Bad Luck || Markhyuck

XXX

—¿Le diste un iPhone a tu gato?

—Es un tigre, Mark— corrigió.

—Me entendiste.

Jeno asintió, sonriendo con algo de burla.

—Tiene sus ventajas— dijo—. Me encanta la curiosidad de Jaemin y todo, pero a veces es muy molesto, todo el día con preguntas, algunas que no sé responder. Esa es la principal, después hay otras, como contactarme cuando no estoy y tal.

>>Jaem todavía no sabe leer o escribir, pero puede manejar el iPhone por voz.

Mark suspiró.

—Aún no puedo creer que tu mascota tenga un mejor celular que yo.

Jeno lo miró con el ceño fruncido, ese comentario y el tono que había usado lo habían molestado.

Además de referirse a su lindo híbrido y novio como "mascota" le parecía horrible, como si fuera un animal.

—Mark, ¿qué mierda te pasa? — dijo, se notaba el enojo en su voz—. Primero, Jae no es una mascota, es una persona, es más que eso. Y qué si le dí un puto iPhone, ¿qué? No te incumbe en lo que gasto mi dinero.

Jeno soltó un resoplido, en serio le estaba molestado esa actitud de su amigo, la venía notando desde hacía un tiempo.

Mark solía ser muy tranquilo, y cariñoso con todos, pero últimamente había sentido que estaba más cambiado, sus palabras eran más bruscas y parecía estresado la mayoría del tiempo.

El rubio suspiró pesadamente.

—Bien, Jen, lo siento— murmuró, aunque su tono no era del todo creíble—. ¿Sabes? Olvida nuestra juntada, me llevaré a Donghyuck a cada, me voy, gracias.

Sin más se levantó del cómodo sillón, subiendo las escaleras hasta el cuarto de los híbridos, abriendo sin tocar la puerta, notó a su gatito correteando detrás de un emocionado conejo marrón, que saltaba por todo el cuarto, mientras Jaemin permanecía en forma humana, jugando con una pelota.

"Son felices con tan poco" pensó.

—Haechannie— lo llamó, entrando a la habitación.

Los híbridos se detuvieron, el gato negro lo miró un segundo antes de cambiar al lindo humano con tiernas orejitas que se sacudían un poco por los nervios, que lo miraba con esos pequeños y brillantes ojitos y un ligero rubor en sus mejillas.

Mark sintió su corazón agitarse un momento, lo que lo obligó a hacer una pausa antes de hablar.

—Vamos a casa, gatito— dijo—. Toma lo que hayas traído.

Donghyuck asintió, antes de levantarse para tomar su abrigo, tirado en el suelo, y colocarse una gorrita de lana para ocultar sus orejitas.

Jaemin se despidió de él con una sonrisa y moviendo su mano, por otro lado, Renjun, quien siempre fue el más cariñoso, cambió para dejar un beso en su mejilla y sonreírle junto con un "Adiós, Hyuckie".

El gatito notó a su humano con el ceño fruncido, Mark tomó su mano con algo de fuerza, para atraerlo hacia él y pasar una mano sobre sus hombros, pegado a su cuerpo durante todo el camino hasta llegar al departamento.

Su expresión parecía molesta, no se molestó en disimularlo, y Donghyuck no dijo nada en todo el camino, mordiéndose el labio con nervios.

Ni bien cerró la puerta del departamento Mark lo besó con fuerza, de forma posesiva y atrapando su cuerpo contra la puerta, su lengua recorrió la cavidad bucal del híbrido, haciendo que los sentidos de ambos se nublaran, pero principalmente de Donghyuck, quien no duró más de unos segundos antes de comenzar a respirar de forma agitada, ronroneando con fuerza, sintiendo su rostro cada vez más caliente.

Mark se separó de golpe, ambos respirando profundamente.

Los ojitos de Donghyuck estaban algo enrojecidos, sus labios rojos e hinchados, entreabiertos, dejando escuchar mejor el ronroneo, su rostro como un tomate.

Mark sonrió por lo lindo que era, acarició sus mejillas y notó los ojitos de Donghyuck viajar de sus ojos a sus labios, para volver arriba, evidentemente nervioso.

—Perdón por ser tan duro contigo, Hyuckie— dijo, limpió con su pulgar un pequeño resto de saliva que quedaba en los labios del híbrido—. A veces te necesito tanto, gatito. Me calmas mejor que cualquier otra cosa.

Se miraron sin decir nada, hasta que Mark se alejó de él, Donghyuck sintió frío, notó a su humano ir hacia la cocina, era tiempo para cenar, así que le pareció obvio que comenzaría a cocinar.

Lo siguió en silencio y lo observó sacar todo lo que utilizaría, lavarse las manos y comenzar.

—Makku— lo llamó.

—¿Hmm?

—Tú... ¿Me amas?

Mark miró sobre su hombro al híbrido.

—Claro que te amo, Haechannie— dijo—. Te lo dije el otro día, ¿por qué preguntas?

—Porque siempre me dices "Te quiero", sólo me dijiste "Te amo" una vez— murmuró.

—Supongo que es la costumbre— dijo el rubio—. ¿Quieres que te diga "Te amo"?

—Sí— lo escuchó—, por favor— murmuró más bajo.

Mark rió de ternura.

—Ven, Hyuck— dijo, mientras dejaba lo que preparaba para limpiarse un poco las manos con un trapo, escuchó los pasos del híbrido acercarse, hasta que vió a Donghyuck frente a frente.

Dejó un pequeño y tierno beso en sus labios, un beso delicado, sin nada de lenguas o movimientos bruscos, produciendo leves chasquidos con los mínimos alejamientos que hacían su baile de labios, durando unos cuantos segundos.

—Te amo— murmuró el rubio, al separarse, mirando los brillantes ojitos de su gatito.

Donghyuck sonrió, mostrando sus blancos dientes y haciendo que leves arrugas aparecieran alrededor de sus ojos, totalmente adorable.

Donghyuck se atrevió a dejar un corto beso en los labios de su humano.

—T-también te amo— murmuró.