Capítulo 50: Sofía

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—¡Diego! ¡Sofía! ¡Vengan rápido! ¡Llegó una carta de Sebastián! —llamó Catalina desde el exterior

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—¡Diego! ¡Sofía! ¡Vengan rápido! ¡Llegó una carta de Sebastián! —llamó Catalina desde el exterior.

Los jóvenes corrieron emocionados. Hacía mucho tiempo que no tenían noticias de su familia.

—¡Yo quiero leerla! —pidió Sofía emocionada.

—Muy bien, muy bien. Entremos y acompañemos las novedades con un poco de chocolate caliente —sugirió Catalina y le tendió la carta a Sofía que la tomó sonriendo.

Los tres caminaron por el sendero que conducía a la vivienda. Las rosas estaban más hermosas que nunca. Un resplandor cerca del lugar en donde habían enterrado a Alister III llamó la atención de Sofía. Se agachó para observar más de cerca el origen del brillo.

—¿Qué pasa? —preguntó Diego deteniéndose a su lado.

—¡Mira! —dijo Sofía levantando su anillo de compromiso.

Lo más probable era que Antony Van Ewen lo hubiera dejado caer cuando se marchó de La Rosa aquel día.

—Es extraño encontrarlo después de tanto tiempo —reflexionó observando el anillo que su prima tenía entre los dedos.

Catalina también se acercó a ver.

—¡Gracias al cielo! No llegamos a enviarle las joyas y el anillo tampoco estaba en su poder cuando lo encontraron. Nadie sospechará nunca que fue Alister quien lo mató —dijo aliviada Catalina y colocó una mano en la espalda de su hija para que siguiera caminando.

Sofía se sentó en la mesa del comedor junto a su primo y esperó impaciente a que su madre regresara de la cocina con una bandeja con humeante chocolate y algunas galletas. Una vez que su madre se sentó Sofía comenzó a leer:

Amada familia, quiero contarles que mis padres y yo estamos muy bien. Mi padre duerme tranquilo al saber que nunca hubo intrusos en la estancia y mi madre está encantada con su nieta. El destino me ha unido una vez más con Adriana quien estaba esperando a mi hija cuando partí hacia las colonias. Mi pequeña Victoria es la niña más hermosa que haya visto jamás. Estoy seguro de que cuando les llegue esta carta ya me habré unido en sagrado matrimonio con mi preciosa Adriana. No quiero que mi hija permanezca en condición de bastarda durante más tiempo...

Cinco espinas tiene La Rosa✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora