Capítulo 16

2.3K 144 229
                                    

Los días siguientes el ambiente en la Mansión Malfoy fue más tenso. Bellatrix le retiró la palabra a su marido porque le culpaba del ataque de su primo a Nellie. Por supuesto Rodolphus se disculpó con la muggle a la mañana siguiente y aseguró que se había encargado de su primo. Le "interrogó" hasta descubrir que inició en solitario la búsqueda de las reliquias dispuesto a seguir el ejemplo de Grindelwald y no se lo había contado a nadie. Después terminó con él. La muggle aceptó las disculpas sin reservas, pero a la morena le importó poco. Ya no le permitía desayunar con ellas, entrenar, ni nada similar. Le dirigía las frases imprescindibles y le ignoraba cuando intentaba reconquistar su cariño. Cuando la mortífaga estaba en alguna misión, Nellie pasaba tiempo con él. Le daba pena, consideraba que no era responsable de los actos de su primo y sabía que lo había hecho con buena intención. Además no era rencorosa, había aprendido con Mr. Todd que serlo salía caro. Pero ni siquiera ella fue capaz de influir en Bellatrix para que perdonara a su marido. Tampoco es que se esforzara mucho: con que la quisiera a ella, le sobraba. Y una semana después, le demostró que así era.

Ese día, extrañamente, Bellatrix se despertó antes que su novia. Estuvo un rato acariciándole el pelo hasta que se despertó. Nellie abrió los ojos, sonrió al cerciorarse de que seguía siendo real y la besó. Le pasó un brazo por la cintura para colocarla encima de ella y la bruja se sentó sobre su cintura. Se besaron durante un rato hasta que Bellatrix paró, le acarició la mejilla y murmuró: "Feliz cumpleaños, Nell". La muggle la miró sorprendida.

-¿Cómo sabes que es mi cumple? -preguntó entrelazando sus manos con las de ella.

-Estos últimos meses he pasado más tiempo en tu cabeza que en la mía. Creo que sé cuándo es el cumpleaños de cada una de las cucarachas de tu tienda.

Nellie rió y la hizo feliz que por fin lo recordara alguien. Le dio las gracias y su compañera le preguntó qué quería hacer para celebrarlo.

-Ah, no te preocupes, nunca he hecho nada especial. No lo necesito, será el más feliz porque estoy contigo.

Bellatrix sonrió y se tumbó sobre ella para besarla. La castaña la abrazó y siguieron así varios minutos. Hasta que la slytherin volvió a incorporarse y comentó:

-Yo tampoco he celebrado nunca ningún cumpleaños, en las familias de sangre pura es de mal gusto festejar la vejez. Pero resulta que hoy me apetece. Así que podemos vaguear en la cama toda la mañana, jugar con mi varita como te gusta hacer y después comemos juntas. Esta tarde tengo que salir porque el Señor Oscuro va a regresar pronto y tengo asuntos que terminar. Pero por la noche te llevaré a cenar a un restaurante maravillosamente caro, ¿te parece bien?

-¡Claro! -exclamó Nellie emocionada- Pero ¿es seguro salir de la mansión? ¿Y si te reconocen?

-Tranquila, es un lugar un tanto oscuro en el que les interesa mi dinero, no mis antecedentes. Y si hay el más mínimo problema, los masacro a todos y solucionado.

La muggle sonrió de oreja a oreja. Por mucho que Bellatrix fuese cariñosa y protectora con ella, sus ansias de matar no habían mermado ni una pizca. A ella le daba igual. Era verdad que de niña no dispuso de tiempo ni de recursos para celebrar su cumpleaños y de adulta no había tenido con quién hacerlo. Y que la mortífaga hubiese hecho planes la hacía tan feliz que sentía ganas de llorar y saltar en la cama de emoción (probablemente dedicaría a ello su tarde de soledad).

"Y esto es una tontería...", murmuró la bruja nerviosa, "pero creí que podría gustarte...". Con un movimiento de su varita, una caja de terciopelo con un lazo negro aterrizó en su regazo. Se movió a su lado de la cama para liberar a Nellie y se la entregó. "¿Es... es para mí?" preguntó la muggle mirándola incluso con más adoración de la habitual.

Juntas en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora