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Ha sido increíble. Nueva York es magnífico. Estuvimos toda la tarde recorriendo las calles más importantes. Fuimos a Central Park, a Times Square, al Empire State Building, a Top of the Rock, a Manhattan, al puente de Brooklyn, al Grand Central Terminal, al High Line y a la Estatua de la Libertad. En todos ellos pudimos disfrutar de unas vistas espectaculares. Este viaje está más que recomendadísimo. 

Ahora estamos en la cafetería del hotel charlando un poco antes de subir a las habitaciones. Alec se ha ido al baño y lleva más de una hora ahí dentro. No sé que tanto debe de estar haciendo ahí metido, pero bueno. Estoy muy feliz. Parece que estoy en un sueño y no quiero despertar jamás. Por fin soy feliz. Por fin disfruto después de que mi padre nos dejó. Por fin me siento viva de nuevo. 

Me llega un mensaje al móvil de un número desconocido. Últimamente, no sé por qué, me están llegando mensajes de números que no conozco en lo más mínimo. Abro el mensaje y me encuentro con lo que menos espero: 

Si no quieres que le pase nada a Alec, sube a tu habitación y no le digas nada a tus amigos. 

Joder. ¿Qué hago? Esto no puede estar pasando. No ahora. Me despido de los chicos diciéndoles que estoy muy cansada y que prefiero irme ya a dormir con la mejor cara que puedo poner en estos momentos y subo al ascensor. No paro de morderme las uñas. ¿Qué voy a hacer? ¿Y si le ha pasado algo? Demasiadas preguntas y muy poco tiempo para resolverlas. Llego a mi planta y salgo al pasillo. Abro la puerta de mi habitación. Está todo oscuro. No veo nada. Se cierra la puerta de golpe detrás de mi. Intento darle al interruptor de la luz pero no sirve de nada. De repente noto una mano tapando mi boca y una en mi cintura reteniéndome. Estoy asustada. No sé que hacer. ¿Dónde estás Alec? 

-¿Me echabas de menos, enana? -me dice al oído. Yo lo voy a matar. 

-¿Tú eres imbécil? ¿Sabes el susto que me acabas de dar? No me vuelvas a hacer esto en tu pu... -no pude terminar de hablar porque encendió la luz de la habitación y pude ver que estaba toda decorada con flores, luces, fotos y en la cama había rosas rojas esparcidas por la colcha formando un corazón. 

-No quiero discutir Al -me dice girándome para que me quede en frente de él- Era una sorpresa. Tenía que hacer algo para que subieras. Los demás ya lo sabían todo. ¿Por qué te crees que estaban abajo y no dijeron nada cuando pusiste esa mierda de excusa para irte? -me dice riéndose. 

-Bueno, fue la excusa que se me ocurrió en ese momento. Tampoco tuve mucho tiempo para pensarla. Estaba preocupada -le digo todavía en shock por toda esta farsa que ha montado. 

-Ohh, ¿estabas preocupada por mi, Brown? -me dice elevando las cejas. 

-¿Qué? No. Para nada. Estaba preocupada porque no quería que me robaran las cosas que dejé en la habitación. No me importas en lo más mínimo. No te creas la gran cosa Smith -le digo para hacerle rabiar. Parece que funciona porque nada más termino la frase me pega a la pared y me acorrala contra ella. Acerca su boca a mi oído. Lo muerde un poco provocándome y me dice en un susurro: 

-No te creo nada. Eres una mentirosa. Muy muy mala -estoy hiperventilando. No me puedo contener y nada más se separa un poco de mi, me abalanzo hacia él y estampo mis labios contra los suyos haciendo que ambos caigamos encima de la cama. Yo encima de él. 

Al principio el beso es bastante tierno e inocente pero, a medida que pasa el tiempo se vuelve más violento y pasional. Noto como Alec, con su mano, recorre todas las partes de mi cuerpo. Estamos los dos demasiado excitados. Me muevo un poco para quitarme la sudadera que llevo puesta y acomodarme mejor encima de sus piernas y siento toda su virilidad contra mi abdomen. De repente, sin previo aviso, me gira haciendo que, esta vez, quede debajo de él. Empieza a darme besos en el cuello y sigue por mi pecho y por el abdomen hasta que llega a mi zona íntima. Después, me baja los pantalones con una destreza impresionante. Yo, mientras, le quito la camisa. Cuando lo hago, puedo ver todos sus abdominales y jadeo haciendo que el ría y me apriete todavía más contra él para que note aún más como está de excitado. Sigue depositando besos por todo mi cuerpo. En un momento dado, levanta la cabeza y me mira con brillo en sus ojos y con lujuria. 

-Joder, eres tan guapa enana. Mira como me pones con solo tocarme. 

Yo solo río y le vuelvo a besar. Mientras, él baja su mano derecha del cuello, a la cerradura de mi sujetador. Lo desabrocha y me lo quita en menos de un segundo. Yo en ese momento toco el cierre de sus pantalones, él rápidamente se da cuenta de lo que quiero hacer y me ayuda tirando de ellos hacia abajo, deshaciéndose de ellos. Posteriormente, pasa sus manos por mis pechos y acerca su boca a ellos. Yo no puedo hacer otra cosa que disfrutar del momento. Me agarro a su espalda y lo araño un poco por toda la excitación que tengo acumulada. Como respuesta, recibo un gruñido ronco de su parte, que hace que todavía me caliente más de lo que ya estoy. Alec baja su boca de mis pechos hasta mi abdomen esparciendo múltiples besos y sin previo aviso, con su mano, toca mi zona íntima, produciendo en mi una satisfacción que no había notado nunca hasta ese momento. Jadeo aún más fuerte y subo mis caderas para sentirlo más dentro de mi. Sin imaginármelo, en un segundo, me siento muy mojada. Acabo de tener mi primer orgasmo y apenas me ha tocado. 

-Me encantas Alaia. Me encantas... -me dice al oído Alec, haciendo que me estremezca de pies a cabeza. Se aparta de pronto y se tira al lado de mi en la cama -Ven, acércate más a mi. Quiero que hoy durmamos juntos. 

-Pero, ¿ya está? ¿No vamos a hacer nada más? -le pregunto incrédula. 

-Prefiero ir despacio contigo Al. No eres una más para mi -me dice mirándome a los ojos. 

-Pero yo creía que... -no me deja terminar de hablar. 

-Te amo Alaia. Te amo como nunca pensé amar a nadie. Y, por este motivo, prefiero que vayamos poco a poco. Tenemos tiempo -me dice atrayéndome hacia él y abrazándome. 

-Está bien, como quieras -le digo mirándole con ojos de cordero degollado. 

-Joder enana. No me mires así porque te juro que me estoy conteniendo demasiado para no estar contigo en este instante como me gustaría. Solamente creo que así es mejor. Sin apresurarnos. Te quiero cuidar Alaia -me dice acariciándome el pelo. 

-Lo sé Alec. Te amo. Nunca lo olvides. Gracias por lo de hoy. Gracias por hacerme sentir tan bien -le digo siendo sincera. 

-Siempre intentaré verte feliz y, si puedo ser yo la persona que te de esa felicidad, todavía mejor -me da un beso casto en los labios- Venga, vamos a dormir. Mañana tenemos que regresar a casa. A nuestra vida. Pero esta vez, juntos -Yo asiento y me acurruco en sus brazos. No sé cuánto tiempo tardé en dormirme pero, si que puedo decir, que esa noche, fue una de las mejores noches de mi vida. 

DESPUÉS DE QUE TODO CAMBIARA #1 (COMPLETA ☑️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora