𝙎𝙝𝙝𝙝 ꒰HyunIn꒱

t w e n t y t h re e

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Seungmin tenía muchos amigos, sobre todo, tenía un grupo de amigas muy especial para él. Cuando vivía en Incheon dejó toda su vida atrás, sobre todo a sus amigas con las que había pasado gran parte de su infancia y adolescencia.

Le gustaba cantar y bailar con ellas, sobre todo escuchar algunas historias que sus amigas les contaban a diario; ya sea alguna ruptura amorosa o el nuevo grupo que estaban siguiendo.

Cuando se mudo a Seúl, sabía que estaba dejando gran parte de su vida en Incheon. Sus abuelos le propusieron quedarse en Incheon junto con ellos, pero Seungmin no podía dejar solo a Jeongin.

Por más que su corazón lo llamara a quedarse, no podía dejar a Jeongin con quince años recién cumplidos solo con una ausente presencia de su madre.

Jiwoo estaba apunto de llamar a la nueva escuela en Seúl para inscribir solo a Jeongin, pero aún no lo hacía por Seungmin.

ーPuedo cuidarme solo, Min. Eres feliz aquí, y aunque te extrañe mucho, no puedo impedir que seas felizー Dijo Jeongin antes de alistar sus maletas, sus ojos estaban llorosos y manos no dejaban de arrugar esa vieja camisa de colegio en sus manos.

Seungmin se acercó a Jeongin y lo abrazó, acercándolo a él con el miedo que Jeongin llorara aún más ーNo, Jeongin. No puedo ser feliz en un lugar si no estoy contigo, además, ¿quién me escuchará en las noches? ¿a quién voy a levantar en las mañanas? Y sobre todo ¿quién preparará esos ricos postres que solo tú sabes hacer?

Seungmin se mudó de Incheon con su corazón un poco roto, estaba dejando toda su vida.

Estaba dejando a Miyeon.

Miyeon era parte de ese grupo de amigas que tenía en su antigua escuela, era una chica encantadora con una imaginación y creatividad inigualable.

Seungmin la quería mucho, era su primer amor de adolescencia.

ー¿Así que te vas? ーdijo Miyeon, estaba sentada en unos bancos a la salida de la escuela con su libreta de dibujo en mano mientras dibujaba.

Seungmin asintió evitando mirarla mucho más, porque sabía que lloraría en cualquier momento ーSí, me voy a Seúl con Jeongin.

El lápiz en la mano de Miyeon tembló un pocoー Está bien, sé feliz. Espero verte pronto.

ーMiyeon...

Miyeon cerró la libreta con fuerza y se levantó del asiento ー¿Por qué, Seungmin? Hace menos de una semana que estamos saliendo.

Eran unos tontos adolescentes que creían que todo se podía solucionar o todo podía cambiar con una sola pregunta o respuesta.

ーNo puedo hacer nada, perdóname, Miyeon.

Miyeon arregló su largo cabello y volteó su cuerpoーTe extrañaré, Seungmin. Todas te extrañaremos.

Sé feliz

Cuando llegaron a Seúl aún tenían tiempo para ingresar a la nueva escuela, entrarían en tres semanas, tiempo suficiente para curar el corazón roto de Seungmin. Era la mejor decisión, no podía dejar solo a Jeongin sabiendo lo manipuladora y controladora que estaba siendo su madre con Jeongin.

Él no tenía el mismo problema.

Jiwoo lo trataba con normalidad porque él no podía tener bebés.

Y en parte, era cruel.

Le pareció cruel la manera en que su madre trataba a Jeongin solo porque podía concebir.

Jiwoo protegía a Jeongin como un cristal.

Ahora, veía a Jeongin aún más roto, con la mirada pegada al celular esperando una llamada de su madre.