Capítulo 36

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El graznido de una gaviota en el alfeizar de la ventana despertó a Bellatrix. Intentó abrir los ojos para lanzarle un crucio pero aun con las cortinas cerradas la luz le molestaba. Logró hacerlo poco a poco mientras se frotaba las sienes maldiciendo el agudo dolor de cabeza que la invadía. Parpadeó varias veces y descubrió a Nellie tumbada junto a ella contemplándola con cariño. Al instante sonrió aliviada: su novia seguía ahí. La muggle se acercó y la besó. Antes de que la bruja abriese la boca para pedirle una poción contra la resaca, la muggle la cogió de su mesilla y se la tendió.

-Buenos días, peluchín. Me he levantado hace un rato y he supuesto que la necesitarías -murmuró sonriente.

Bellatrix la bendijo internamente e ingirió el líquido de un trago. Cerró los ojos de nuevo mientras los recuerdos de la velada anterior acudían a su mente y rellenaban los vacíos. Nellie la informó con suavidad de que iba a despertar a sus peques: todas las mañanas les gustaba remolonear en la cama con ellas. Volvió al poco con Sweeney y Voldy entre sus brazos, los colocó en la cama con cuidado y de inmediato empezaron a corretear por el edredón. Volvió a tumbarse junto a la mortífaga mientras acariciaban a sus hijos. Cuando por fin logró recuperar del todo la serenidad y recordó -más o menos- lo sucedido la velada anterior, la morena procedió a disculparse:

-Lo siento mucho, Nell, siento haber besado a esa imbécil y...

-Te besó ella a ti, en cuanto te diste cuenta la torturaste como debe ser. No tuviste la culpa, cielo. Claro que me da rabia que sucediera, pero recibió su castigo.

-No es solo eso... -confesó la bruja avergonzada- Bebí demasiado y... No lo recuerdo bien, pero debió darme un filtro amoroso o algo y... Creo que besé a otra chica en la playa, me pareció que era guapísima aunque....

Nellie se echó a reír halagada. Su compañera frunció el ceño, no le encontraba la gracia. Al rato la muggle le contó que la chica con la que había ligado en la playa era ella. La slytherin abrió los ojos sorprendida y ladeó la cabeza. Bueno, eso tenía más sentido. Aunque no pudo evitar murmurar: "Qué rabia, hasta borracha me enamoro de la misma muggle molesta...". Nellie le dio una colleja en venganza y Bellatrix la atrajo hacia sí para besarla. Mientras la muggle le mordisqueaba el cuello y le acariciaba el muslo, la mortífaga sintió un nuevo remordimiento:

-Escucha, Nell, sé que te dije que nunca le presté atención a Camilla y que pasé de ella sin más, pero en realidad...

-¡Ah, ya! La malnacida esa solo te quería por tu apellido y lo descubriste cuando estabas dispuesta a intentar algo más.

-¿¡Cómo sabes eso!?

-Anoche vino Mr. Rod después de discutir con Dolohov y me lo contó. Le ofrecí quedarse en la habitación de invitados, supuse que no te importaría.

-¡Hombre! -exclamó la duelista- ¡Por fin has conseguido estrenar ese cuarto!

Su novia asintió satisfecha, le encantaba ser una gran anfitriona y presumir de su maravilloso hogar. Eso le recordó que había preparado el desayuno. A la slytherin le dio igual porque acababa de recordar la promesa de la noche anterior. "Tú no te mueves de aquí hasta que hayas cumplido, monada" le susurró al oído con voz ronca. Nellie jamás se negaba a eso. Colocó a los escarbatos en la cuna que tenían en un rincón y antes de que Bellatrix pudiera empezar, ella ya se había quitado el camisón y tenía ambas manos en las partes más sensibles de su novia. La bruja no tuvo quejas. Media hora después, cuando apenas recordaban cómo respirar, decidieron que era hora de ducharse. Al terminar, se vistieron, recogieron a Voldy y a Sweeney y salieron al pasillo.

Rodolphus estaba leyendo el periódico en su habitación pero lo dejó corriendo en cuanto escuchó la palabra desayuno. Nellie se preocupó por cómo había dormido y él aseguro que mejor que en su propia cama. Su exmujer le echó la bronca por haber permitido que le desterraran de su mansión.

Juntas en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora