Bad Luck || Markhyuck

XXXI

Recostados en la oscuridad, Mark sentía el cálido cuerpo de Donghyuck acomodado sobre el propio, dejaba suaves caricias con sus dedos entre los cabellos y las orejas del híbrido, y el tranquilo ronroneo hacía que sintiera su pecho vibrar.

Mirando al techo sobre sus cabezas, Mark sonrió mínimamente, por lo lindo que se sentía estar así con su gatito.

—Makku— escuchó, bajo, hizo un sonido afirmativo para darle a entender que lo escuchaba—. Hueles a otra persona.

Su sonrisa se borró, su corazón latió un poco más fuerte por los nervios, Donghyuck lo pido escuchar perfectamente, pues tenía una oreja sobre el pecho de Mark.

El gatito se separó, mirando a su humano desde abajo, notó los ojos nerviosos de Mark.

—No hueles a Jeno, ni a Jaem o a Junnie...— vió a Donghyuck arrugar su nariz, haciéndolo lucir adorable—. Desde hace días que hueles así.

Mark suspiró.

—Haechannie, quizás deba hablarte de algo— dijo el rubio, tomó a Donghyuck por los brazos para quitárselo de encima, dejándolo a un lado, se sentó en la cama, esperó a que el gatito hiciera lo mismo.

Los ojitos asustados de Donghyuck lo hacían sentir mal.

—Donghyuck... Desde hace un tiempo yo... Estaba viendo a alguien— confesó.

Donghyuck frunció el ceño.

—¿Qué significa eso? — preguntó.

—Pues... Antes de comenzar a "salir" con alguien, la gente se conoce y tienen citas y todo... Eso es "verse con alguien", es como... Un intento para ver si pueden llegar a ser una pareja.

Donghyuck se quedó en silencio unos segundos, sus orejitas comenzaron a bajar, quedando escondidas entre su cabello.

Ambos sintieron su corazón romperse, a causa del otro.

—Pero no, Hyuck— Mark comenzó a negar, se acercó a él para tomar sus mejillas alzando su rostro, vió lágrimas en sus ojos—. No funcionó, hoy... Nos vimos por última vez y peleamos...— negó, sus palabras no podían borrar las lágrimas—. Dejamos todo.

—¿Tenías novio, M-mark?

El rubio negó, un nudo se formó en su garganta por escuchar la voz rota de Donghyuck.

—No, no llegamos a ser nada, Hyuck, sólo nos veíamos y-

—¿Le dabas besos? — interrumpió el gatito— ¿Le da-bas besos como los que me d-das a mí, Mark? — lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, pequeños hipidos lo interrumpieron.

Mark quiso que la tierra lo tragara.

—Sí lo besaba, Donghyuck— confesó, no le mentiría, el cuerpo del híbrido tembló por el llanto—. Pero no como te beso a ti, Haechannie, no era lo mismo, no lo es-

Donghyuck sollozó, Mark sólo atinó a abrazarlo, aunque el gatito intento despegarse, el humano lo sostenía con firmeza.

—¿L-lo a-amabas? — balbuceó Donghyuck, ya rendido en luchar, escondía su rostro en el hombro de Mark— ¿L-le de-cías "T-te amo" c-como a mí?

Mark negó, notó la cola de Donghyuck moviéndose con furia debajo de las sábanas.

—Nunca lo amé, Hyuck, no lo amo— dijo—. Me di cuenta que sólo puedo amarte a ti, gatito— dejó de hablar esperando que el híbrido dijera algo, ante sólo escuchar llanto, continuó—. Por eso peleamos, no lo amaba, no valía la pena. No vale lo que tú, gatito.

Pasaron tortuosos segundos de silencio, hasta que Donghyuck controló su llanto y logró enterrar los lastimeros maullidos que querían surgir de su pecho.

—Entonces, ¿por qué lo veías? — preguntó, dejando a Mark con vergüenza de decirlo.

—Me di cuenta muy tarde, bebé— murmuró—. Y... Con él hacía cosas que... No haría contigo, Donghyuck.

Sus orejitas se movieron con nervios, no entendía.

Se alejó con lentitud, Mark aflojó su abrazo, viendo el rostro rojizo de Donghyuck por el llanto, sintió su corazón partirse con esa imagen, intentó limpiar sus lágrimas pero Donghyuck apartó su mano.

—¿Qué cosas? — preguntó, su celo fruncido y la morada casi asesina que le dedicaba lo hacían sentir extraño—. Besos y los "Te amo"... Los mimos y-y dormir juntos...— Donghyuck sollozó con enojo.

Estaba enojado con Mark por hacer todo lo que hacía con él con otra persona, y también estaba enojado con ese desconocido por exactamente lo mismo.

Su cola volvía a moverse con furia.

—¿Qué más quieres? — murmuró, tragándose el llanto.

Mark quiso consolarlo, con todo su corazón y su alma, no quería que llorara, no quería que sufriera; pero era su culpa, Mark merecía todo lo que sufría por hacerle mal a su gatito.

Pero era Donghyuck quien no merecía sufrir de ese modo.

—Cosas que no puedo hacerte, Hyuck— respondió, sus ojos lloraban y su voz sonaba forzada, pero se mantenía tranquilo—. N-no puedo corromperte, gatito.

Donghyuck quería irse, intentó retroceder para salir de la cama, del cuarto, de la casa, en ese momento quería subirse a un árbol altísimo y quedarse solo.

Mark tomó sus manos y lo detuvo.

—¿Recuerdas lo que pasó en la casa de Jeno? — murmuró— ¿Lo que te hice?

Los ojitos de Donghyuck parecieron buscar en su memoria, porque se movieron ligeramente, hasta encontrar el momento en que Mark había llegado tarde, oliendo muy raro y muy mal, y lo había tratado de formas que nunca antes había conocido.

Asintió.

—Hacíamos cosas así, Hyuck— dijo—. No puedo hacerte eso, no de nuevo.

Donghyuck volvió a temblar por el llanto, no controló sus lágrimas, y volvió a llorar.

Se sentía mal, dañado, incompleto, y algo roto, y sólo lloró, maullidos lastimeros salieron de su pecho.

Mark lo abrazó, acariciando su cabeza, dejándolo que llorara y maullara de forma desgarradora sobre su pecho.

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