21

8.7K 423 12
                                    

~Un mes después~

Melissa

Salgo de la casa de Marisa, la chica a la que le doy clases particulares, y sonrió al darme cuenta de que por fin ha terminado la semana.

Ando hacia la parada de autobús y miro en mi móvil cuantos minutos quedan para que llegue el que me lleva al centro de salud.

-Quince minutos de espera.-digo suspirando y decido sentarme en uno de los bancos de la parada.

Pasan los minutos y parecen que son horas. De repente siento un escalofrío recorrer todo mi cuerpo, y es que el tiempo que llevo aquí siento como me observan. Decido mirar a mi al rededor y frunzo el ceño al ver a un hombre en la acera de enfrente mirándome. Este al darse cuenta aparta su mirada de mi y siento como mi corazón se acelera ya que su cara me suena de haberla visto antes.

No aparto la mirada de él hasta que el autobús llega. Cuando estoy dentro vuelvo a mirarlo a través del cristal y veo como saca su teléfono y empieza hablar con alguien. Cuando el autobús arranca saco yo el mío y llamo a Stephen.

-Hola muñeca.-dice este y sonrío nerviosa.

-Hola.-respiro hondo y miró a mi alrededor nerviosa.-Creó que me están siguiendo.-digo de repente.

-¿Como?.-pregunta extrañado y puedo notar preocupación en su tono de voz.

-Donde estaba esperando el autobús había un hombre mirándome fijamente y cuando me he montado ha llamado por teléfono mirando mi autobús. No me ha dado buena sensación.-lo escucho respiran hondo y me muerdo el labio inferior nerviosa.

-Término unos asuntos y voy a buscarte. Intento no tardar. ¿Donde vas?.-pregunta y siento que estoy exagerando todo. A lo mejor eran imaginaciones mias.

-Voy al médico, hoy tenia cita pero no hace falta que vengas Stephen. Seguro que habrá sido mi imaginación, sabes que he estado un poco paranoica estas semanas. Perdóname.

-No me pidas perdón muñeca. Te entiendo y si para estar más segura quieres que vaya contigo, solo tienes que pedírmelo.-respiro y sonrío.

-Vale, te amo.-digo y se perfectamente que esta sonriendo.

-Yo te amo mucho más. Luego paso por ti para ir a cenar con mi abuelo.-abro los ojos sorprendida ya que se me había olvidado que hoy habíamos quedado para yo conocerlo al fin.-Por tu silencio creo que se te había olvidado.

-Pues la verdad es que si, pero estaré lista para...-este se ríe y sonrío de nuevo.

-Para las nueve y media.-suspiró aliviada porque tengo tiempo suficiente para prepararme.-Adiós muñeca.

-Adiós muñeco.-cuelgo antes de que pueda decirme algo y sonrío mirando la pantalla.




Entro en la consulta y una mujer de más o menos de la edad de mi madre me recibe con una sonrisa.

-Hola Melisa.-dice y le sonrío mientras me siento en la silla.-¿A que se debe tu visita?

-He venido para que me recetara las pastillas anticonceptivas.-esta asiente y mira su ordenador.

-Por lo que veo en tu historial, te diagnosticaron ovarios poliquisticos.-asiento y esta me mira.-Pues si me permites voy hacerte una ecografía para mirar cómo siguen.-vuelvo asentir y se levanta.-Túmbate en la camilla, ahora vuelvo.


Derrama el gel frio y mi piel se eriza. Empieza a mirar la pantalla mientras pasa el pequeño aparato por mi barriga y veo como frunce el ceño.

-¿Cuando fue tu último periodo?.-pregunta y me muerdo el labio mientras pienso en cuando fue.

-Hace un mes y poco más.-está asiente y vuelve a mirar a la pantalla.

-Pues Melissa creo que ya no te van hacer falta las pastillas.-la miro extrañada y sonríe.-Estás embarazada, y por el tamaño que tiene puedo decir que estas de unas tres semanas.-siento como mi cara palidece y mis ojos se llenan de lágrimas.

-No puede ser, siempre hemos usado protección.-digo y está respira hondo y me mira con tristeza.

-A veces los métodos anticonceptivos fallan.-coge un trozo de papel y limpia el gel de mi barriga.-Ven, vamos a sentarnos allí.-asiento y me levanto sin todavía creerme que estoy embarazada.-Se que eres joven y ahora tienes que tener un miedo inmenso pero si las cosas están pasando así es por algo. Ahora tienes que estar tranquila y cuidarte mucho.-coge una libreta de recetas y escribe algo en una de ellas.-Tienes que empezar a tomarte una de estas al día, son unas vitaminas.-asiento sin todavía creérmelo y esta se levanta, coge una cosa de la máquina que ha utilizado antes y me la entrega.-Aquí tienes tu primera ecografía. Te veo dentro de unos días.-vuelvo asentir y me despido de ella con la mano.

Cuando salgo del centro de salud ando un poco y miro a mi al rededor. Miro mi barriga y poso una mano sobre ella. Voy a ser mamá.


El miedo me invade y no puedo evitar llorar. Solo tengo diecinueves años, ¿que futuro le puedo dar a mi bebé? Y con el tema de Stephen más miedo me entra. Todavía no he podido asimilar que mi vida puede estar en peligro, como voy asimilar que la vida de la personita que llevo dentro también puede estarlo.

Cuando llego a casa me encuentro a la persona que más necesitaba en estos momentos, Sara. Esta al verme se pone seria y viene corriendo hacia mi.

-¿Que pasa?.-pregunta muy preocupa.

-Estoy embarazada.-abre los ojos de la sorpresa y no duda ni un segundo en abrazarme.

-Todo irá bien.

DANGEROUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora