SOFÍA
— ¡Marcel! ¿Me vas a decir quién es?
— Shhh, ¿no ves que la gente está dormida a estas horas?
— No me jodas Marcel.
— Tío, tengo que irme— dijo Marcel retrocediendo. Por actoreflejo me estrujé contra la pared y me apreté la costilla.
Me quejé por el dolor repentino.
— ¿Qué ha sido eso?— dijo Marco levantándose de la cama de una vez.
— Nada Marco— dijo interponiéndose entre Marco y el pasillo para que no pudiera salir fuera de la habitación y verme.
— Como no me digas a quien has traído a mi casa.
Joder. Nos iba a pillar y no podía volver aquí.
Marcel lanzó una mirada hacia el pasillo, mirándome fugazmente sosteniéndome la mirada.
Él también tenía miedo.
— Ya está Marco. Nos vamos— Marcel se dio la vuelta para salir pero Marco cogió su muñeca tirando de él haciendo que cayera al suelo de espaldas en la habitación y Marcó salió al pasillo. Se quedó estático al verme parada delante de él.
— ¡Serás cabrón!— dijo fijando su vista en mí.
Marcel resopló y se levantó del suelo para poder mirar a Marco a la cara.
— Sí Marco, duerme en mi casa. ¿Sabes porqué? Porque me la encontré de noche, sola, en una acerca y no podía dejarla ahí ¡y no te lo había dicho porque te tiene miedo! Y lo entiendo, yo tampoco querría estar viviendo con alguien como tú.
Y la el puñetazo que le propinó en el abdomen vino acompañado de un quejido de dolor que se escuchó por toda la casa, me dolió hasta a mí.
Me lanzó una mirada rápida, yo negué con la cabeza pero el solo me guiñó un ojo como solía hacerlo y se giró para ver a Marco.
Marco me miró y luego le pegó un puñetazo en la nariz a Marcel.
— ¡No!— dije mirando a Marcel que estaba en el suelo.
Marco se echó encima de él, pero Marcel le pegó a Marco rápido sin dejarle tiempo a corresponder.
Empezaron a pegarse puñetazos entre ellos.— Por favor— dije horrorizada mirándoles—. Parad ya.
Me iba a acercar a separarles, pero aún tenía las costillas dañadas y no podía sobre esforzarme mucho.
Marco me miró unos segundos antes de separarse de Marcel definitivamente y apoyarse en el marco de la puerta de su habitación. Se cruzó de brazos esperando a que Marcel se separara del suelo aún teniendo que recomponerse.Marcel en cuanto estuvo de pie se acercó a mí.
Sujeté su mano con fuerza alejándolo de Marco.— Vamos— dijo señalando con la cabeza las escaleras para ir al piso de abajo.
— ¿No tienes algo que me pertenece?— se escuchó decir a Marco.
Yo negué con la cabeza.— Marco- No puedo hacer eso.
Temblaba y esta vez no era de frío. Lo último que quería era volver a casa, si esto se podía llamar así.
Marco se acercaba a nosotros por el pasillo a pasos lentos.
— Marco, piensa en ella— dijo Marcel señalándome—. ¿La estás viendo? Ella no quiere estar aquí, por favor Marco, por favor.
No sé ni como lo hizo, pero Marco nos dejó salir de la casa.
— Ya está, ya estamos fuera— dijo intentando creerselo él mismo, pero no podía escucharle, una de las frases de Marco se me quedó grabada.
¿No tienes algo que me pertenece?
Empezamos a caminar hasta casa. Cuando entramos Marcel dejó las llaves y se quitó la cazadora, yo imite su acción.
— Puedes ir a dormir, no vamos a volver ahí— susurró en mi oído.
Yo asentí e intenté dormir, pero no podía.
Pensaba en lo que había pasado una y otra vez.Debería haberme quedado en la cama.
— No puedes dormir, ¿verdad?— yo negué.
Creo que no dormiré en unos días.
— ¿Quieres ver Phineas y Ferb?— negué.
Me miró a la cara.
— ¿Estás bien?— no quise responder a eso, me encogí de hombros.
Se sentó en el sofá a mi lado y empezó a acariciar mi cabeza.
MARCEL
— Yo también voy a tener pesadillas a partir de ahora— dije en un susurro—. Voy a curarme las heridas, ¿vale?
Ella asintió y se apartó un poco de mí dejando que me levantara sin problemas.
La veía mal; no hablaba, no sonreía.
Esto me estaba matando.Sabía que no estaba bien, y todo porque decidí ir a esa estúpida casa.
Me metí en el baño y me puse a limpiar mis heridas.
No se qué haríamos ahora.
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Mi hermano me odia
Teen FictionNo hate. Si no te gusta no leas. Soy Sofi, tengo 15 años y vivo con mis dos hermanos, María de 17 años y Marco de 19, nuestros padres murieron hace cuatro años en un accidente de avión, María y yo nos ayudamos en todo lo posible, pero Marco se dista...