Viernes. Siete de la tarde. Me estoy arreglando para ir a la maldita fiesta en casa de Unai. La verdad es que no sé que ponerme. Este es siempre mi gran dilema después de salir de la ducha. Mi móvil empieza a sonar. Es el grupo de whatsapp que tengo con Martina y Ari.
GIRLS
-Ei, ¿estáis listas ya o no? - pregunta Ari nerviosa.
-Todavía no he ni empezado a vestirme tía -digo sincera.
-Lo mismo digo. Es que tú eres demasiado rápida -dice esta vez Martina.
-Bueno está bien. No pasa nada. A las ocho os paso a recoger y vamos andando a la fiesta. Primero te recogo a ti Martina -explica Ari.
-Okey pesadas. Nos vemos en nada. Adiós xoxo -digo como si estuviera en Gossip Girl.
-Chao -dice Martina y me desconecto del chat para seguir viendo qué me pongo.
Finalmente opto por ponerme una falda-pantalón amarilla y blanca, un top negro con encaje y unas sandalias de tacón negras. Además, me recojo el pelo un poco, pero siempre dejándolo suelto, y después me echo un poco de rimmel y un labial nute (ya dije que no soy mucho de maquillarme).
Después, bajo al salón para decirle a mi madre que Martina y Ari están por llegar y me despido de ella. Marco y Luca me miran con recelo, sin fiarse de mi. Me despido también de ellos y me dicen que vaya con cuidado y que no haga ninguna estupidez. Mira por donde, consejos doy que para mi no tengo.
Nada más abro la puerta veo la cara de ilusión de Ari y bueno, la verdad es que se que estoy haciendo bien en ir a la fiesta. Al fin y al cabo, somos amigas y tenemos que estar en las buenas y en las malas. Solo espero que la noche pase rápido y tranquila. No quiero problemas.
...
Llevo dos horas sentada fuera de la casa de Unai, en un árbol. Ari lleva, desde que llegamos, pegada a él como una lapa y Martina está con otro amigo de este llamado Víctor. Es bastante mono, creo que pueden hacer muy buena pareja. Mientras, estoy aquí, sola, en medio de la nada. Yo ya sabía que no pintaba nada aquí. Todo el mundo está bebiendo, fumando y haciendo dios sabe que. Nunca fui mucho de ese rollo. Me gusta salir pero no en exceso y soy muy saludable. Tanto que lo máximo que puedo llegar a beber en una noche es un vaso de malibú con piña.
Cansada de estar sin hacer nada vuelvo dentro intentando buscar a alguna de mis amigas para avisarles de que me voy a casa porque no aguanto más estar aquí. Por desgracia, nada sale nunca como quiero y a quien me encuentro en la cocina es a Alec. Está muy guapo y es muy guapo en si. Debe medir como un metro ochenta y cinco. Es delgado pero está tonificado ya que también juega al fútbol. Su pelo sigue siendo castaño oscuro con algún reflejo rubio del verano. Tiene un tono perfecto de piel. Está moreno pero no en exceso y después, están esos ojos. Esos ojos cafés que me miran como si quisieran saber qué estoy pensando y, de verdad, mejor que no lo sepan. No quiero aumentar más su ego. Además, esa boca... Tiene los labios más carnosos que he visto en mi vida. No quiero ni imaginarme como... Bueno, Alaia contrólate. Pareces una psicópata.
-Brown, pensaba que nunca te ibas a dignar a aparecer por aquí. ¿Cansada de estar sentada debajo de un árbol? -dice el odioso.
-Parece que estás muy pendiente de mi, ¿no Smith? -pregunto sabiendo la respuesta.
-Yo siempre estoy pendiente de ti enana -me dice coqueto. En ese momento ruedo mis ojos y me giro con intención de irme y repito, con intención, porque nada más hago el amago de dar un paso Alec me tiene acorralada contra la pared y me sujeta con fuerza.
-¿Estás borracho acaso? ¿Por qué no me dejas en paz Alec? Ya te dejé muy claro que no quiero tenerte cerca -bramo enfadada.
-¿A cuál de las preguntas te contesto? Primero, no, no voy borracho. Nunca bebo tanto como para estar ebrio ¿por quién me tomas? Soy un chico responsable. Y segundo, no te dejo en paz porque no me da la gana. Antes no te molestaba que estuviera contigo -dice con un tono molesto que no logro entender.
-Y dale la mula al trigo. Antes, pasado. ¿Entiendes? Ahora si me disculpas me voy para casa.
-Bien, te llevo. No quiero que estés tanto tiempo a la vista de estos borrachos -dice serio.
-No, gracias. No tengo ningún interés en que me lleves. Puedo pedir un taxi o llamar a mis hermanos.
-No te estaba preguntando Alaia. Tú vas a venir conmigo, quieras o no. Por las buenas o por las malas. Y, como sé que te vas a resistir, será por las malas -dice con una sonrisa en la boca. En un abrir y cerrar de ojos me encuentro encima del hombro de Alec como un saco de patatas hacia la salida de la casa. Pataleo y le grito todas las atrocidades que se me ocurren pero no hay manera de que me suelte asi que termino por dejar la pataleta ya que sé que no servirá en absoluto. No con él. Me conoce demasiado bien.
-Ves, así es mucho más fácil. Calladita te ves más bonita princesa -dice burlón mientras que me sube al asiento del copiloto.
-¿Ahora me vas a estar poniendo apodos seguido Smith? -digo agotada de sus estupideces.
-Puede ser. Sabes que me encanta molestarte enana.
Suspiro y me quedo callada. Es lo mejor. El camino a casa pasa rápido y en silencio, cosa que aprecio mucho. Cuando llegamos le digo gracias y me bajo del coche sin mirar atrás. Lo que no sabía es que Alec también se bajaría de este.
-¿Qué haces? ¿Me quieres acompañar a mi habitación o algo? Ah no, espera, quieres dinero. Claro me lo imaginaba. Te tengo que pagar tu servicio de taxi... -digo en un tono irónico.
-Buenas noches enana -se despide de mi y me da un beso en la comisura de los labios. Ese simple contacto hace que a mi corazón le de un vuelco. Siento algo raro en el estómago y no quiero ni pensar en lo que eso puede significar.
Me giro para abrir la puerta de mi casa y entrar pero oigo una voz suave que dice algo a mis espaldas. Asi que, me giro de nuevo para estar frente a frente. Ante todo, soy educada. No lo hago por otra cosa, claro está.
-La verdad es que no me importaría acompañarte a tu habitación en absoluto -me dice y me guiña un ojo. Luego se va sonriente hasta su coche y lo veo desaparecer calle abajo.
Entro en casa y subo a mi habitación. Me desvisto, me ducho y me pongo el pijama. Solo quiero meterme en cama y dormirme. Nada más salgo del baño veo que tengo dos mensajes de dos números desconocidos en el móvil.
El primero de ellos no me suena en absoluto.
-Cuando menos te lo esperes... -es lo único que pone el mensaje. No le doy la más mínima importancia. Supongo que se habrá confundido.
En cambio, el segundo mensaje si que sé perfectamente de quien proviene.
-Nos vemos el lunes en historia Alaia. Estoy deseando volver a oler tu perfume de vainilla. Duerme bien. Sueña conmigo enana -dice el susodicho. No sé por qué pero me hizo gracia su mensaje y su comentario sobre mi perfume. Es el de siempre. El de toda la vida. Lo utilizo desde que tengo memoria. Quizás, después de tanto tiempo, Alec no se ha olvidado de todo. Quizás, las cosas no hayan cambiado tanto. Quizás, me siga gustando un poco Smith.
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DESPUÉS DE QUE TODO CAMBIARA #1 (COMPLETA ☑️)
Teen FictionCuando el pasado regresa y el presente se vuelve patas arriba, todo puede suceder. Después de que todo cambiara, ¿seguirán estando tan unidos como antes? ... Cuando el padre de Alaia se fue sin dejar rast...