Bad Luck || Markhyuck

L

Dos días antes...

—Hyuckie, quédate quieto~— masculló Renjun, haciendo un puchero.

Desde hacía al menos veinte minutos que el conejo llevaba peinando el cabello de Donghyuck, aunque ahora sólo hacia que este se inflara y molestaba sus orejas cuando pasaba el cepillo por sobre estas.

—Junnie, basta, basta— Donghyuck se alejó de él, aunque el conejito le hizo ojitos  tristes—. Bien, toma, peina mi cola— se volvió a acercar a él, tomando su peluda y oscura cola y dejándola sobre el regazo de Renjun, haciendo que este vuelva a sonreír.

Renjun tenía una extraña obsesión con peinar cualquier cosa que viera y en todo momento, aunque muchas veces se quedaba ocupado peinando sus largas orejas o su cabello, tanto Donghyuck como Jaemin habían sufrido de tener al híbrido peinándolos por mucho rato, el máximo habían sido unos treinta minutos, hasta que el castaño había encontrado algo para hacer y se había olvidado del cepillo.

Donghyuck no lo sabía, Jaemin lo recordaba vagamente, pero cuando el conejito había llegado a la casa apenas y conocía la higiene, y tomó bastante tiempo para que se tomara duchas diarias, se lavara los dientes e incluso se cambiara de ropa cuando esta llevaba un tiempo de uso o se había manchado.

Jeno lo atribuía a que habían descuidado mucho al pequeño Renjun y no le habían enseñado nada de esas costumbres básicas de limpieza.

No fue sino hasta el día en que Renjun vio lo lindo que quedaba su cabello y sus orejas si se bañaba y se peinaba suavemente que comenzó a tomarse la higiene en serio, aunque también llevaba esto a otras personas, y peinar lo relajaba bastante.

Con el conejito canturreando una melodía mientras peinaba la cola de Donghyuck, quien tenía el ceño fruncido por tanto toqueteo a su cola, Jaemin habló para cortar el silencio.

—Hyuckie, ¿cómo vas con tu mala suerte?

—Supongo que ¿bien?— dijo el gatito—. Creo que lo último que pasó de mala suerte fue... Cuando Makku se cayó de la bañera— asintió.

—Y eso fue hace...

Donghyuck contó con sus dedos un momento antes de responder, llegando a alzar cinco dedos.

—Cinco días— murmuró.

Jaemin alzó sus cejas, sus redondas y doradas orejas se movieron un poco.

—Eso es bastante, y nada muy grave— hizo una mueca, Donghyuck se preocupó.

—¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Algo malo?

—¡Hyuckieee!— se quejó Renjun—. No muevas tu cola así... ¡Y la erizaste! No puedo peinarte así.

Donghyuck suspiró con fastidio por el conejo, decidió ignorarlo, alzando sus orejas hacia Jaemin, esperando una respuesta.

—Dentro de dos días es "martes trece". El día de la mala suerte.

Donghyuck soltó un respingo, su boca se quedó abierta.

—En ese día se alinean los planetas, con el sol y la mala suerte, todos apuntan a la Tierra— explicó Jaemin, su voz sonaba más grave que su tono normal—. Si Mark tiene mala suerte acumulada... Con la que ya carga... Es posible que en Martes trece ocurran cosas de muy mala suerte.

—¿Por ejemplo?

—Quizás si sale del departamento, rumbo a la universidad o a comprar el pan... No sé, se le caiga una maceta en la cabeza desde algún balcón de algún quinto piso.

Donghyuck tenía los ojos muy abiertos, tragó saliva duramente.

—¿Qué pasa si...?

—¿Se te cae una maceta en la cabeza?

—Mjm.

—Quizás tengan que llevarlo al hospital por la herida... O podría matarlo.

Donghyuck sintió las lágrimas picar en sus ojos.

—No quiero que Mark se muera por eso— murmuró.

—Podrías hacer algo por él, Hyuck.

Donghyuck alzó su cabeza hacia Jaemin.

—Si mantienes a Mark en el departamento, lo más cerca posible de ti, podrás cuidarlo mejor que si está afuera, ¿no?— Donghyuck asintió—. En el departamento hay menos riesgos, no se le puede caer una maceta en la cabeza ni nada parecido— Donghyuck negó—. Sólo debes hacer que Mark se quede todo el día en el departamento.

Donghyuck frunció los labios.

—¿Como hago eso?— dijo—. ¿Cómo hacen ustedes cuando quieren que Jeno se quede todo el día en casa?

Los otros dos híbridos se miraron, las mejillas de ambos enrojecieron, apartaron la vista del otro a los pocos segundos.

—Pues... Te explicaré.