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Se supone que tendría que estar durmiendo pero me dolía mucho la espalda

Marcel entro en la habitación y me vio sudando

- ¿estás bien?- yo negué con la cabeza mientras sujetaba su brazo con fuerza

- será mejor que vallamos al hospital- dijo él nervioso y yo asentí

Con su ayuda conseguí salir de la cama y caminamos hacia las escaleras

Ahora también conocidas como mis enemigas
Ya que no podía bajarlas yo sola

Marcel me sujeto de los brazos y poco a poco conseguimos bajar las escaleras

Cogió las llaves del coche y salimos de la casa

Era de noche, así que nadie se enteró de nuestra salida nocturna

Condujo en silencio mientras apoyaba una mano en mi pierna, yo la apretaba con fuerza y él me dejaba hacerlo

Yo creo que lo que más le preocupaba era que no lloraba por ésto

Condujo más rápido hasta llegar al hospital, se bajó del coche y lo rodeo hasta llegar a mi puerta
La abrió y ma ayudo a bajar del coche

Besó mi cabeza y caminamos hasta la puerta

- ¡ayuda!- grito Marcel

Yo creo que ya estaban acostumbrados a que viniéramos gritando por cualquier cosa

Trajeron una camilla y me tumbaron en ella, yo iba apretando la mano de Marcel

Él no me soltaba ni un segundo

Le dijeron que tenía que esperar fuera, él a regañadientes lo hizo

Marcel:

Me senté en la silla de al lado, hasta no saber lo que pasaba no iba a llamar a nadie de casa

El médico salió a los minutos y se acercó a mí

- esa chica está de parto- dijo él- una enfermera le dirá donde puede cambiarse para entrar en la sala- yo asentí rápidamente y cogí el teléfono

Esperé unos minutos hasta que por fin alguien se digno a contestar

- Marcel ¿eres tú?- dijo Sabri desde la otra línea

- si, moved el culo hasta el hospital, Sofi está de parto- se escuchó un chillido agudo del otro lado de la línea y alejé el teléfono de mi oído para que no me explotará el tímpano

- vamos para allá- dijo ella y colgó

Como habían dicho, una enfermera me guió hasta una sala y me dieron la ropa que tenía que ponerme
Me la puse rápidamente, quería ir ya con Sofi

Me guiaron hasta la sala y ahí estaba Sofi

Fui hasta su lado y agarre su mano
Me miró y por fin vi algo que llevaba meses sin ver
Una lágrima

- tengo miedo- dijo ella- quiero vivir- salieron más lágrimas de sus ojos y las limpié todas con mis pulgares

- hemos hecho todo lo que nos ha dicho el doctor, todo va a salir bien

- ¿me lo prometes?

- te lo prometo- dije besando su frente e incorporándome

Ella empezó a apretar mi mano con más fuerza mientras que también tenía los ojos cerrados así que supuse que era una contracción

Me puse de rodillas a su lado y acaricié su mejilla para que se relajara

Sabia qué esto era difícil y más para una niña de dieciséis años

A los minutos se relajó y me miró, yo le sonreí de lado y ella negó con la cabeza

- quitame esto y vámonos a casa- decía ella mientras las lágrimas se volvían a acumular

- ya está princesa- decía yo acariciando su cabeza y quitando el pelo de su cara

- Marcel...- dijo ella y le miré a los ojos

Sabía que estaba nerviosa y preocupada, me dolía verla así

- ¿que pasa princesa?- dije intentando mostrarme lo menos nervioso posible

- ¿me va a doler mucho?- dijo en un hilo de voz

Eso me mató, agarre su mano con fuerza y vi como el doctor entraba en la sala

Sofí cogió mi mano con más fuerza y yo besé su frente

- vale, ya estamos listos- dijo el doctor posicionándose entre las piernas de Sofi

Vamos a decir que esa situación me molestó bastante, pero era por el bien de mi hijo, así que iba a dejarlo pasar por esta vez

- puja- dijo el doctor y Sofi hizo lo que le pidió

Empezó a empujar con fuerza mientras que hacía la misma fuerza sobre mí mano

- vale, vuelve a pujar- dijo el doctor y Sofi volvió a hacerle caso

Gotas gordas de sudor salían por su frente

Todo era descontrol hasta que se oyó el llanto de un niño
El doctor corto el cordón umbilical y me mostró a mi hijo

Como nos habían dicho, era un niño
Me lo tendieron y lo cogí gustosamente

- hola Noah- le dije al pequeño

Se lo mostré a Sofi pero estaba demasiado pálida

- Sofi- toque su cara

Algo no iba bien

- ¡enfermera!- dijo el doctor- ¡la perdemos!

Entraron otros dos médicos en la sala
Cogieron a Noah y se lo llevaron de la sala

La conectaron a la máquina esa que pita y a los pocos minutos dejo de pitar

Que suerte la mía

Mi hermano me odiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora