Durante algunos días, un tema frecuente de conversación en casa de los Pérez Esnaola fue el llanto del monstruo que los persiguió el domingo por la noche. El peón que manejaba la carreta lo había llamado: puma y lo había descrito como un gran felino. Sin embargo, en las más íntimas pesadillas de Diego, aquella bestia se transformaba en el diablo mismo. Luego, aquel ser se alimentaba de niños recién nacidos frente a sus ojos.
Óscar, cansado de los cotilleos de sus hijos y sus sobrinas con respecto a la criatura, les había prohibido volver a mencionarla dentro de la casa. Además, les comunicó que se había comprometido a que tanto Diego como Sebastián harían algunas diligencias para el señor Juan Bustamante. El mayor de los hermanos, quien casi siempre se mostraba reacio a obedecer a su progenitor, extrañamente parecía encantado con la idea. Diego atribuía esto a que Pablo Ferreira también participaba de aquellos negocios. Su hermano veía en el criollo al compañero de aventuras que él mismo nunca podría ser.
Una tormenta de verano confinaba a toda la familia en el interior de la vivienda. Acodado sobre la mesa, Diego observaba a Sofía que estaba tarareando una melodía mientras avanzaba con su bordado. Si la memoria no le fallaba, la canción la había interpretado el pianista que tocó en la tertulia organizada por los Bustamante.
Sintió cierto pesar al recordar a Sofía bailando en los brazos de Pablo. Casi con seguridad, si él hubiera estado más atento a las necesidades de la muchacha, aquello no habría tenido lugar, pero al descubrir su talento para los juegos y el placer de ganar una y otra vez, se había alejado de quien realmente le importaba.
Intentó convencerse de que aquel baile no significaba nada y que pronto tendría la oportunidad de bailar durante horas con Sofía. No obstante, una parte de él sabía la verdad y algo había cambiado en los ojos azules de la joven. Ella, que vivía enamorada de la idea misma del amor, había encontrado en quien depositar todos esos sentimientos y sin lugar a dudas, no era en la persona indicada.
—¿Cuándo iremos a hablar con el Señor Bustamante, padre? —preguntó Sebastián, sacando a Diego de sus pensamientos.
—El sábado por la mañana enviará una carreta a buscarlos a ustedes y al muchacho este... Ferreira —explicó Óscar con cierta dificultad para recordar el nombre del criollo.
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Cinco espinas tiene La Rosa✔️
Historical FictionDISPONIBLE EN AMAZON EN E-BOOK Y EN PAPEL La novela «Cinco espinas tiene La Rosa», está ambientada en el antiguo Virreinato del Río de la Plata. Se narra la vida de cinco jóvenes españoles adinerados que se ven envueltos en una peligrosa trama llen...