Capítulo 32: Sebastián

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Sebastián cabalgaba sin prisa, escoltado por Pablo Ferreira y Amanda quien montaba a Génesis con destreza. Unas pocas monedas habían sido suficientes para que el nuevo conductor aceptara esperarlos en la estancia del criollo hasta que ellos regresaran de la iglesia. Siempre y cuando nadie en la familia se enterara, no se meterían en problemas.

—¡Les juego una carrera hasta aquel árbol! —gritó Amanda, señalando un sauce que destacaba por su altura y aumentó la velocidad de su yegua antes de que los muchachos pudieran reaccionar.

—¡Estás haciendo trampa! —replicó Pablo dispuesto a alcanzarla.

Sebastián sonrió divertido ante la situación e intentó no quedarse atrás. Como era de esperarse, Amanda ganó y se aseguró de refregar su victoria en el rostro de sus amigos.

—No cuenta. No estábamos listos y saliste mucho antes que nosotros. Exijo una revancha —se quejó el criollo.

—Muy bien, acepto el desafío. El que llegue primero hasta aquel sendero gana —dijo Amanda y los tres salieron a toda velocidad.

Entre carrera y carrera llegaron al pueblo antes de lo que imaginaban. Una vez allí, bajaron de sus caballos y los guiaron tirando de las riendas entre las callejuelas. Hacía tiempo que Sebastián no se divertía tanto y estaba seguro de que Amanda se sentía tan feliz como él.

Una vez en la iglesia pudieron ver que solo habían llegado Julia y el doctor Máximo Medina. Se encontraban sentados en los primeros bancos y tenían las manos entrelazadas. En cuanto se dieron cuenta de que no eran los únicos en el lugar se soltaron, pero por la expresión de Pablo, resultaba evidente que los había visto y aquello le dolía.

Cuando los tres se acercaron a saludar, Sebastián notó que su prima y Julia intercambiaban una mirada cómplice. Pablo se sentó entre Amanda y el pasillo, quizás para estar lo más lejos posible de la nueva pareja.

El doctor Medina les comentó que el verano y la buena voluntad de Dios habían ayudado a que la epidemia que azotaba a los trabajadores del campo perdiera fuerza. Pablo se mantuvo al margen durante toda la conversación y el recuerdo de la abuela del muchacho regresó fugazmente para acosar los pensamientos de Sebastián.

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