferente y mucho más capaz para soportar una gestación de normalmente nueve meses, pero para un hombre no era tan sencillo —ninguna gestación era fácil— y para Jeongin se están convirtiendo en algo difícil.

Hyunjin hasta el momento no lo había acompañado a ninguna consulta, pero esta tarde iba a ser la primera vez que lo acompañara. No tenía que hacer nada, Hyunjin estaba desocupado y podía ir con él a todas las consultas por delante.

𝙎𝙝𝙝𝙝 ꒰HyunIn꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora