Capítulo 24

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Ni la bruja ni la muggle daban crédito a lo que mostraban sus ojos. Era imposible, absolutamente imposible. Pero sin embargo era él, no había duda. Su voz grave y profunda volvió a confirmarlo:

-Creí que te alegrarías más de verme...

-¿Qué es esto? -susurró Bellatrix con los ojos muy abiertos.

El hombre hizo ademán de acercarse, pero un gesto de la varita de la bruja le advirtió que ni se le ocurriera. Por muy asustada que estuviera por dentro, la mortífaga seguía inspirando temor hasta a sus más allegados. Aun sabiendo que jamás sería capaz de atacarle, no bajó la varita ni la guardia ni por un segundo. Era evidente que se trataba de algún tipo de trampa. Se limitó a añadir: "Vi tu cadáver".

-Es una larga historia, ahora os lo cuento todo. ¿Puedo abrazarte antes? He sobrevivido con esa única ilusión. Además... sabes que puedo esperar unos años más a heredar la fortuna de los Black a cambio de seguir incordiándote.

Esa última era una de sus frases en clave, una de las que solo ellos conocían y usaban para asegurarse de forma velada que todo iba bien. Por otro lado, a diferencia de la apariencia física, la voz no podía falsificarse de forma alguna. La bruja se metió en su mente durante unos segundos. Él no intentó impedirlo. A los pocos segundos Bellatrix corrió hacia él. El mago la abrazó con efusividad y prácticamente la levantó del suelo. Nellie, junto a Rabastan y Dolohov que acababan de llegar, los observaba desconcertada y aún impresionada. La morena siguió balbuceando mientras él cerraba los ojos y se perdía en su aroma.

-Merlín... -susurró - Sigues siendo la persona que mejor huele de todo el mundo mágico, Belle.

La morena se separó y le miró a los ojos. "¿Por qué me has hecho esto, Rod?" preguntó casi llorando. Su marido le acarició la mejilla con cariño y sus ojos azules reflejaron dolor al ser consciente de que la había hecho sufrir.

-No sabes cuánto lo siento, preciosa, te juro que te he añorado cada minuto. Voldemort me lo prohibió, me obligó a hacer el juramento inquebrantable y me era imposible revelarlo. Además, no quería poneros en peligro. He vuelto en cuanto he podido, he encontrado en casa a Dol y Rab pero a ti no. Me alegra comprobar que estabas en buena compañía -comentó sonriendo.

Nellie no se atrevía a acercarse. Una vez más la realidad superaba a su entendimiento. Aún así, cuando lo asimiló (porque qué importaba ya una locura más) se alegró inmensamente de verlo. Pero se sintió muy fuera de lugar. Bellatrix estaba casi llorando abrazada a su marido mientras su hermano y su amante sonreían con cariño. Eran una familia, ella no pintaba nada. Era una simple muggle que no entendía cómo los muertos podían resucitar. No hizo falta que reaccionara. Mientras Bellatrix se serenaba y se sentaba junto a Dolohov en el banco de piedra, Rodolphus se acercó a ella y la abrazó con fuerza. Nellie le devolvió el gesto algo nerviosa.

-Sin ti se hubieran vuelto locos los tres. Gracias por cuidar a mi familia, Eleanor -susurró el mago en su oído-, a nuestra familia.

La castaña casi lloró también al oírle incluirla entre los suyos. Asintió y se sentó junto a su novia que le pasó un brazo por la cintura y apoyó la cabeza en su hombro. El sentimiento de desarraigo desapareció por completo. Rodolphus cogió aire mientras los cuatro espectadores le miraban apremiantes para que les contara lo que había sucedido.

-Como sabéis, desde que Yaxley murió, Rookwood y Jugson nos odiaban aún más que de costumbre. Tampoco ayudó que no cumplieron muy bien sus misiones y Voldemort no estaba contento con ellos.

Al igual que su hermano, Rodolphus había perdido la paciencia y respeto que le impulsaban a temer el nombre de su Maestro. Nellie maldijo internamente que fuese su novia la única que conservaba intacta la fe hacia el Señor Serpiente. Todos asintieron y él continuó:

Juntas en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora