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Melissa

-Agáchate.-dice este y yo lo miro confundida por lo que acaba de pasar.-Joder que te agaches.-dice empujándome con su mano hacia delante y le hago caso. Escucho otro disparo y no puedo evitar gritar y llorar a la vez. -Mierda.-dice este entre diente y escucho como acelera de nuevo. Me levanto con cuidado y veo que va a doscientos por hora.

-¡Nos vamos a matar!.-grito y este no aparta sus ojos de la carretera.-¡Para! ¡Para por favor!.-vuelvo a gritar mientras miles de lágrimas caen de mis ojos. De repente sale por una salida con unos arbustos muy grandes y frena justo al lado de ellos. Apaga el motor de el coche y las luces y me mira.

-Silencio.-dice y de repente se escucha unos coches pasar a toda velocidad por nuestro lado.

Stephen sale del coche y siento como el miedo se apodera de mi. Mi respiración es agitada y miles de lágrimas no dejan de caer de mis ojos. Este vuelve a entrar y suspira.

-Se han ido.-dice tranquilo y yo aprovecho para salir del coche.

Cuando estoy fuera el aire fresco entra en mi pulmones haciendo que me tranquilice. Siento a Stephen detrás de mi y me giro hacia el.

-¡Maldito!.-digo gritándole y pegándole en el pecho. Este no se inmuta y se queda ahí quieto.- ¡Casi me matas!.-vuelvo a gritar y este me coge de los brazos.

-Te he salvado la vida y encima he evitado que te violaran.-dice muy cortante. Intento soltarme de su agarre pero es imposible.

-Suéltame.-digo y este respira hondo, me suelta y se gira para volver al coche. Arranca y yo lo miro con los ojos muy abiertos. Da la vuelta y yo me acerco. Pego en el cristal y este baja la ventanilla.-¿Donde vas?.-pregunto aterrorizada.

-A mi casa.-dice este y yo niego.

-Tienes que llevarme.-digo y este suelta una carcajada. Cuando voy abrir la puerta este echa el pestillo y yo niego.-No puedes dejarme aquí.-digo y este asiente.

-Puedo.-dice acelerando y saliendo de allí. Siento como mi cuerpo se congela al ver como se marcha y el miedo se vuelva apoderar de mi.

Todo está demasiado oscuro y no tardo en escuchar ruidos a mi alrededor. Me siento en un trozo de hormigón y entierro mi cabeza en mis piernas mientras sollozos salen de mi boca.




Pasan unos veinte minutos cuando unas luces hacen que me levante. Lo reconozco enseguida, es el coche de Stephen. Este se acerca a mi y para justo a mi lado.

-Sube.-dice y yo lo miro con odio.-No tengo toda la noche, o subes, o te quedas aquí. Tú decides.-me levanto como puedo y ando hasta el asiento del copiloto. Cuando intento abrir me doy cuenta que el seguro sigue echado y pego en el cristal.-¿Como se piden las cosas?.-dice arrogante y respiro hondo.

-¡Abre la maldita puerta!.-grito y este suelta una carcajada. Le da a un botón quitando el seguro y no dudo ni un segundo en abrirla antes de que vuelva a jugármela.

-Esperaba un "por favor", pero la verdad es que tengo demasiado sueño y quiero irme ya a casa.-dice arrancando de nuevo.-¿Donde vives?.-pregunta y respiro hondo.

-En la residencia de chicas de la universidad.-digo mirándolo y este frunce el ceño.

-¿Universidad?.-pregunta y yo respiro hondo.

-Si, hay personas que estudian para tener un futuro y no tener que estar huyendo de asesinos.-digo y este me mira serio.

-¿Y quien te ha dicho que yo no haya estudiado para tener un futuro?.-lo miro de arriba abajo y niego con la cabeza.

-¿No decías que tenías sueño? Vámonos ya. Cuanto antes de pierda de vista, mejor.-digo mientras me pongo el cinturón.

-Ay muñeca, esto entre tú y yo solo acaba de empezar.-dice acelerando y saliendo de allí a toda velocidad.




Cuando para el coche justo enfrente de la residencia no dudo un segundo en bajarme. Este hace lo mismo y yo empiezo andar hacia la entrada. De repente tira de mi brazo haciendo que me gire y quede muy cerca de él.

-¿Y las gracias?.-pregunta con una sonrisa y me suelto de su agarre.

-Adiós.-digo y me vuelvo a girar. Esta vez me agarra de la cintura haciendo que choque con él.

-Creo que es más bien un hasta luego, muñeca.-dice en mi oído haciendo que cierre los ojos y un escalofrío recorra todo mi cuerpo. Noto su manos rozar mi piel y respiro hondo.-Buenas noches.-dice antes de separarse de mi y montarse en el coche. Me giro para mirarlo y este sale a toda velocidad de allí.





Una semana. Una semana ha pasado desde que viví esa experiencia de película. Y una semana que no se nada de Stephen y la verdad es que estoy agradecida. Ese chico no me traería nada bueno.

Entro a la cafetería y me acerco a Sara que está sentada en una mesa mientras mira su móvil con una sonrisa. Me siento a su lado y está me mira.

-¿A que no sabes con quien he quedado?.-pregunta con una sonrisa que cubre toda su cara. Niego y esta se muerde el labio.- Con Trevor, esta noche tengo sexo del bueno.-abro los ojos y niego al darme cuenta que las personas que hay a nuestro al rededor se han dado cuenta.

-¿De verdad te vas acostar con ese tío?.-pregunto y está siente.

-Tia hay que disfrutar de la vida, y está es la mejor manera.-me guiña un ojo y yo niego con la cabeza.-Tia tú tendrías que hacer lo mismo, vas a morirte y solo te has acostado con un tío.-le digo que se calle y está se ríe.-Es verdad, estuviste dos años con Carlos y cuando diste el paso a la semana lo dejasteis. Tienes que aprovechar esa carita y ese cuerpo que te ha dado Dios para volver a los chicos locos, como por ejemplo a Stephen.-mi corazón se dispara a escuchar su nombre y frunzo el ceño al sentir eso.

-A ese idiota no le dejaría tocarme ni con un palo.-digo y está suelta una carcajada.

-Pues tiene pinta de provocar los mejores orgasmos.-me tapó la cara de la vergüenza y está vuelve a reírse.




Subo las escaleras con mis libros en los brazos. Estoy muy cansada, llevo toda la tarde estudiando en la biblioteca y solo tengo ganas de llegar, ducharme y quedarme dormida mientras veo una peli de Netflix.

Cuando llego a mi pasillo veo a Jessica en nuestra puerta. Frunzo el ceño y acelero el paso. Sus ojos se llenan de esperanzas al verme y suspira.

-Menos mal que has llegado. Tu novio está ahí dentro y la verdad es que me sentía muy incómoda con él. Da un poco de miedo con todos esos tatuajes y también es que es tan alto y grande que ocupa toda la habitación.-dice nerviosa y yo niego con la cabeza.

-Yo no tengo novio.-digo y está abre mucho los ojos. De repente caigo y cierro los ojos. Stephen.

-Voy a llamar a la policía.-agarro su móvil y niego.

-No, le conozco. Espera ahora mismo lo saco.-está asiente y entro en la habitación. Cierro la puerta y me giro para mirarlo.

Este está tumbado en mi cama con un libro en sus manos que reconozco enseguida. Mi diario. Me acerco a él y se lo quito.

-Los diarios son privados.-digo y este suelta una carcajada haciendo que algo dentro de mi se remueva.

DANGEROUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora