32

7K 358 16
                                    

Melissa

Llegamos a las afueras de la ciudad y veo como nos alejamos cada vez más.

De repente el coche entra por un camino sin asfaltar y frunzo el ceño.

-Vamos a llegar dentro de cinco minutos. Espero que no seas tan idiota como para hacer cualquier tontería, porque si es así, no podré ni salvar la vida de tu bebé.-asiento llena de miedo y esta se coloca su gafas.

La furgoneta se para y me giro para mirar. Una casa enorme de color gris es lo primero que veo, en su puerta hay varios hombres vestidos de negro y me doy cuenta de que van armados.

Mis piernas empiezan a temblar y la puerta se abre dejando ver al mismo tío que me saco del hospital. Este me agarra del brazo pero yo me suelto.

-Puedo sola, no voy a escaparme.-este sonrie y me doy cuenta de que tiene un diente de oro haciendo que un escalofrío recorra todo mi cuerpo.

-Eso espero, no me gustaría ser yo quien acabe contigo.-dice posando su mano encima de la pistola que tiene en su cintura.

Bajo de la furgoneta y siento todas las mirada desviarse hacia mi.

-¿Dónde está Fiodor?.-pregunta la madre de Stephen poniéndose a mi lado.

-El señor la espera en su despacho.-dice uno de los hombres que está en la puerta.

-Vamos Melissa.-dice y empieza andar hacia dentro. Siento un empujón en mi espalda y me giro encontrándome otra vez con él. Se que acabaré teniendo pesadillas.

-Camina.-dice muy serio y empiezo a caminar hacia el interior de la casa.


La madre de Stephen se para enfrente de una puerta y se gira hacia mi.

-Aquí dentro está Fiodor, espero que sepas tener la boca cerrada. No metas la pata, ya he hecho mucho por ti.-frunzo el ceño sin entender nada y asiento.

Abre la puerta y un aire cálido golpea mi cara, esta entra y yo la sigo. Me quedo pálida al ver distintas cabezas disecadas de animales y mis ojos se llenan de lágrimas cuando veo una estantería llena de armas.

-Por fin tengo el honor de conocerte a la famosa Señorita Melissa.-dice una voz con acento ruso que hace que mi piel se erice. La silla que hay detrás del enorme escritorio se gira dejando ver a un hombre rubio, delgado y con una mirada que me da asco.-Ahora entiendo porque tienes a Stephen a tus pies y tenías a Damian tan obsesionado.-respiro hondo y pongo mis manos en mi barriga.-Ohhh el bebé de Stephen.-dice levantándose y andando hacia mi.-¿Puedo?.-pregunta acercando sus manos y yo me quedo callada.-Me lo tomare como un si.-posa sus manos en mi barriga y siento unas ganas enormes de vomitar.-Que pena que tu hijo no te vaya a conocer.-mis ojos se llenan de lágrimas y este me mira con una sonrisa.-Sonia te habrá explicado que haremos cuando nazca tu hijo ¿no?, bueno si no lo ha hecho te lo digo yo ahora. Te voy a matar.-un sollozo sale de mi boca y me la tapo con la mano.-Yo mismo lo haré y me encargaré que Stephen esté presente para que sufra y si tengo suerte, que muera de dolor.


~Dos día después~

Toco mi barriga con mis ojos llenos de lágrimas y respiro hondo. No voy a poder conocerle, no podré cogerlo en mis brazos y ver si se parece a mi o a su padre. No le veré dar sus primeros pasos ni le veré cumplir su primer año.

Un sollozo sale de mi boca y me acurruco en la cama. Cierro los ojos pero de repente mi puerta se abre haciendo que me sobresalte. Sonia se acerca a mi y me agarra del brazo.

-Tenemos que irnos de aquí.-dice muy nerviosa y yo frunzo el ceño.-Esto va a ser una guerra.-niego con la cabeza sin entender nada.-Mi hijo viene a matarnos a todos, viene a por ti y esto va a ser peor que la guerra.

-No voy a irme de aquí y menos sabiendo que Stephen viene a por mi.-digo entre diente y esta empieza a respirar agitada. Abre su bolso y me sorprendo al ver que saca de el una pistola.

-Vas hacerme caso.-dice apuntándome y respiro hondo.

-No voy a ir a ningún lado. Sonia, tú no quieres hacerme daño, lo sé. Se que quieres recuperar a Stephen y yo puedo ayudarte.-esta me mira con esperanza pero de repente niega y empieza andar por la habitación.

-Stephen no me perdonará. Cuando sepa que yo ayude a Fiodor querrá matarme, mi propio hijo deseará mi muerte.-grita desesperada y yo me acerco a ella. Sin pensarlo la abrazo y acaricio su pelo.

-Yo te ayudaré con Stephen, te lo prometo. Todavía mi hijo no ha nacido, pero se que es y será lo más importante de mi vida y puedo llegar a entender el dolor que sientes al pensar que Stephen te odia, pero te vuelvo a decir que prometo ayudarte, pero primero tenemos que salir de aquí.-esta asiente y me da la pistola. La dejo encima de la estantería y respiro hondo.-¿Como podemos salir de aquí?.-pregunto pero de repente el sonido de unos disparos hace que mi cuerpo se congele.

DANGEROUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora