Capítulo 13

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Durante las semanas siguientes Bellatrix apenas se separó de Nellie. La llevó incluso a algunas misiones de bajo riesgo. Para vergüenza de los magos, resultó que sus habilidades como tiradora eran incluso más útiles que una varita. Se convirtió casi en una mortífaga más, salvo por el hecho de que la duelista se aseguró de que siempre estuviese detrás de ella para protegerla. También asumió las labores de Narcissa de enseñarle cultura mágica y continuaron con la oclumancia cada vez con más éxito. Hicieron solas todas las comidas porque la slytherin se negó a sentarse en la mesa con su hermana. En ocasiones Nellie preparaba empanadas de carne o platos similares y Dolohov y los Lestrange se apuntaban a cenar con ellas. La muggle apreciaba mucho a Rodolphus y también a Dolohov; a Rabastan seguía sin perdonarlo del todo por su intento de robo de la capa. Ambas eran profundamente felices a pesar de las circunstancias y se cuidaban mutuamente.

-Bella, Bella, despierta, cielo -susurró Nellie sacudiendo a la bruja suavemente.

Esos eran los únicos momentos en que la muggle tenía miedo: cuando la mortífaga se revolvía o gritaba en sueños. La primera vez que sucedió se asustó mucho, creyó que estaba enferma o le pasaba algo. Bellatrix le confesó avergonzada que las pesadillas de Azkaban eran recurrentes y le sugirió que podían dormir cada una en su cama. Por supuesto la castaña se negó en redondo. Cada vez que ocurría la despertaba con suavidad y la slytherin abría los ojos desorientada y agotada física y psicológicamente. Nellie la abrazaba y le susurraba que todo estaba bien hasta que se tranquilizaba y se volvía a dormir. Había comprobado que cuanto peor era la pesadilla más le costaba despertarla.

-Bella -insistió zarandeándola-, despierta, está todo bien, estoy contigo.

La mortífaga abrió los ojos por fin. Temblaba y no tuvo fuerzas para decir nada, solo se acercó más al cuerpo de Nellie. Al instante la castaña la estrechó entre sus brazos y la besó con dulzura. Le aseguró que podía dormir tranquila porque ella la protegía. Bellatrix asintió y lo intentó, pero su compañera se dio cuenta de que le daba miedo cerrar los ojos y volver a la prisión. Como sus frases de consuelo no parecían resultar muy eficaces, sin dejar de abrazarla empezó a cantar con suavidad la canción que solía cantar con Toby:

Nothing's gonna harm you, not while I'm around

Nothing's gonna harm you, no sir, not while I'm around

Al principio la expresión de la bruja fue de ligera extrañeza, pero pronto sintió cómo su cuerpo empezaba relajarse. Así que continuó entonando lo mejor que supo:

No one's gonna hurt you, no one's gonna dare

Others can desert you, not to worry, whistle I'll be there

Bellatrix se quedó dormida pocos versos después. Nellie sonrió aliviada y cerró los ojos también. Durmieron hasta bastante tarde ya que al día siguiente no tenían ninguna actividad pendiente. Aun cuando la luz empezó a colarse por las cortinas y a conquistar los rincones de la habitación, ninguna de las dos hizo movimiento alguno. Fue la duelista quien se desperezó primero despertando así a su compañera que seguía abrazándola.

-Sigues aquí -murmuró frotándose los ojos para acostumbrase a la luz.

-Repites eso cada mañana, Nell -respondió la bruja besándola.

-No me gusta dar las cosas por sentado, siempre que creo que voy a ser feliz, todo se tuerce. Y llevo demasiadas semanas siendo extremadamente feliz.

-Intentaremos que siga siendo así -susurró la bruja aún algo dormida.

La muggle, hiperactiva como siempre, se sentó sobre su cintura y la miró con dulzura. Bellatrix sonrió y le acarició la mejilla. La quería, la quería como nunca había querido a nadie. Su mayor miedo era que cuando volviera su Señor se diera cuenta de que era más que una herramienta para ella y retomara su plan de matarla. Ya no sabría cómo vivir sin ella. Bellatrix era absolutamente independiente y cruel, pero cuando quería a alguien se entregaba por completo. Lo había hecho de pequeña con su familia y más tarde con Voldemort, pero nunca nadie le había correspondido de la misma manera que Nellie. Eso le recordó el incidente de la madrugada previa.

Juntas en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora