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Empieza la semana. Otra vez es lunes y otra vez estoy sentada en clase esperando a que esta tortura termine. Gracias a la vida mis súplicas se hacen realidad y suena la campana de cambio de clase. Salgo al pasillo para coger unos libros en mi taquilla y me topo con Area. 

-Ai, ai, ai querida Alaia -dice suspirando la muy engreída- Creí haberte dicho que no quiero que te metas en mi camino. ¿No te quedó claro?

-¿De qué hablas? No me he metido contigo en absoluto. Si me disculpas tengo mejores cosas que hacer que quedarme hablando contigo. Gracias -digo imitándola y haciendo el amago de irme. Mala suerte, ella me agarra el brazo y no me deja seguir mi camino. 

-No, no te disculpo. Sabes muy bien de lo que hablo. Te he visto el viernes salir de la fiesta con Alec. ¿Qué piensas? ¿Que se fijaría en ti teniéndome a mi a su lado? Por favor, no seas ridícula. Alec es mío y te recomiendo que te alejes de él y no te hagas ilusiones. 

-Mira estúpida, te voy a explicar dos cosas para que te queden bien claras. Tú a mi no me dices con quien puedo y con quien no estar porque yo tengo vida propia y no eres nadie para meterte en ella. Me la sudas querida. Por mi, como si estás con el director del instituto. Y la segunda, Alec no es de tu propiedad y déjame decirte que a él nunca le ha gustado que...-de repente noto una mano en mi cintura. Es Alec. 

-Nunca me ha gustado que me tomen como de su propiedad porque, déjame decirte Area, que no soy nada tuyo. Que nos hayamos enrrollado un par de veces no significa nada. No tienes derecho a hablarle así a Alaia. Que te quede claro una cosa: ella me importa mil veces más que tú asi que no te metas en nuestro camino. Déjanos en paz. ¿Entendido? -dice Alec serio sin quitar la mano de mi cintura. Por alguna extraña razón estoy riendo por dentro. Me encanta que le haya puesto los puntos sobre las íes a esa zorra. 

-Está bien Alec -dice Area en un susurro y fulminándome con la mirada para luego desaparecer por el pasillo.

-¿Estás bien enana? ¿Te hizo algo? -pregunta bastante preocupado.

-Si, estoy bien Alec. Gracias por defenderme -digo sincera- Me tengo que ir a lengua. Luego nos vemos en historia. Adiós.

-Adiós Al -dice sonriendo y me da un beso en la mejilla. Yo me quedo pasmada. Luego se aparta, me mira y se va dejándome con un vuelco al corazón que ya parece constumbre tenerlo. 

...

-¿Qué me estás contando? ¿O sea que te defendió? -pregunta Ari incrédula.

-Y lo más importante, ¿te cogió por la cintura y te dio un beso en la mejilla? -pregunta esta vez Martina. 

-Si chicas. Todo eso. Fue muy extraño. No sé que pensar. Está muy raro. Desde que empezamos el instituto se quiere volver a acercar a mi. Como a retomar la relación que teníamos de pequeños -digo sin saber que hacer.

-Bueno, pues quizá es la hora de que lo volváis a intentar. Ya sois mayores Al y además, Alec no tiene la culpa de lo de tu padre, tía. Yo de verdad pienso que a él le gustas. ¿Por qué no lo intentas? A lo mejor sale bien. Habla con él -me dice Ari.

-No sé chicas. Es que no quiero volver a pasarlo mal. Cuando se fue mi padre sentí un hueco en el corazón muy grande y no quiero volver a desilusionarme con Alec. No lo podría soportar. Por eso intento ser desagradable con él y marcar distancias -digo sincera.

-Yo creo que le tendrías que dar una oportunidad. Al fin y al cabo, la que te alejaste fuiste tú. Él solo aceptó tu decisión, hasta ahora claro. -dice Martina.

-Quizá tenéis razón. Ya veré qué es lo que hago. Cambiando de tema, ¿qué tal con vuestros chicos, Unai y Víctor? -pregunto haciéndoles ojitos a las dos. 

-Genial !! -dicen al unísono- Quedamos el domingo para cenar los cuatro y nos lo pasamos súper bien. Va todo viento en popa, ¿verdad Martina? -pregunta Ari. Ella asiente y, de pronto, toca la campana para volver a clase. 

-Me alegro chicas -les digo a ambas- Vámonos a historia anda. 

Cuando llegamos todas a clase cada una vamos a nuestros respectivos  sitios y me encuentro con Alec. Que guapo está dios. No puedo evitar pensarlo. 

-¿Qué tal Brown? -pregunta Smith.

-Muy bien Smith. ¿Y tú? -pregunto sin querer pareciendo algo coqueta.

-Vaya, me hablas bien hoy. Cosa rara. Pues estoy muy bien pero estaría todavía mejor si  vinieras conmigo al cine el miércoles. ¿Qué dices? -pregunta ansioso por mi respuesta. La verdad es que no sé que hacer.

-Pero el jueves hay clase. No creo que sea lo mejor pa... -no puedo terminar de hablar cuando entra la profesora en clase y comienza a explicar. 

-Te recogo a las cinco el miércoles. Estoy deséandolo enana -me dice al oído en un susurro que me estremece por dentro. Y así Alec consigue otra vez que no me pueda concentrar en clase pensando en lo que me acaba de decir. Alec Smith, vas a acabar con mi salud mental.

DESPUÉS DE QUE TODO CAMBIARA #1 (COMPLETA ☑️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora