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Melissa

La miro sin poder creérmelo y veo como esta respira hondo mientras que de sus ojos caen miles de lágrimas.

Ando hacia ella con  mis piernas temblando y siento que en cualquier momento puedo caerme. Me agarro al marco de la puerta y estiro mi brazo esperando que ella lo agarre. Cuando siento su mano rodearlo un corriente recorre todo mi cuerpo, tiro de ella y la abrazo muy fuerte. Un montón de sollozos salen de mi boca y la miro tocando cada parte de ella. Esta llora mientras sonríe y la vuelvo abrazar muy fuerte.

-Estas viva...-digo en un susurro y está suelta un sollozo más fuerte que los anteriores. Noto unos brazos rodearnos y cuando me giro me encuentro a Jess abrazándonos como puede mientras llora.






-Perdóname, yo creo que nunca podré hacerlo.-dice y yo acerco mi mano a su cara para limpiarle las lágrimas que acaban de caer de sus ojos.

-No tengo que perdonarte nada Sara, has vuelto y todo lo que hiciste fue para protégeme y para protegerte a ti.-asiente y la vuelvo abrazar.

-Aquí traigo el té.-dice Jess mientras pone la bandeja en la mesa y le sonrío.-¿Dónde has estado todo este tiempo?.-pregunta y a Sara la pilla por sorpresas, se toca el pelo nerviosa y posa su mirada en mi y luego en Jess de nuevo.

-Mmm...Portugal.-dice no muy convencida, o eso me parece.

-¿Has hablado con tus padres?.-está asiente mientras bebe un poco de té.

-He ido antes a verlos, antes de venir aquí.-dice con una sonrisa de lado. Cierra los ojos respirando hondo y dos lagrimas caen de ellos.-Les he causado tanto daño...-me acerca a ella y la vuelvo abrazar.

-Lo has hecho para protegernos a todos, y encima has tenido que pasar todo este sufrimiento solas, has perdido a tu chico, probablemente al hombre de tu vida, como yo.-está me mira como si quisiera decirme algo y aparta su mirada dejándome una sensación muy rara.

-¿Me enseñas la habitación del bebé?.-cambia de tema rápidamente y yo asiento mientras me levanto extrañada.

Sara me está ocultando algo, no tengo la menor duda.

Entramos en la habitación de mi pequeño y sonrío al ver todas sus cosas.

-Es preciosa, lo tiene todo.-Sara me mira con una gran sonrisa y asiento.

-A mi hijo no le va a faltar nada, todo lo que esté a mi alcance se lo daré.-esta se acerca a una ecografía que tengo puesta en una de las estanterías y sonríe.

-Se parece....-empieza a decir y antes de que siga hablando, lo hago yo.

-A Stephen.-digo cogiendo la ecografía.-Yo también lo pensé cuando lo vi en la pequeña pantalla, es idéntico a su papá.-respiro hondo y la coloco de nuevo en su sitio.-Desearía que él estuviera aquí con nosotros. No hay ni un solo día que no me acuerde de él Sara...-mis ojos se llenan de lágrimas y respiro hondo mientras pestañeo varia veces para que estas desaparezcan.

-Oye ¿y esto?.-pregunta señalando la cesta que ayer recibí. Respiro hondo y niego con la cabeza.

-Nada.-digo y la cojo para sacarla de la habitación.

-Nada no, es una cesta con cosas para el bebé.-dice y yo suspiro.

-No la quiere, dice que me le da buena sensación.-la dejo fuera de la habitación y entro de nuevo.

-No es que me de buena sensación, es que no se quien me lo ha mandado. No voy aceptar algo cuando no sé quién lo manda.-Sara desvía la mirada nerviosa y una sensación que no me gusta nada empieza a invadirme. El teléfono de Jess empieza a soñar y está sale corriendo para cogerlo, dejándome sola con Sara. Es el momento.

-Sara, sabes que puedes confiar en mi. Siempre nos lo hemos contado todo, nunca nos hemos ocultado nada. Entiendo que para protegernos a todos tuvieras que hacer eso, pero se que me estás ocultando algo más, y creo que es algo relacionado con Stephen. Por favor cuéntamelo.-le suplico con la mirada y esta me mira confusa.

-¡Chicas, me han cogido!.-grita Jess entrando a la habitación de nuevo.-Como ayudante en la editorial donde hice la entrevista la semana pasada.-Sara desvía sus ojos de mi y los posa en Jess. En su cara se dibuja una sonrisa y se acerca para darle la enhorabuena, dejándome peor de lo que estaba.

~Varios días después~

Estos días he estado con la mosca detrás de la oreja.

Mi relación con Sara se ha vuelto fría y distante, tengo la sensación de que me oculta algo y eso no me deja volver a estar con ella como antes.

-Buenos días.-digo entrando a la cocina. Sara y Jess me miran con una sonrisa y yo hago lo mismo.

-Mel, no voy a poder ir contigo a mirar los muebles que faltan para el bebé. Sara me ha dicho que ella puede acompañarte.-la miro y está siente con una sonrisa. Asiento y empiezo hacerme el desayuno.

El silencio cada vez es más incómodo y es que me siento incapaz de empezar una conversación con ella.

-¿Hasta cuando vamos a estar así?.-pregunta de repente.

-No se de que me estás hablando.-digo mientras busco los muebles que necesito.

-Me evitas, me hablas lo mínimo y se que te molesta mi presencia.-respiro hondo y niego.

-El problema es que me estás ocultando algo y me has mentido a mi, a tu familia, a todos.-digo llena de rabia llamando la atención de otros clientes que están en la tienda.

-No se de que me estás hablando.-se gira y empieza andar hacia la salida. Acelero el paso y la agarro del brazo haciendo que se gire.

-Dime la verdad, se que me ocultas algo y se que tiene que ver con Stephen...¡Ahhhhhh!.-siento un dolor muy fuerte en la barriga haciendo que grite y caiga de rodillas. Sara me agarra antes de tocar el suelo y veo como su cara palidece.

-¿Que te pasa Mel?.-pregunta preocupada.

-Mi bebé...-digo con los ojos llenos de lágrimas y retorciéndome de dolor.

DANGEROUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora