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Melissa

-Tienes que tranquilizarte Mel. Lo que ha dicho la doctora es verdad, si las cosas están pasando así es por algo.-miro mi taza de té y suspiro.

-¿Piensas que Stephen se lo tomará bien?.-pregunta un poco preocupada.

-¿Solo bien? Ese hombre te ama más que a su vida Mel, va amar a ese bebé más que a ti.-sonrío pero no puedo evitar sentirme preocupada.

-Solo tengo diecinueve años, mi madre no me habla y encima Stephen...-antes de seguir hablando me callo y Sara me mira extrañada.

-Mel, deja de preocuparte. No eres ni la primera ni la última que se queda embarazada a tu edad. Tienes a Stephen que te ama y que te va apoyar. También me tienes a mi, que voy a se la mejor tía para tu bebé. Además de Jess y Trevor-sonrío de oreja a oreja y la abrazo muy fuerte.-Ahora por favor métete en tu habitación y no salgas hasta que estés lista para ir a cenar y darle la gran noticia a Stephen.





Cuando voy en el coche con Stephen de camino a casa de su abuelo siento que los nervios me van a comer por dentro.

-Estás preciosa.-dice Stephen agarrando mi mano.-Tienes un brillo especial esta noche muñeca.-sonrío al pensar que la causa de ese brillo puede ser él embarazo y lo miro.

-¿Le caeré bien a tu abuelo?.-pregunto y este asiente.

-Mucho más que bien. Si a mi me has vuelto loco a mi abuelo mucho más.-suelto una carcajada mientras niego y me giro para mirar por la ventana. A lo lejos veo una casa muy grande blanca y me muerdo el labio nerviosa.-Confía en mi, le vas a encantar.-asiento y cuando llegamos al portón de la entrada dos hombres vestidos de negro nos miran y saludan a Stephen.

-Buenas noches señor Stephen, su abuelo le espera.-este asiente y arranca el coche de nuevo para entrar.

Bajamos del coche y yo me coloco el vestido bien. De repente escucho una puerta abrirse y miro al frente encontrándome con un señor mayor en esta esperándonos mientras se apoya en un bastón. Sonrío nerviosa y Stephen se pone a mi lado para cogerme la mano. Andamos hacia él y este sonríe.

-Buenas noches chicos.-dice apartándose para que podamos pasar. Una vez dentro este me mira y yo le sonrío.-Me llamo Cristian, soy el abuelo de este chico loco.-en esas palabras siento tan buena energía que me relajo un poco.

-Yo soy Melissa.-me acerco y dejo dos besos en sus mejillas.

-¿La misma Melissa que tiene loco de amor a mi sobrino?.-pregunta sonriendo y no puedo evitar sonreír.

-Espero que si y que no haya otra.-este se ríe y niega.

-No, se que eres tú.-frunzo el ceño y este me vuelve a sonreír.-Eres la mujer de la vida de mi nieto. Con solo mirarte me he dado cuenta.







-Me ha encantado conocerte. Vuelve cuando quieras.-dice Cristian con una sonrisa y yo se la devuelvo.

-Me alegro porque a mi también me ha encantado conocerle.-este sonríe de lado y se acerca a mi para darme un abrazo.

-Bueno abuelo, no vamos ya. Tengo que dejar a Mel en su casa y yo volver a la mía.-dice Stephen mientras andamos hacia la salida.

-¿No habéis pensado en iros a vivir juntos?.-pregunta y yo miro a Stephen que asiente.

-Lo he pensado muchas veces, pero Mel se acaba de mudar con sus amigas a un piso y no se si las querrá dejar solas. Ya lo hablaremos.-sonrío mientras asiento y Cristian hace lo mismo.

-Bueno si decidís que si, sabes que tengo un piso en el centro perfecto para vosotros.-Stephen asiente no muy convencido y se despide de él.




Stephen me agarra de la mano mientras andamos hacia el coche y de repente se para.

-Hector y Antonio han tenido que llevar mi coche al otro garaje.-dice y yo miro a mi alrededor. Tira de mi hacia otra dirección y ando a su lado.

No se como empezar. En mi cabeza pasan miles cosas y siento como mi corazón se me va a salir del pecho tarde o temprano.

Veo el coche de Stephen y noto como las manos me empiezan a sudar. Cuando estamos a dos pasos de él me paro y Stephen se gira para mirarme extrañado. Ahora o nunca Mel.

-Tengo que decirte una cosa Stephen.-digo sería y este me mira extrañado y a la vez preocupado.

-¿Pasa algo?.-pregunta poniendo un mechón de mi pelo detrás de mi oreja y yo respiro hondo. Abro mi pequeño bolso de mano y saco la ecografía que me dio la doctora. Se la doy a Stephen y este la mira sin saber que es. De repente abre mucho los ojos y me mira.

-Es un...-asiento porque se lo que va a decir y siento como mis ojos se llenan de lágrimas al no saber que es lo que piensa.-

-Vamos a ser papás.-digo con voz temblorosa y este me sorprende cogiéndome en brazos mientras da vueltas conmigo.

Siento como la felicidad me invade y empiezo a reírme.

Stephen para de dar vueltas, dejándome en el suelo y estampa sus labios contra los míos. Se separa uniendo nuestras frentes y sonrío.

-Me acabas de hacer el hombre más feliz del mundo.-siento como todo dentro de mi se relaja y se llena de felicidad pero esa sensación no tarda en desaparecer cuando el sonido de un disparo se hace presente. Stephen me pone detrás suya en un movimiento súper rápido y siento mis piernas temblar. De repente los dos hombre que nos habían abierto la puerta aparece corriendo hacia nosotros.

-Chicos ha sido eso un disparo.-dice Stephen y los dos asienten.

-Ni Carlos ni Josep responden.-dice uno de ellos.

Stephen mira a uno de ellos que posa sus ojos en mi y niego temiéndome lo peor. Stephen se gira hacia mi y siento como mis ojos se llenan de lágrimas.

-Necesito que te quedes con Hector.

-No.-digo entre dientes mientras las lágrimas caen de mis ojos.

-Muñeca, no va a pasar nada. Tengo que ver que todo está bien. Por favor quédate con él y hazle caso en todo.-vuelvo a negar y Stephen le hace una señal, haciendo que el tal Hector me coja de los brazos.

-No me hagas esto Stephen.-digo entre sollozos y veo como siente dolor al verme así.

-Muñeca voy a volver.-dice y veo en su ojos preocupación. Empieza andar hacia atrás mientras me mira y yo intento soltarme con todas mis fuerzas.-Hector cuídala mientras vuelvo, protégela como si tú vida estuviera dependiera de ella.

DANGEROUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora