26

9.4K 443 19
                                    

MARCO

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

MARCO

Salí de los baños y caminé por los pasillos del colegio, me dolía el labio pero no iba a ir al médico por esta tontada.
No iba a ir a clases así que decidí irme a casa.
Me monte en el coche y conducí hasta mi casa.

Entré y me tumbé en el sillón, no sabía qué hacer así que llamé a la pequeña Sabrina, pero no me cogió.

— Mierda— me levanté y fui a cambiarme de ropa.
Me puse unos vaqueros y una camiseta gris.

Cogí las llaves del coche y salí por la puerta.
Conducí hasta ese lugar y aparqué en la entrada.

Me quedé escuchando la música que sonaba en la radio hasta que la campana resonó por todo el edificio.

Todos los niños salieron en manada del instituto, Sabrina estudiaba en un instituto a unas manzanas del nuestro ya que no había plazas en el otro.

Ahí estaba, bajaba por las escaleras hablando con otro chico... Espera, ¿qué?

Mi niña no puede estar con otro chico.

Me bajé del coche y me recosté en el vehículo mirándola fijamente, ella se dio cuenta de estaba ahí.
Se despidió de ese chico con un beso en la mejilla y vino hacia mi con una sonrisa.

— Hey, ¿que haces aquí?— dijo, pero no respondí.

— Sube al coche— dije seco, me subí y ella también.

Conducí en silencio hasta llegar a mi casa.

— Baja— ella no lo hizo.

Me acerqué al coche y me asome por la ventanilla.

— ¿Me has escuchado?— ella no me respondió—. ¿Vas a bajar ya?— ella negó.

Resoplé y abrí su puerta.

— ¿Qué te pasa?— dije poniéndome en cunclillas.

— ¿Qué te pasa a ti?— dijo ella mirándome enfadada—. Eres tú el que se comporta como un idiota.

— Eh. Hablaremos de esto en casa— caminé hasta la casa con ella por detrás gritándome cosas.

Me senté en el sillón y ella se sentó encima de mí.
Golpeó mi pecho y me miró a los ojos.

No tardé mucho, me incliné y besé sus labios.

— ¿Estás bien?— ella negó— ¿Qué pasa?

— ¡¿Que te pasa a ti?!— dijo mirándome a los ojos, volviendo a golpearme.

— ¿Qué me pasa? ¡¿Quién coño era él?!

— Hablas de... ¿Estás celoso?— dijo ella con una sonrisa.

— No— dije recostandome en el sillón cruzando me de brazos.

— Sí lo estas— pasó sus piernas una a cada lado de mi cintura—. No pasa nada— susurró acariciando mi pelo.
Cerré los ojos, me encantaba que me tocara el pelo.

Mi hermano me odiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora